martes, 1 de julio de 2014

LA RELIGION EN CUBA.


CRISTO DE LA HABANA


LA RELIGION EN CUBA.

Voy a tratar un tema en el que no soy muy versado ni aficionado, pero del cual puedo contar mis vivencias y mis consideraciones. Se trata de hablar sobre la religión en Cuba.

En primer lugar creo que la mayoría de los cubanos eran y siguen siendo apegados a las costumbres externas de la fé católica, pero con poco fervor interno.
La histórica irreligiosidad del cubano facilitó que no fuera muy traumático el pasar de una sociedad laica pero respetuosa de las creencias, a un régimen ateo y enemigo de las religiones, como es el socialismo, el que las consideraba como escribiera Bruno Bauer, amigo personal de Marx y miembro de la izquierda hegeliana "el opio de los pueblos", lema que se pregonaba una y otra vez en la Cuba revolucionaria.

La colonia española en América más parecida a la madre patria siempre fue Cuba, salvo en ese aspecto particular de la religión, que si tenía un peso decisivo en otros países como México y muchos países de centro y sudamérica. Las revoluciones fracasaron donde hubo un frente religioso popular fuerte, por ejemplo, Comunion Tradicionalista en España durante la guerra civil, que después se fundiría con la Falange Española, y los Cristeros de Mexico de 1926 a 1929, contra la dictadura del presidente Plutarco Elías Calles, donde se llevó a cabo un conflicto armado entre el gobierno y milicias de laicos, presbíteros y religiosos católicos que resistían la aplicación de legislación y políticas públicas orientadas a restringir el poder y la participación de la Iglesia católica sobre los bienes de la nación así como en procedimientos civiles. Solo como una curiosidad, Calles y otros caudillos fundaron el Partido Nacional Revolucionario, más tarde PRI que estaría en el poder en México por más de 70 años, que no obstante se evalúa que dió estabilidad política a México acabando con las oscilaciones del país entre dictaduras militares y anarquía, como había sucedido desde la independencia de España en 1821.

Pero aquel fervor jamás existió en Cuba. El papel de la iglesia como soporte fundamental de la colonia española en Cuba, hizo que los criollos, al margen de las tradiciones que le impusieran, sintieran rechazo hacia la iglesia católica. Y hablo de la iglesia católica porque era la de mayor cantidad de adeptos, siendo mucho menor los seguidores de las religiones protestantes, judías, sincréticas y hasta las logias masónicas.

Un papel importante que sí jugó el clero en Cuba estuvo relacionado con la educación. Tenían los colegios privados de mayor influencia en la sociedad cubana. Su alumnado de hembras o varones, provenía fundamentalmente de sectores de la media y alta burguesía, aunque muchas familias de grupos sociales menos favorecidos hacían un extraordinario esfuerzo económico por el alto costo de la matrícula, uniformes de diario y de gala, ropa deportiva y otras erogaciones, para propiciar que sus hijos mantuvieran relaciones con muchachos de familias acomodadas y gozaran de una educación de verdadera calidad. Tenían edificios propios con amplios locales para la docencia, campos deportivos, laboratorios, talleres, ómnibus para la recogida y distribución a domicilio de los estudiantes. Los miembros de la congregación eran los encargados de impartir la enseñanza aunque también admitían maestros seglares. En su gran mayoría, profesores españoles atendían de manera especial la enseñanza religiosa y tenía una ganada fama de que se daba una buena educación.

COLEGIO DE BELEN

Estas escualas tenían presencia en todo el país y los principales eran: Colegio de Belén, Colegio La Salle, Colegio Escolapios (Escuelas Pías), Hermanos Maristas, Colegio del Sagrado Corazón, Colegio de las Ursulinas, La Inmaculada, Nuestra Señora de Lourdes, Hermanos Salesianos y otros.

También estaba la universidad Católica de Villanueva. La primera intervención estadounidense propició la presencia de misiones sostenidas por distintas Iglesias como la Bautista, Metodista, Episcopal, Presbiteriana, las que contaban con colegios más pequeños y no alcanzaron la influencia de los colegios católicos, aunque gozaron de mucho prestigio.

En la década de los años cincuenta la influencia norteamericana en la sociedad cubana abarcaba no sólo la economía y la política, sino también la cultura generando hábitos, modelos y gustos culturales que incluso alcanzaron lo religioso. Para esa época, aunque algunos movimientos católicos habían alcanzado un cierto grado de desarrollo y mostraban una profunda sensibilidad en asuntos sociales, les faltó, sin embargo, una comprensión más cabal por parte de la Jerarquía de la Iglesia y de sectores del catolicismo de la situación general del país. De esta manera la Iglesia, como institución, no participaría en la gesta popular insurreccional desarrollada a partir del golpe de estado para derrocar la tiranía y restablecer el orden constitucional, como tampoco lo hizo en las luchas emancipadoras del siglo XIX contra el colonialismo español.

Ocho sacerdotes se integraron como capellanes a las fuerzas revolucionarias contra la tiranía de Batista y numerosos jóvenes católicos se incorporaron a la lucha en la clandestinidad, el Ejército Rebelde o el Movimiento de Resistencia Cívica, en un gesto que estuvo movido más por una inspiración patriótica que por la fe.


EL PADRE SARDIÑAS, COMANDANTE DEL EJERCITO REBELDE.

El triunfo revolucionario de enero de 1959 representó para el catolicismo institucional un serio dilema, teniendo en cuenta el peso histórico de sus relaciones con la sociedad cubana. La Iglesia en Cuba, estaba lastrada por sus estrechos vínculos con el colonialismo español y su posterior compromiso con la influencia norteamericana.

Como reconoció un posterior documento eclesial, en el que responsabiliza al gobierno colonial español por lo sucedido, la alta jerarquía de la Iglesia se mantendrá al margen de los grandes ideales independentistas del pueblo cubano, no fue así en otros países, como México donde los propulsores de la independencia tenían un gran componente de sacerdotes católicos. Era la etapa de una Iglesia sin gobierno, empobrecida y manipulada. En cuanto al modo y manera en que surgió la confrontación de la Iglesia con el Estado revolucionario en Cuba, no cabe dudas que obedeció tanto a factores internacionales como nacionales.

Este profundo cambio social dañó a influyentes sectores tanto de la burguesía nacional como foránea, quienes a su vez constituían los principales benefactores de los programas eclesiásticos, los que, como tendencia general, recurrieron primero a la Iglesia Católica y a los sentimientos religiosos para intentar frenar al movimiento revolucionario, alimentando intensas campañas de propaganda sobre una supuesta persecución religiosa y la pérdida de libertad de conciencia y culto, presentadas como consecuencia del carácter marxista que desde esa época manifestó el gobierno revolucionario, para posteriormente emigrar, con lo que la Iglesia perdió su principal sustento económico. No hay duda que tenían visión de que precisamente iba a ser así.

Prácticamente desde el triunfo mismo de la Revolución Cubana comenzó el éxodo de obispos, sacerdotes, religiosos y líderes laicos de Cuba que, si bien en esta etapa no resultó significativo y más bien estuvo representado por aquellos con un mayor vínculo con la depuesta tiranía, resultó el preámbulo de lo que sucedería en la medida que las medidas políticas se fueran radicalizando.


VAPOR ESPAÑOL COVADONGA.

La Jerarquía Eclesiástica asumió una posición de confrontación política como correspondencia a las confrontaciones y limitaciones que se le estaban imponiendo. El 20 de enero de 1960 se produjo un incidente cuando el embajador español en La Habana, Juan Pablo Lojendio, se defendió ante la acusación de actividad de oposición política que se le atribuía a una parte de clero español y diplomáticos de la embajada española radicados en Cuba.

Como resultado de este suceso, el 23 de enero de 1960 sería expulsado del país dicho diplomático,. De inmediato, circuló un documento firmado por quince Superiores de Órdenes Religiosas radicadas en Cuba, en el que reafirmaron que atacar al embajador era atacar a la Iglesia pues el mismo se había destacado como defensor de la Iglesia Católica, alegando su obligación de “salir por los fueros de la verdad sobre España.
El 17 de septiembre de 1961 son expulsados 130 sacerdotes católicos, en su mayoría españoles, junto al Obispo Auxiliar de La Habana, Mons. Eduardo Boza Masvidal, los cuales salen del país en el buque español “Covadonga”. Alrededor de otros 300 sacerdotes, monjas, religiosos, seminaristas y algunos laicos, por voluntad propia, emigraron en esa oportunidad. Un reducido grupo de sacerdotes incluidos inicialmente en la relación del clero a expulsar, se escondieron por unos días y finalmente algunos se quedaron y otros emigraron por voluntad propia.

Agunas de las religiosas y muchos sacerdotes y hermanos de órdenes religiosas, abandonaron el país en contra de su voluntad. La Iglesia Católica en Cuba vio debilitar rápidamente sus comunidades e influencia social como consecuencia de dicha emigración, lo que además de afectar uno de sus principales sustentos económicos, provocó la detención de muchos de los laicos inconformes con la pérdida de algunas de sus propiedades, en particular los colegios católicos, que le representaban un importante ingreso económico e influencia en la estructura social.

Al triunfar la Revolución, el clero de la Iglesia en Cuba estaba integrado por 240 sacerdotes seculares, la mayoría de ellos españoles (sólo 95 eran cubanos) y los regulares ascendían a 483 (sólo 30 cubanos), para un total general de 723 sacerdotes.
Pero hubo un caso que me impresionó mucho. Fue conocido como el Caso Betancourt, en el cual se trató infructuosamente de desviar un avión de Cubana de Aviación hacia Los Estados Unidos. Angel María Betancourt Cueto intenta apoderarse a punta de pistola de un Il-18 que volaba de Santiago de Cuba a La Habana, con 97 personas a bordo. El piloto Fernando Álvarez se opone al secuestro y aterriza en La Habana. El secuestrador entonces mata al piloto y al escolta y hiere gravemente al copiloto en un suceso conmociona a todo el país. El secuestrador es apresado en una iglesia de la Habana Vieja y ejecutado.


AVION IL-18 DE CUBANA DE AVIACION.

Cuando Betancourt llegó a esa iglesia por primera vez, ya estaba la prensa y la televisión esperando su llegada para hacer ver al pueblo que los curas eran unos contrarrevolucionarios que escondían asesinos, buscando un motivo para cerrar la iglesia. El propio cardenal Manuel Arteaga Betancourt, debido a la represión, se vio obligado a refugiarse en la Embajada de Argentina primero y
después en la sede de la Nunciatura Apostólica, en 1961-62. Un año más tarde, el 20 de marzo de 1963, falleció.
Durante esa etapa de ofensivas y nacionalizaciones a granel, planes económicos y utopías de formar un hombre nuevo, que peleara como una máquina de matar imperialistas en cualquier sitio del planeta, se confiscaron cientos de propiedades pertenecientes a la iglesia católica, en particular las escuelas.

El asedio oficial provocó que los templos se vaciaran. Era casi un sacrilegio adorar a Jesús. Las imágenes del Sagrado Corazón, presentes en todas las casas, se escondieron en un cuarto de desahogo o detrás de la puerta del escaparate. Los más cobardes sustituyeron estas imágenes por otras de los líderes políticos.

No se podía separar a Dios de los cambios sociales. Tanto el brasileño Leonardo Boff, figura destacada de la Teología de la Liberación en Brasil, como el padre Camilo Torres en Colombia, el sacerdote asturiano Gaspar García Laviana, influenciado por las ideas de la teología de la liberación tomó las armas en la Nicaragua de Somoza, así como también el sacerdote aragonés Manuel Pérez Martínez quien llegaría a ser comandante del Ejército de Liberación de Colombia, o el guerrillero salvadoreño Roque Dalton, dormían con la Biblia, un libro de Carlos Marx y al lado un rosario. Tal y como hicieron los soldados rebeldes cubanos, que desde el más humilde hasta el jefe máximo que tenían crucifijos y medallas de la Virgen de la Caridad del Cobre, y hasta un cura Comandante.

Pero al pasar los años y comenzar una travesía revolucionaria con el intento de subvertir el status quo existente en América Latina y crear nuevos modelos como Cuba, ésta chocó con el alto grado de catolicismo practicante existente en latinoamérica.Para ratificar esta política, el primer congreso del Partido Comunista de Cuba, dedicó un amplio espacio a fijar la posición del partido sobre la religión como ideología y sobre las relaciones con las iglesias. Dentro de la Plataforma Programática, en el capítulo dedicado a la política ideológica, se sitúa una resolución sobre política y religión. En ella se exponen los planteamientos leninistas sobre el tema:


EL OPIO DE LOS PUEBLOS, SEGUN MARX.

“la religión es expresión de una conciencia alienada y anticientífica que debe ser superada.” Se afirma que “el partido se esfuerza para difundir entre las masas las concepciones científicas del materialismo dialéctico e histórico y para liberarlas de los dogmas, y prejuicios que las religiones engendran”. Se establece la libertad de profesar una fe religiosa y celebrar cultos en recintos religiosos, pero también se dice que la edificación del socialismo supondrá la superación de la religión.

Yo personalmente vi varias veces y hasta me instaron a participar, en agresiones verbales y físicas a las personas, pocas y sobre todo de edad avanzada que continuaban yendo a las iglesias, cuando éstas abrían, porque varias eran atendidas por un mismo sacerdote. Es algo que se niega ahora, como se niegan los mítines de repudio a los que en el año 1980 decidieron abandonar el país, o se pregona que en Cuba los Beatles nunca estuvieron prohibidos y tantas otras cosas que se afirma nunca ocurrieron. A los que vivimos esas etapas no nos pueden cambiar la historia real, ni hacernos creer que lo ocurrido fue de otra forma, ni tratar de salvar responsabilidades que llegaron hasta los más altos niveles de la sociedad y el estado.

Por supuesto que dejó de celebrarse la semana santa, dejaron de darse permiso para procesiones y peregrinaciones, se declaró como día laborable el 25 de diciembre, por tanto no había forma, sumado a las escaseces materiales, de celebrar la Nochebuena. Y lo peor de todo, se abolió el Día de Reyes y se trasladó para una fecha cercana al 26 de julio con el nombre de Día de los Niños, desapareció la ilusión de los Reyes Magos. Un famoso cantautor defensor de la Revolución pero religioso, Amaury Pérez Vidal, quien en 1994 se atrevió a sacar un disco titulado "Retrato de Navidad" con canciones alegóricas a la celebración y otras de corte religioso, estuvo vetado de los medios radial y televisivo por más de un año, explicado en entrevistas por él mismo.

Se hizo más famosa que nunca la canción de Barbarito Diez, "La Mora" que rezaba en una estrofa:

"¿Cuándo volverá? (Coro) la noche buena ¿cuándo volverá? (coro)
el lechoncito ¿cuándo volverá? (coro) bien asadito ¿cuándo volverá? (coro)
los rabanitos ¿cuándo volverá? (coro)
las lechuguitas ¿cuándo volverá? (coro)
ay los traguitos"

Volvió más de 30 años después.

Por supuesto que las personas que concurrían a la iglesia, eran inmediatamente "fichadas" por los Comités de Defensa de la Revolución y ni pensar en bautizar a sus hijos ante el temor de las represalias. Mi hijo mayor, Carlitos, fue bautizado clandestinamente en la iglesia del poblado de Wajay, a través de una persona allegada a la misma y sus padrinos fueron sus abuelos maternos, Fina y Antonio. No debía enterarse nadie de esa decisión, porque podía traernos problemas en nuestra vida laboral y profesional. Cuando nació nuestro hijo Alexander en 1974 ya la señora había fallecido y no nos atrevimos a ir a la iglesia, así que Alex se bautizó en Argentina con casi 30 años.


¿CUANDO VOLVERA LA NOCHEBUENA?.

Todas las planillas de cualquier tipo de solicitud, en un lugar donde el estado es dueño y señor en todos los aspectos de la vida, preguntaban reiteradamente si era religioso y cuestiones relacionadas con la religión. El acceso a ser miembro del Partido o de la Juventud Comunista era vetado si usted confesaba o negaba y se le confirmaba que usted tenía alguna creencia.

El colmo fue que las canciones que mencionaran a Dios eran vetadas o arregladas, como fue el caso de "La gloria eres tú" de José Antonio Méndez, un bolero antológico el cual los ignorantes atribuyen ahora a Luis Miguel, el cual decía: "Eres mi bien lo que me tiene extasiado, por que negar que estoy de ti enamorado, de tu dulce alma que es toda sentimiento/De esos ojazos negros de un raro fulgor, que me dominan e incitan al amor, eres un encanto eres mi ilusion/Dios dice que la gloria esta en el cielo, que es de los mortales el consuelo al morir/Bendito Dios porque al tenerte yo en vida no necesito ir al cielo tisu, si alma mia, la gloria eres tu."

Por supuesto que Dios desapareció de la letra al ejecutarse por cualquier cantante en Cuba o si no desparecía ya no era "bendito Dios", sino "desmiento a Dios".

Otro colmo fue ni siquiera respetar la memoria de destacados revolucionarios que habían muerto en acciones heroicas contra la dictadura y que profesaban una religión católica como en el caso del dirigente estudiantil José Antonio Echevarría y de religión protestante como el caso de Frank País. En el caso del primero hasta se desvirtuó y arregló un escrito suyo, especie de testamento político, en una conmemoración de su muerte, porque mencionaba a Dios.


IGLESIA DE WAJAY DONDE BAUTIZARON A MI HIJO MAYOR.

Mientras tanto, clandestinamente, sin necesidad de ir a templos, la religión sincrética cubana ganaba adeptos.

La Masonería en Cuba.

La palabra «masonería» viene del francés «masón «, que quiere decir «albañil». En efecto, al principio la masonería era una especie de cofradía o hermandad de albañiles especializados en realizar las grandes construcciones, como las catedrales y los palacios de los reyes y los príncipes. Por eso usaban en sus ritos de iniciación la escuadra y el compás, y sus grados estaban de acuerdo con el mismo oficio de la albañilería: aprendiz, compañero, maestro, etc.

La Iglesia Católica prohíbe pertenecer a la masonería porque se trata de una sociedad secreta, rechaza toda religión sobrenatural: la Revelación, la Biblia, los dogmas de fe, los misterios, etc. y se preocupa esencialmente por los intereses de sus miembros, pero a su vez actúa sobre la base de principios dogmáticos. Para ser masón tienes que creer en algún dios (del cristianismo, judío, etc.) no importa cual. Por eso se lo nombra como GADU (Gran Arquitecto del Universo) para que no haya discriminaciones religiosas. (En la masonería no se discuten ni temas religiosos ni temas políticos).

La rica historia masónica de Cuba es bien extensa. La masonería no es una organización política, aunque en ocasiones sus miembros fueron perseguidos por causas políticas. Tampoco es una secta religiosa, aunque sus adeptos confiesan una fe absoluta hacia sus principios. En el pasado la Iglesia Católica los trató como a herejes y muchas monarquías los consideraban una amenaza fatal para sus coronas por su insistente vocación de oponerse a cualquier tiranía religiosa o política. Pero, indudablemente, la masonería ya ha dejado atrás sus momentos más gloriosos, cuando los nombres de grandes literatos, músicos, y pensadores prestigiaban sus filas. Muy lejos ha quedado aquella época dorada en que Mozart escribía su cantata masónica "El elogio a la amistad", inspirado en los ideales de la hermandad, o los revolucionarios del 1789 franceses gritaban por las calles de París el lema masón de Liberté, Egalité, Fraternité. Pero desde George Washington a Benito Juárez (sin olvidar a Walt Disney) es innegable la influencia social que ha tenido esta asociación fraternal en la historia moderna.

TEMPLO NACIONAL MASONICO EN CARLOS III Y BELASCOAIN.

En Cuba la masonería también cuenta con un pasado ilustre, indisolublemente ligado a la formación misma de la nacionalidad y en sus filas militaron los hombres que luego lucharon por la independencia del país. Antonio Maceo, pertenecía a él desde 1864, Ignacio Agramonte y otros ilustres camagüeyanos se iniciaron en la logia "Tínima No. 16", y en Bayamo "La Estrella Tropical No. 19" agrupaba entre otros a Perucho Figueredo, Francisco Vicente Aguilera y Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria. Y por supuesto, documentos hallados en una logia de la ciudad de Cienfuegos, confirman la afiliación masónica de José Martí, quien tuvo esa influencia de sus más cercanos maestros como José María de Mendive y ya militaba en esa organización a los 18 años.

Los masones cubanos llegan a tener gran fuerza e inauguran la Gran Logia con sede en La Habana. Con el triunfo revolucionario la Masonería comienza a enfrentar dificultades: disminuyeron sensiblemente sus recursos financieros y vieron limitadas muchas de sus gestiones filantrópicas de carácter privado, debido a los profundos cambios ocurridos en el país. A esto se suma el éxodo hacia el exterior de una parte de sus miembros, mientras que muy pocos jóvenes se interesaban por ingresar en la institución y preferían dedicarse por entero a un proceso que prometía cumplir con creces todo aquello que los masones han enarbolado siempre como su mayor divisa: "Libertad, Igualdad, Fraternidad". De 34 mil miembros en 1959, la cifra se había reducido a 19.582 en 1981. Pero cuando
parecía que el destino de la masonería en Cuba era languidecer calladamente hasta su total extinción, comienzan a registrarse signos de recuperación. A partir de 1982 se advierte un ligero crecimiento que ya no se detendrá hasta el presente, cuando su membresía asciende a más de 28 mil afiliados.


JUDIOS EN CUBA. CEMENTERIO JUDIO, SINAGOGA BET SHALOM Y BUQUE SAN LUIS.

Judios en Cuba.

Desde pequeño uno evaluaba a los judíos por lo que decían nuestras abuelas, como personas oscuras, avaras y traicioneras, además de responsables de la muerte de Jesucristo. Ahora que después de viejo he conocido mi ascendencia sefardita, o sea judíos españoles (Sefarad, el término que la tradición identifica con la Península Ibérica), aunque en la familia jamás se ha hablado de ello, es que me he interesado con más profundidad, aunque no es desconocido para nadie lo que ocurrió durante el holocausto nazi y el por qué de aquella salvajada: los judíos son unos triunfadores en cualquier parte del mundo.
La historia de los judíos en Cuba está relacionada con nuestra historia desde su descubrimiento en 1492. El español Luis de Torres, un judío, estaba entre los primeros europeos en caminar en nuestra tierra. Junto a los primeros colonizadores vinieron los primeros judíos quienes huían de una España dominada por la Inquisición.

Hay algunos documentos que sugieren que la única gobernadora de Cuba, Doña Isabel de Bobadilla, era judía. Otro judío, Francisco Gómez de León, fue preso y ejecutado en La Habana a principios del siglo XVII por sus convicciones religiosas. Los orígenes de la comunidad judía cubana están ligados a la Guerra de Independencia (1868) y la guerra hispano- cubano – norteamericana (1898). Judíos de la Florida estuvieron entre los más activos partidarios de José Martí. Los judíos americanos fueron los primeros emigrantes que comenzaron a establecerse en la Isla como soldados veteranos o como negociantes a finales del siglo XIX. En 1904 ellos fundaron la “United Hebrew Congregation” con una sinagoga reformista y en 1906 adquirieron un cementerio.

Durante los años previos a la primera guerra mundial, inmigrantes sefardíes comenzaron a arribar a nuestro país desde Turquía y el Cercano Oriente. En 1914 los judíos sefardíes establecieron una organización comunitaria llamada “Chevet Ahim”.La inmigración desde la Europa del Este comenzó en 1920-21. Para la mayoría de esos judíos, Cuba solo era un punto de tránsito en el camino a los Estados Unidos. Pero como resultado del endurecimiento de las leyes de inmigración de EUA en 1924, miles de ellos se vieron obligados a permanecer en Cuba, y hasta después de 1924, miles de ellos continuaron arribando.

El 13 de mayo de 1939 zarpó el “San Luis” del puerto de Hamburgo con más de 900 judíos alemanes, quienes trataban de huir de la persecución nazi. El destino era La Habana, Cuba, y todos los viajeros disponían de visas o permisos oficiales que presuntamente les garantizaban la entrada a nuestra nación. Pero el entonces presidente cubano, Federico Laredo Bru, invalidó por decreto esas autorizaciones y no permitió que la embarcación entrara al puerto habanero.

Tras la negativa de otros países en aceptarlos, el “San Luis” regresa de nuevo a Europa desembarcando en la ciudad de Amberes. De los más de 900 pasajeros a bordo del “San Luis”, sólo 240 pudieron sobrevivir al holocausto, el resto terminaron capturados por los nazis o murieron en los campos de concentración.

No es hasta 1953 con la fundación del Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea y la construcción de este gran centro comunitario, que culminaron los intentos de centralizar esta organización comunitaria. Por supuesto que esta religión, minoritaria en Cuba, también se vio afectada por el éxodo de sus miembros y la política oficial hacia todas las religiones.


IGLESIA METODISTA EN MARIANAO.

Religiones protestantes en Cuba.

Las religiones protestantes en Cuba tienen un fuerte vínculo con las migraciones, fundamentalmente de la empresa misionera norteamericana. Se empiezan a establecer con masividad después de la instauración de la República pero desde la época de las Guerras de Independencia, ya existía la influencia de los cubanos con membresía en esas iglesias que habían emigrado a Estados Unidos y formado parte del Partido Revolucionario Cubano fundado por José Martí, los que insertaron en su discurso evangelizador un contenido patriótico.

Hasta el triunfo de la Revolución existió en estas iglesias un fuerte tutelaje por parte de las iglesias madres que radicaban en Estados Unidos, pero no obstante la transculturación que ello representaba, estas iglesias tuvieron gran influencia social a través de la educación que establecía y acentuaba preceptos morales positivos. Después de la Revolución, estas iglesias sufrieron el mismo tipo de negación que todas las religiones, pero se mantuvieron la mayoría de los pastores y solamente emigraron los misioneros o procedentes de Estados Unidos. En los últimos años las iglesias Bautista, Metodista, Evangélica Pentecostal, Episcopal y Presbiteriana hay alcanzado una gran fortaleza e incrementado notablemente sus miembros, ya que se trata de una iglesia más moderna y práctica, que atrae sobre todo a la juventud.


TIENDA DE SANTERIA EN CUBA.

La Santería.

Históricamente, esta religión, por llamarla de alguna forma, surge como consecuencia del sincretismo de la religión católicas con religiones africanas practicadas por los esclavos negros que habían sido traídos a Cuba. Siempre fueron prácticas mayoritarias de las personas de color y la variación en la composición étnica de la población cubana ha hecho que sea la que ha ganado más adeptos. Además era difícil de perseguir por no contar con templos y ser secretos muchos de sus ritos.

Creo que esta secta se ha convertido más que en una práctica ferviente, en un lucrativo negocio donde prima el engaño y la explotación de sus fieles de forma más descarada que el resto de las religiones. El coste de “hacerse santo” en la isla de Cuba varía según la nacionalidad es escandaloso. Los dedicados a esta industria suelen indagar el país, profesión y hasta si el futuro ‘ahijado’ tiene una abultada cuenta en el banco. La mayor parte de los religiosos le han dado un giro negativo a la santería. La han transformado en una empresa que mueve mucho dinero y donde ciertos babalawos (título Yoruba que denota a los Sacerdotes de Orunmila u Orula, es el Orisha de la sabiduría que opera a través del sistema adivinatorio de Ifá y que es conocedor del pasado, el presente y el futuro) solo piensan de qué forma pueden desplumar a sus ‘ahijados’. Sobre todo si son extranjeros o cubanos de buena posición. Es una aberración mayúscula, por el origen de estas creencias, nacidas en los barracones de negros esclavos quienes desde sus regiones africanas traían los preceptos y fundamentos de un culto altruista y solidario con el prójimo”,y que se fundió con las prácticas católicas de los españoles.

Decenas de babalaos, como se les dice en Cuba, a nombre de su secta extorsionan a sus "ahijados". Pero mucha gente ingenua y sin conocimientos de santería caen en manos de incautos. A pesar de santeros y babalaos tramposos y pícaros, el número de seguidores de las religiones afrocubanas se ha multiplicado en relación con los devotos del catolicismo. En Cuba, hay refrán que dice: “quien no tiene de congo, tiene de carabalí”.

Yo no tengo de congo ni de carabalí y creo que la santería, de todas las religiones es la más desprestigiada y falta de ética. Sin embargo, hasta donde vivo ahora en Irapuato, Guanajuato, México hay un local de los santeros cubanos con sus respectivas santas vestidas de blanco, que si no pagas, no hay adivinación, claro es la ética de esas creencias, que han tomado fuerza en muchos países. Hasta en en México existe una sociedad yoruba.


...Y CUATRO SETENTA Y CINCO, QUE YA SE ME HABIA OLVIDAO´

¡Impresionante carácter misionero de los seguidores de esta religión! En la santería si no hay plata por delante no hay adivinanza, remedios ni protección.
Recordemos la famosa canción de Abelardo Barroso de los años cincuenta "El brujo de Guanabacoa" donde dice:

Me boté a Guanabacoa a casa de un babalao, Pa´que mirara mi casa y a mí que estaba salao´´.
Me cobraron uno cinco, Yo sólo pagué la mesa, Lo gallo, Pato´ y Paloma, no entraron en esa cuenta.
Cuenta, cuento.
Me empezaron a mirar con siete pedazo´ e coco, que tiraban para arriba y empezaban a saltá´,
Mientras yo invocaba a Orula, a mi Changó y a Yemayá.
Pa´que digan la verdad, No me vayan a engañar.
Usted me trae un gallo gordo, Me trae manteca e cacao, Me trae maíz, miel de abeja,
Ah! Y cuatro setenta y cinco, que ya se me había olvidao´.
Y cuatro setenta y cinco, que ya se me había olvidao´.
Que ya se me había olvidao´.

Y si esta es una canción de los años 50, que no será ahora...


EN LA COMUNION CON MI HERMANO Y CON CARA DE POCOS AMIGOS POR LO QUE HABIA VISTO UN MOMENTO ANTES.

PARROQUIA DE SAN SALVADOR DEL CERRO DONDE HICE MI PRIMERA COMUNION.

Mi comunión.

He hablado mucho de la religión, que es un tema bien candente en Cuba, pero no he hablado de mis experiencias personales. En mi familia, como en todas las casas cubanas, se invocaba constantemente a Dios, en la sala había un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús, en el comedor uno de la Ultima Cena, en los cuartos no faltaban las imágenes de la Virgen de la Caridad del Cobre y del Angel de la Guarda para los niños, pero no éramos católicos practicantes, es decir no había hábito de concurrir a la iglesia y además no existía muy buen criterio de los curas.

No obstante, mi hermano y yo estábamos bautizados y llegó el momento de hacer la primera comunión ambos juntos, yo tendría unos diez años y mi hermano Roberto unos ocho. Fuimos a la parroquia de San Salvador de El Cerro, donde había una especie de comunión colectiva de la que formábamos parte nosotros. Oficiaría la ceremonia un conocido sacerdote con alguna jerarquía en la iglesia cubana, Monseñor Alfredo Muller, obispo titular de Anea y nombrado auxiliar del cardenal arzobispo de La Habana, Mons. Manuel Artega Betancourt.

Por supuesto vino toda la preparación, los trajes, la confesión y todo lo necesario para realizar una ceremonia como Dios manda. El día de la comunión se había preparado una fiesta para después de la eucaristía y para ello había una buena cantidad de bocadillos, dulces y otras golosinas. Por ser uno de los mayores, un sacristán me llamó para ayudar en el traslado a un local de las cosas que se
ofrecerían, tomé una bandeja y abrí una puerta y me encontré con una sorpresa, el Monseñor estaba "apretando" y besando a una de las "beatas" de la iglesia.

Se cumplía una vez más el dicho atribuido a los curas de que "haz lo que yo digo y no lo que yo hago". Ni recuerdo cuantos padres nuestros y ave marías había rezado como penitencia por confesar mis pecados infantiles-libidinosos y resulta que ahora el cura cometía esos mismos pecados y en la propia iglesia.

Por supuesto que participé de la ceremonia, comí las golosinas y quedé "puesto y convidado" con la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana. También me daba cuenta que ese era parte de los falsos ministros de Dios que tanto han dado que hablar, sobre todo en los últimos tiempos y que la mayoría de la comunidad sacerdotal está formada por personas bien convencidas de su papel y sobre todo al servicio de la comunidad. El mayor ejemplo que he visto de eso está en las monjitas que cuidan ancianos y enfermos y los padres que ejercen el sacerdocio en las comunidades más intrincadas de América Latina y viven de forma humilde.


CUMPLIENDO UNA PROMESA A SAN LAZARO Y LA IGLESIA DEL RINCON.

Sán Lázaro.

El San Lázaro que se venera en Cuba es San Lázaro, el personaje bíblico amigo de Jesús y hermano de Marta y María Magdalena y es una especie de sincretismo de el anterior, Lázaro, el mendigo que aparece en una parábola del Evangelio de San Lucas y Babalú Ayé, el orisha que se sincretiza con los dos anteriores.

La parábola del rico epulón y el pobre Lázaro o del hombre rico y del mendigo Lázaro, es una parábola de Jesús de Nazaret que se encuentra en el Nuevo Testamento (Evangelio de Lucas, capítulo 16, versículos 19 al 31). Relata la historia de dos hombres y el destino final de cada uno de ellos: el pobre Lázaro llega a la gloria del cielo y el rico epulón es condenado al infierno. Es la única de las parábolas que contiene un nombre propio: el del pobre Lázaro.

La condición de leproso del pobre Lázaro hizo que se convirtiera en el santo patrón de la lepra. En iconografía, la representación de perros lamiéndole las llagas le hacen similar a San Roque, santo patrón de la peste, con el que no tiene nada que ver. San Lázaro ante todo ayuda a curar las enfermedades de la piel, la lepra, enfermedades venéreas, las epidemias y las afecciones de las extremidades. Al lado del Santuario se encuentra el Sanatorio de leprosos de Cuba. En Cuba muchos ponen sus deseos y promesas en manos de San Lázaro un santo al que se le atribuyen milagros mayormente relacionados con la salud. Son muchas las promesas que se hacen cada año y son muchos los que llegan al poblado de El Rincón en la Habana cada 17 de diciembre para pagar por sus promesas cumplidas y otros simplemente van a venerar al santo.

Cada año el santuario recibe más de 100 000 visitas y en sus alrededores se genera una inmensa fuente de negocios, venta de alimentos, flores, velas, animales para sacrificios, alquileres de carros y camiones entre otros. La vida del pequeño pueblo de El Rincón, cercano a La Habana es el santuario. Siempre se encuentra el altar lleno de gente, los fieles ponen flores, encienden velas, dan monedas y piden a San Lázaro sus deseos y hacen sus promesas. El Santo lo resuelve todo o casi todo. Pero una vez la promesa hecha, hay obligatoriamente que cumplirla, porque San Lázaro es milagroso pero con el no se juega y el no acepta desobediencia.

El 16 de diciembre en el largo camino de más de treinta kilómetros hasta el santuario, sobre todo por la Avenida de Rancho Boyeros, se pueden apreciar desde las primeras horas de la tarde como van los fieles caminando, arrastrando piedras, de rodillas o como hicieron la promesa, cumpliéndola fielmente, muchos con vestidos de tela de saco de yute. Ese día la peregrinación supera los cincuenta mil creyentes, lo que ocasiona el cierre del tráfico automotor de las carreteras de acceso a el Rincón, se asignan refuerzos especiales de ómnibus para evacuar a los peregrinos y los embotellamientos son frecuentes.

Cuba fue oficialmente un país ateo y no laico pero estas promesas y peregrinaciones no pudieron ser silenciadas, al igual que ocurrió con la Virgen de la Caridad del Cobre en su santuario en Santiago de Cuba, de lo cual ya he hablado.



IGLESIA DEL CEMENTERIO DE COLON Y TUMBA DE LA MILAGROSA.

La Milagrosa.

En el cementerio de Colón hay una tumba hermosa, pero que pasaría inadvertida, es la tumba más visitada. Su localización es segura por las muchas visitas que a todo momento tiene y por las muchas flores prolijamente dispuestas. La costumbre ha impuesto dar tres toques con la bruñida aldaba de bronce, persignarse y quedar sumido en una silenciosa súplica de su intercesión en salud, amores, negocios, viajes. Hay que retirarse sin dar la espalda a la santa. Todos conocen a La Milagrosa y de que es una santa poderosa.

Pero los más jóvenes no saben quién fue Amelia Goiry. La versión más difundida apunta a que la joven Amelia, apenas a un año de casarse, murió por complicaciones durante el parto. El bebé, que tampoco sobreviviera, fue colocado en el féretro a los pies de la madre. Tres años después, al ir a exhumarse los restos, el cuerpo incorrupto de la joven se dice que tenía al niño en brazos, por lo que la tumba volvió a sellarse, y así ha permanecido hasta la actualidad. El viudo contribuyó involuntariamente a la leyenda, hasta su muerte 17 años después, pues pretendió despertar a diario a su amada con tres aldabonazos sobre la lápida.

A la tumba van muchísimos extranjeros. De todas partes: de México, de España, de Rusia, curiosos. Vienen a pedirle a Amelia, porque la fama de su poder es mundial".

A lo mejor yo no creo en ella, pero muestro mi respeto las veces que he estado ahí y no le doy la espalda.


IGLESIA DEL SAGRADO CORAZON EN LA CALLE REINA. ANA Y LA CATEDRAL DE LA HABANA. IGLESIA DEL SAGRADO CORAZON.

Cambio de política.

Pienso que por oportunismo ideológico, se mejoraron las relaciones entre la Iglesia y el Estado en los años 90. El sacerdote brasileño de la teología de la liberación Frei Betto publicó un libro impensable en 1959: Fidel y la religión.

Se necesitaban templos. Y el gobierno dio luz verde para que los beatos edificaran sus santuarios. La iglesia católica conservó sus ermitas. Es cierto que en los primeros 30 años de revolución daban misa a sala vacía. Pero nunca dejaron de hacer sus celebraciones. El otrora Seminario de San Carlos, a tiro de piedra de la Bahía de La Habana, es el único sitio donde se desarrollan diálogos respetuosos y se habla de una futura Cuba democrática, con la participación de académicos, intelectuales y disidentes de diferentes tendencias.

En general, la población aprueba las devoluciones de antiguos colegios y conventos, de algunos ya la gente no sabía ni que habían sido y los llamaban "la escuela de los rusos" por ejemplificar alguno. La gente desearía que a la vuelta de unos años, la iglesia católica tenga una mayor participación en la salud pública y la educación. De hecho, ya Caritas-Cuba presta ayuda social a cientos de ciudadanos de escasos recursos económicos. Sin olvidar que los asilos de ancianos y hospitales para leprosos en Cuba han gozado siempre de la mejor atención por parte de las monjas, atención que no se compara con la mejor institución hospitalaria estatal, aún con las exclusivas para extranjeros.

Al margen de las críticas de ambas partes ("...y siguen los abuelos de las dos orillas, echándose el anzuelo, la culpa y la semilla, porque aunque lo traten de esconder, la gente siempre sueña porque saben que existen; 7 vidas, 7 mares, 7 maravillas y 7 ciudades, 7 notas musicales, 7 cielos y pecados capitales, 7 potencias, 7 colores, 7 lunas y 7 soles, 7 enanos de Blanca Nieves, 17 instantes de una primavera y 7 amaneceres..."Siete de Carlos Varela) sin duda la jerarquía católica cubana, cuyo máximo dirigente fue víctima de la tenebrosa UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) cuando era seminarista, tuvo la inteligencia y la valentía de lograr avances en una sociedad tan cerrada como la cubana y propició la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba.



En el año 1990, el IV Congreso del Partido Comunista propició una cierta apertura al permitir que sus militantes, al mismo tiempo, pudieran pertenecer a una orden religiosa. En cierta forma y en este aspecto, fue el fin de la doble moral que practica el cubano en todo su actuar ante la vida.

Una maestra jubilada comentaba: "Toda mi familia fue bautista y yo tenía que esconderlo con gran dolor de mi alma". Tuvo que aceptar una educación constitucionalmente laica, que en ocasiones era "francamente antirreligiosa, negando a Cristo y pretendiendo que los alumnos colocaran en altares ateos a revolucionarios vivos o muertos convertidos en héroes o mártires".

Al mismo ritmo que la idolatría por la revolución y sus líderes comenzó a desvanecerse, personas con tendencia a la veneración, depositaron su fe en los más diversos cultos. Los testigos de Jehová, otrora perseguidos, reprimidos y encarcelados, predican hoy por toda la Isla. Ha aumentado el interés por filosofías y credos orientales relacionados con Buda, Confucio, Mahoma, u otras deidades occidentales como los innumerables Cristos y vírgenes que existen a lo largo de toda América Latina, sin hablar del gran ganador por ser el más simplista: los cultos afrocubanos.

Esta visita, largamente esperada, estuvo preparada por el arduo trabajo de todo un año. Desde que se conoció la fecha de la misma, los sacerdotes, diáconos, religiosos, religiosas y laicos, se entregaron con tesón para que produjese abundantes frutos espirituales en la vida de nuestra nación. La misión con la imagen peregrina de la Virgen de la Caridad por los distintos pueblos y ciudades de Cuba fue el punto culminante de los trabajos previos a la visita pastoral de Juan Pablo II.

Esta gran misión, como ya hemos expresado en otras oportunidades, puso en evidencia la fe religiosa presente en la gran mayoría del pueblo cubano.Los cinco días que el Santo Padre estuvo entre nosotros se caracterizaron por la gran alegría que, a lo largo de todo el país, el pueblo de Cuba manifestó espontáneamente. Juan Pablo II cautivó el corazón de los cubanos, desde los niños hasta los más ancianos. Lo percibimos cercano, amigo, hermano, padre, y tan familiar, como si fuera un cubano más. Cuando se marchó sentimos que nos separábamos de alguien que supo llenar nuestras vidas durante estos espléndidos e inolvidables días. El Papa misionero hizo surgir del corazón del cubano los mejores sentimientos que se expresaban de forma natural y entusiasta. Esto se reflejó en las cuatro celebraciones litúrgicas en las que el pueblo vibró con el Papa, permaneciendo de pie durante largas horas y manifestando su fe, devoción y sintonía entre todos, con respuestas al unísono en el momento de la Profesión de Fe. Estos sentimientos, más que todo, explican la activa participación de las multitudes en las grandes celebraciones litúrgicas y en los otros actos públicos que
contaron con la presencia del Papa.


CARDENAL JAIME ORTEGA ALAMINO, ARZOBISPO DE LA HABANA. HA TENIDO DIFICIL TAREA.

Antes de la visita, en un discurso se justificó ante la opinión cubana la visita del Papa y se trató de aclarar la duda que seguramente se planteaba en la mente de todo cubano: cómo es posible que después de cuarenta años durante los cuales se nos ha inculcado y convencido de que vivimos en un Estado ateo como única verdad, venga a nuestro país nada menos que el representante de Cristo en la tierra. Aquella contradicción fue magistralmente despejada con un argumento poco creíble para los que vivieron esa era:

Se dijo que la Revolución cubana nunca ha perseguido la Iglesia y ha respetado plenamente los sentimientos religiosos. Para apoyar esta afirmación se hizo un recuento histórico de las persecuciones de que fueron objeto los católicos a través de la historia (incluso, hizo una referencia, que no venía al caso, al Decreto de Guerra a Muerte dictado por El Libertador), para concluir recordando que en la revolución cubana "no se dio un solo caso de violencia física contra un sacerdote, ni hubo un solo templo cerrado".

En Cuba, puede que no se haya perseguido a los sacerdotes ni se cerrara ninguna iglesia. Pero también es cierto que a la iglesia se le ha mantenido siempre asfixiada y sometida a limitaciones de todo tipo insoportables. Desde el comienzo de la Revolución, la única fuente de ingresos con que cuenta el clero son las donaciones de los fieles. Estos ingresos progresivamente fueron mermando en la medida en los creyentes se fueron alejando de la iglesia por temor a las represalias del estado o fueron abandonando el país. El trabajador que asistiera a la misa corría el riesgo de perder el empleo.

El joven que visitara la iglesia perdía las oportunidades de asistir a la escuela o la universidad. El niño que fuera bautizado quedaba marcado para el resto de su vida como enemigo potencial del sistema. La feligresía fue quedando reducida a las personas mayores que habiendo perdido todo en manos de la Revolución no les quedaba otro refugio que la fe en Dios. El clero quedó sometido a un régimen de limitaciones tales que sólo la disciplina religiosa y la fe en Dios le permitía sobrevivir.


EL PAPA JUAN PABLO II EN CUBA.

Y el Papa pregonaba en sus homilías:

"Vengo como peregrino del amor, de la verdad y de la esperanza que Cuba se abra al mundo, que el mundo se abra a Cuba", "Los valores del Evangelio de Jesucristo no son un peligro para ningún proyecto social"

Después el papa Benedicto XVI visitó Cuba en el 2012. En su visita estuvo acompañado por multitudes de personas, destacándose la participación de una inmensa cantidad de fervorosos jóvenes, lo cual es sorprendente, pues en su inmensa mayoría carecieron de formación religiosa mientras recibían la propaganda oficial para apartarlos de la fe.

Como conclusión, hay que decir que con formas de resistencia no heroica, dialogando con el Gobierno, aprobando sus logros sociales pero criticando sus comportamientos autoritarios, la Iglesia Católica y otras comunidades religiosas lograron derrotar y revertir las políticas del proyecto ateísta que, hasta la década de los 80, fue parte inseparable del proyecto comunista.

Y ahí cambió todo, ahora Cuba es propulsora de la profesión de todas las creencias. Cuba ahora es más papista que el Papa. En Cuba se ha producido un cambio hacia la espiritualidad, promovido por la convicción de que los valores éticos y morales son indispensables en la vida de las personas.


“Todo lo que sirve a la causa del Partido Comunista es absolutamente moral”.
Lenin.


PAPA BENEDICTO XVI EN CUBA.

Colofón:

Que no se siente herido ningún amigo creyente, que saben que respeto mucho las creencias y criterios de cada cual, pero analizando la historia vivida durante los últimos 50 años en Cuba he llegado a una conclusión que no se si calificarla de poco ortodoxa, supongo que otros también la hayan analizado, y es la similitud entre la Iglesia Católica y el Partido Comunista de Cuba, vista a la luz de unos pocos principios:

La misa la oficia un sacerdote gordo con barriga prominente y numerosos ayudantes.
Las reuniones del Partido a cualquier nivel la oficia un personaje gordo, con barriga prominente y numerosos ayudantes.

Hay una ciega obediencia a Dios.
Hay una ciega obediencia al Partido.

Debemos ser semejantes a Jesús.
Seremos como el Ché.

Se reitera hasta el cansancio cumplir con los mandamientos.
Se reitera hasta el cansancio cumplir con los reglamentos, lineamientos, etc.

Se hacen loas por parte de los fieles a Jesús.
Se hacen loas por parte de los militantes al Partido y sus dirigentes (consignas)

Los que no comparten las ideas son satanizados.
Los que no comparten las ideas son tildados de disidentes, traidores.

Pasan el cepillo en cada oficio religioso.
Te pasan la cuchilla si no pagas religiosamente la cuota de militancia en el Partido.

Pregonan "Haz lo que yo digo y no lo que yo hago".
Pregonan "Haz lo que yo digo y no lo que yo hago". Encima de eso controlan toda tu vida.

Bueno hay que llegar a una conclusión, ambas son militancias voluntarias pero la de profesar la religión católica no tiene medidas coercitivas ni punitivas si la abandonas, como tampoco te controla toda tu accionar. Si tuviera que elegir no sería muy difícil la decisión.


CARNE DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA.

Pero voy a enumerar dos anécdotas que nos demuestran que hasta ahí van las similitudes:

En el año 1969, estando recién casado, me seleccionaron trabajador ejemplar a partir de mis méritos y desempeño laboral. Ello implicaba que era un escogido o apto para ser procesado para integrar las filas del Partido Comunista de Cuba. Fui citado a las oficinas del Partido

Comunista en su sede provincial de La Habana en M y 21 en el Vedado. Allí habían tres personas, una hablando, la otra escribiendo y la otra mirándome fijamente, me instaron a aceptar mi admisión al Partido, la necesidad de contar con elementos jóvenes, dispuestos a todo por la Revolución. Decliné la oferta, y durante casi cinco horas estuvieron hablándome sin cesar de mi responsabilidad con la patria (identificaban a la patria con el partido como una misma cosa) con la sociedad, con mi familia, interminable charla que culminó con mi posición de no aceptar la oferta. De mala gana y casi maldiciéndome me dejaron marchar.

En la actualidad en mi nueva vida en México, Oswaldo un amigo, familia y compadre mexicano me cuenta que estuvo en un Seminario durante cinco años, donde estudió toda la enseñanza secundaria, donde aprendió a ser un sincero creyente, donde pudo constatar la calidad de la educación en escuelas católicas y donde pudo conocer la humildad y entrega de los sacerdotes, que predicaban con el ejemplo e instruían a los jóvenes en valores éticos y morales y una actitud positiva hacia la vida. Me hacía la anécdota de un padre que era multimillonario y sin embargo abandonó todo por el servicio eclesiático. Les enseñaban a valerse por sí mismos en excursiones y acampadas entre ellas al Nevado de Colima.
Llegado el momento lo instaron a decidir por su vida futura y si de verdad quería ser un ministro de Dios. Oswaldo explicó que aunque poseía la fe, no tenía la vocación necesaria para esa tarea en la vida. La respuesta de los sacerdotes fue agradecerle su sinceridad y desearle fuera un hombre de bien y que nunca se alejara de la Iglesia, cosas que ha cumplido a partir de los preceptos que allí aprendió.


"MISIONEROS" METALIZADOS EN MEXICO.

Creo que dos actitudes tan diferentes dan un ejemplo de que en uno prima la voluntariedad y en otro la voluntariedad con una pistola en la cabeza y temerosos siempre de las represalias.

Mucha gente en México, donde vivo ahora, no entiende por qué los cubanos no son más fervientes en sus creencias y ven como una cosa casi de otro planeta la persecución de que fueron objeto las religiones en Cuba y por qué muchos cubanos ni siquiera están bautizados, por qué la comunión de los hijos no es una fiesta importante para los padres y por qué no existen bodas por la iglesia, así como que los cubanos más viejos seguimos llamándonos "compadres" no por motivos religiosos sino por la influencia de las películas mexicanas en nuestra cultura. Con estas vivencias en las que no hay nada de exageración, espero convencerlos.

No puede haber mejor final de este post que un fragmento del artículo "El Profeta", de Luis Aguilar León, destacado intelectual cubano que estudió en los colegios jesuitas de Dolores, en Santiago de Cuba, y Belén, en La Habana, coincidiendo en ambos centros educacionales con el joven Fidel Castro.

"Los cubanos están entre vosotros, pero no son de vosotros. No intentéis conocerlos porque su alma vive en el mundo impenetrable del dualismo. Los cubanos beben de una misma copa la alegría y la amargura. Hacen música de su llanto y se ríen con su música. Los cubanos toman en serio los chistes y hacen de todo lo serio un chiste. Y ellos mismos no se conocen."

"Nunca subestiméis a los cubanos. El brazo derecho de San Pedro es cubano, y el mejor consejero del Diablo es también cubano. Cuba no ha dado ni un santo ni un hereje. Pero los cubanos santifican entre los heréticos y heretizan entre los santos. Su espíritu es universal e irreverente. Los cubanos creen simultáneamente en el Dios de los católicos, en Changó, en la charada y en los horóscopos. Tratan a los dioses de tú y se burlan de los ritos religiosos. Dicen que no creen en nadie, y creen en todo. Y ni renuncian a sus ilusiones, ni aprenden de las desilusiones."

Creo que no hay otra definición más exacta del cubano y la religión.

HASTA UNA IGLESIA ORTODOXA RUSA HAY EN LA HABANA. AHORA QUIEREN HACER UNA SINAGOGA.