Según las reseñas históricas, la primera crónica de un juego de béisbol fue publicada en el cotidiano habanero El Artista, en diciembre de
1874, el autor describe detalles de lo sucedido en un encuentro de exhibición entre los equipos Habana y Matanzas, celebrado en el conocido
Palmar de Junco de Matanzas.
José Manuel Govín, fundador y director del periódico El Mundo, fue el precursor de reportar eventos deportivos en las páginas de su diario
y puso en manos del notable costumbrista Víctor Muñoz la responsabilidad deportiva. Estos trabajos siempre estuvieron acompañados de
ilustraciones del notable dibujante Conrado Massaguer, quien dio vida a inolvidables retratos de famosos peloteros y pelotaris (jai-alai o
pelota vasca, muy popular entonces y hasta el triunfo de la revolución).
En 1922 apareció la radio, la que en alcance, extensión y minuciosidad narrativa era lo máximo en esos momentos. A través de las ondas
radialesfue posible escuchar en cualquier sitio cuanto ocurría.
Pero los espacios noticiosos dieron mucha mayor cobertura a los atletas rentados, fundamentalmente peloteros y boxeadores, y muy limitada
atención a las hazañas del jugador de billar Alfredo de Oro, múltiple campeón mundial en la década de 1920, o al ajedrecista José Raúl
Capablanca, campeón mundial de ajedrez de 1921 a 1927.
Durante la década de 1920 y 1930 se realizaron intentos para llevarles a los aficionados los juegos, fundamentalmente de pelota, el deporte
más popular, a pesar de los intereses que se oponían a esta modalidad, pues les afectaba el negocio, ya que mucha gente prefería escuchar
el juego por radio, como ocurrió también después con la televisión.
En la década de los cuarenta comenzaron a proliferar las transmisiones de pelota por la radio, en particular a través de la RHC Cadena
Azul, COCO, CMW Onda Deportiva, CMCZ, Radio Salas y la Mil Diez.
Los primeros narradores, que después alcanzaron popularidad a escala nacional, fueron, entre otros, René Cañizares (Kañita), Manolo de la
Reguera (el campeón), Orlando Sánchez Diago y Cuco Conde. Más tarde se sumaron Felo Ramírez, Rubén Rodríguez, Gonzalo López Silvero, Rafael
Rubí, Fernando Menéndez y Gabino Delgado.
Según narra en uno de sus libros Eddy Martin, tanto Manolo Serrano como Manolo Ortega, cuando eran locutores de CMQ y de Mil Diez,
incursionaron en la narración deportiva, pero se dedicaron finalmente a la locución, y hoy son figuras de referencia en la historia de la
locución cubana. Similar consideración hay que hacer con el propio Eddy Martin y algunos otros que veremos.
Hasta 1949 las transmisiones de eventos deportivos consistían en describir el evento y ofrecer anuncios comerciales, que eran incluidos
durante la transmisión, pero fue precisamente en la temporada de pelota profesional de ese año que la emisora Unión Radio, inauguró la era
del narrador y comentarista. Lo hizo con Felo Ramírez en la narración y el periodista René Molina en los comentarios.
Los anuncios comerciales los incluían en la voz del locutor Roberto Canela. Con ello Unión Radio dio vida a un nuevo estilo de
transmisiones deportivas.
Los narradores y comentaristas utilizados, por el canal 4 Unión Radio Televisión fueron Felo Ramírez, René Molina, Orlando Sánchez Diago y
Rubén Rodríguez. Mientras por el canal 6, CMQ televisión, lo hacían Gabino Delgado, Jess Losada. Fernando Menéndez, y Cuco Conde. En
algunas ocasiones, fundamentalmente, los fines de semana, lo hacía el norteamericano-argentino-cubano Buck Canel.
Son muchos los que pueden ser considerados el mejor narrador deportivo de todos los tiempos en Cuba. Felo Ramírez, Cuco Conde, Rubén
Rodríguez, Bobby Salamanca, Roberto Pacheco, Ramón "Pity"Rivera, René Navarro y Eddy Martin, todos ellos sin duda fueron destacados en su
profesión. Cada uno de ellos, con su estilo particular, dejó una huella en la historia de la narración deportiva cubana
Pero hablemos de algunos de esos destacados.
"Felo" Ramírez
Rafael "Felo" Ramírez, El Orgullo de Bayamo cuenta con 93 años de edad, Felo inicia su carrera de locutor deportivo como narrador de
béisbol en Radio Salas de Habana, Cuba, en 1945. Ha trabajado en transmisiones radiales en Bayamo, La Habana, Puerto Rico, Venezuela y los
Estados Unidos.
Es considerado junto al argentino Buck Canel, como los mejores narradores de béisbol de habla hispana, motivo por el cual ha recibido
varios premios y condecoraciones. Fue bautizado como Lo mejor del Caribe. Fue el narrador por excelencia de la Liga Profesional Cubana
ydurante más de 30 años, fue la voz del béisbol profesional en Puerto Rico y Venezuela.
En 1992 se radica en Estados Unidos (Miami), laborando ininterrumpidamente desde entonces como narrador oficial de los Marlins de la
Florida, desde el nacimiento de la franquicia en 1993. Ha trabajado en 31 Series Mundiales.
Durante tres décadas, Ramírez comparte con Buck Canel, ganador del premio Ford C. Frick en 1985, el micrófono de la Cabalgata Deportiva
Gillette, un programa que se difunde por la red más grande de estaciones latinoamericanas en existencia. En 2001 gana el premio Ford C.
Frick, el más alto galardón concedido a los narradores de béisbol por el Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown. También ha narrado
varias peleas por Campeonatos Mundiales de Boxeo, entre los que se encuentran las de: Sugar Ray Robinson, Rocky Marciano, Mahamad Alí y Kid
Gavilán.
Sentó toda una cátedra con sus frases destacadas como: cuando viene una recta dura, dice ..." es una recta de humo "... y cuando conectan
un buen batazo hacia los jardines ..." ahi va un palo por todo el jardin "...."la bola se va elevando yyyyy...se llevó las cercas"
Pero lo más importante es que emplea un estilo netamente beisbolero. No aturde a los oyentes con datos estadísticos, no utiliza frases
rebuscadas, no se aparta de lo que ocurre en el juego. Simplemente describe lo que pasa en el terreno de forma que el oyente sepa con
seguridad lo que está ocurriendo e imagine lo que va a ocurrir, como si estuviera en el propio estadio. Sesenta años narrando béisbol no es
cualquier cosa.
Buck Canel
“¿Quién podría creer que este narrador de beisbol era de origen argentino?
El Papá de Buck Canel era diplomático de Estados Unidos y asignado a Argentina nació en ese país-
Canel tenia una voz potente y una pefecta dicción, pero su talento para improvisar, lo convirtieron en el narrador de béisbol en los
Estados Unidos de habla hispana más famoso del mundo. Sin dudas fue el mejor y así lo reconocen sus colegas.
Algunas de sus frases más famosas son:
“Le Tira y Abanica”
“El Inning de la Suerte, el Lucky Seven”
“ Se Fue la Entrada a paso de conga 1-2-3”
“No se vayan que esto se pone bueno”
Su madre fue una destacada periodista de ahí su facilidad para comunicarse y su carisma, por su herencia cubana. La abuela de Buck siempre
vivió en Cuba, por lo cual el gran narrador siempre la visitaba.
El programa que internacionalizó al estadounidense-argentino de ascendencia cubana fue “La Cabalgata Deportiva Gillette”. Cuando se le
preguntaba al gran Canel, “¿por qué no transmitía juegos de béisbol en ingles?” Contestaba, “porque en español soy el número uno”.
Y junto a el narró juegos de grandes Ligas otro de su estatura: Felo Ramírez, un dúo irrepetible.
Luis “Yiky” Quintana.
Rafael “Felo” Ramírez y Luis “Yiky” Quintana.son las voces de los Florida Marlins en español por la emisora WQBA. Hablar de Felo es abrir
una de las páginas selectas en la historia de la narración deportiva, hablar de Yiky es sinónimo de excelencia. Cada uno de ellos es un
manantial vivo de conocimientos sobre el deporte de las bolas y los strikes.
El sobrenombre de Yiky con el cual conocemos al súper-popular Yiky Quintana, surgió a iniciativas de su padre, que en honor al estelar
pelotero bayamés del famoso club beisbolero Almendares Yiky de Souza quiso que su pequeño hijo Luis se le llamara Yiky Quintana.
Durante la década de los años 1960-1970, Yiky Quintana formó parte y jugó muy buena pelota con el Equipo local de Camajuaní, donde
descubrió Yiky Quintana aptitudes para la locución y para escribir.
Yiky Quintana ingresa en la EIDE, Escuela de iniciación Deportiva Escolar, donde trabajó como profesor y entrenador de pelota; su debut
como columnista y redactor deportivo lo realiza en laRevista de Deportiva L.P.V., hecho ocurrido en el año de 1973; casi simultáneamente
debuta como narrador deportivo en la emisora CMHW de la ciudad de Santa Clara.
A sus 31 años se inicia en la Televisión Cubana, trabajando intensamente en los espacios dedicados al deporte, tanto en el Canal 6 como en
Tele-Rebelde. Dentro del marco de la locución y comunicación con su público, Yiky Quintana cosechó muchos éxitos y fue clave de su éxito su
participación en el popular programa 9550, tan recordado.
También es recordado su trabajo como locutor deportivo de la famosa Emisora Radial COCO, cumpliendo aquí una labor muy valiosa al trasmitir
deportes en general, entre ellos: Pelota, Boxeo,Volley Ball, Basquet Ball y otros.
En 1993, cuando aprovechando un viaje para narrar Volly Ball en Brasil se quedó en Venezuela donde consigue incorporarse a la Estación
Radial Super Suave, donde pudo narrar la pelota profesional de Venezuela, así mismo logró también participar en retrasmisiones radiales
para Venezuela de los Juegos de las Grandes Ligas de Base Ball Norteamericanas, y en enero de 1995, llega a los Estados Unidos de
Norteamérica.
Yiky trabaja actualmente para la emisora WQBA, en la sección deportiva, noticiero de la mañana y mediodía, así como para el Canal 41 de
televisión y junto a Felo Ramírez como la voz de los Marlins.
Bobby Salamanca.
Muchos aseguran que Bobby Salamanca ha sido el narrador más completo de todos los tiempos en Cuba, algunos conocedores no se atreven a
afirmarlo, pero cuando grandes como Eddy Martin así lo evalúan, me hace ratificar este criterio.
¡Caña cubana! ¡Azúcar, abanicando...! “Y de que van, y van dos”. Seguro que la nostalgia nos abruma cuando escuchamos estas frases
ocurrentes, tanto en sus vívidas narraciones como en sus narraciones en la prensa escrita. Las frases de Bobby todavía son repetidas y al
caer el out 27 del desafío, muchos pronuncian “chirrín chirrán” y el “pez sigue cayendo en el anzuelo” cuando un jugador le hace swing y no
conecta el lanzamiento. Los epítetos de Bobby se mantienen como identificadores de grandes estrellas. Así, Víctor Mesa es la “Explosión
Naranja”, Antonio Muñoz el “Gigante del Escambray” y Luis Giraldo Casanova, el “Señor pelotero”. ¡Lo tiró para la tonga y Cuba es campeón
mundial! no se olvida. Pero para mi el mejor de todos fue: ¡Adiós Lolita de mi vida! cuando se daba un jonrón.
Los aportes a la terminología del béisbol de Bobby han resistido la prueba del tiempo, aunque el olvido ha amenazado no solo a su figura,
sino también a jugadores y hechos destacados, ( absolutamente nadie, ni siquiera se le ha acercado, y es a los 263 ponches de Maels
Rodríguez en una temporada; en la temporada de 1970 Manuel Hurtado realizó una de las faenas más memorables en la historia al ponchar a 10
bateadores seguidos, el siguiente bateador fue un fly inocente y despuésd ponchó a dos más, en un récord bien difícil de superar, si de
atletas extraordinarios se trata voy con Urbano González quien dejó claro que poncharse no era lo suyo y promedió un ponche cada 42,75
veces al bate, con solo 67 abanicazos en 2864 visitas al plato, y que hablar del gigantesco Agustí Marquetti) de los cuales no se habla
porque han abandonado el país o no son destacados en política o apoyo al gobierno.
Es decir que en especial los anteriores a 1959 y a aquellos que por cualquier razón hayan abandonado el país es como si no existieran para
los comentaristas ¿deportivos o políticos?. La memoria se pone a prueba cada día para aquellos decididos a no permitir la desaparición del
legado de las personas que escribieron la historia del deporte cubano, tanto en los terrenos de juego, como en los micrófonos y las salas
de redacción.
Muchas de estas frases se pasaron al argot callejero, de modo que los ciudadanos las aplicaban a diversas situaciones de la vida cotidiana;
así, aun los que no eran aficionados al béisbol se hicieron eco de expresiones que de algún modo ellos popularizaban y universalizaban,
como suele ocurrir con los dichos que trascienden el lugar y momento en que surgieron. Ni esto último, ni lo anterior, lo ha logrado ningún
narrador de deportes en la Cuba contemporánea.
Compartí algunas vivencias personales con Bobby Salamanca en el periódico Granma donde trabajábamos, unas veces en guardias de custodia del
centro laboral, donde al terminar la misma uno no quería irse para seguir escuchando a ese hombre con tantas anécdotas y tanta cultura y
otras en trabajos agrícolas, donde siempre se la pasaba haciendo bromas, en particular al fotógrafo Soroa, al cual siempre "cogía para el
trajín" dándole tres tazas de su propio caldo: enseñando una foto (todavía no existía el photoshop) trucada donde aparecían él y Soroa
acostados en paños menores, Soroa dormido y Bobby encima en actitud amenazadora. Te enseñaba la foto y te decía: una imagen vale por mil
palabras, el conocido proverbio chino.
Todavía estoy por ver a algún comentarista tan universal, aparte de su incursión en los medios radial, televisivo y escrito, era capaz de
animar y ejercer la locución de cualquier tipo, así como era conocedor profundo de casi todos los deportes. No he vuelto a ver a nadie que
narre en vivo una partida de ajedrez con tanto dominio como las que hacía. De aquellos días en que otros comentaristas acotaban: ...y llegó
Salamanca con el café..., pasó a ser sin duda alguna, el mejor, a pesar de que tristemente murió bastante joven.
Bobby Salamanca es uno de mis héroes “sin pólvora y sangre”, que vez definió Nicolás Guillén
Eddy Martin.
En diversas emisoras como Radio Continental, Cadena Roja, Radio Lavín, Radio Cadena Habana, el Circuito Nacional Cubano, Eddy alternó la
locución comercial con el deporte y no tuvo un camino fácil porque el maestro se enfrentó a un ambiente muy competitivo, en el que supo
desenvolverse y aprender de consagrados narradores de esa época como “Felo” Ramírez, “Cuco” Conde y Rubén Rodríguez.
Fue el nexo entre el antes y el después de la revolución y tuvo la oportunidad de ocupar un puesto junto a los magníficos comentaristas
anteriores a 1959. Igualmente, compartió con las figuras que surgieron en el decenio de 1970, René Navarro, Rolando Crespo, Bobby Salamanca
y otros.
Eddy fue redactor, comentarista, periodista y narrador deportivo. Está inscripto en la memoria de la narración deportiva cubana desde 1954
y es considerado el titan de la locución en Cuba por su versatilidad y perfecta dicción, así como su cultura. Vinculado al deporte,
participó en siete olimpiadas, 17 campeonatos mundiales de béisbol, 10 Juegos Centroamericanos y del Caribe, 11 Juegos Panamericanos, cinco
mundiales de boxeo, entre otros muchos eventos.En la emisora avileña de Tamarindo, CMJH La Voz de la RCA Víctor, tuvo el primer
acercamiento al micrófono.
A partir de 1947 incursionó en la prensa impresa en el semanario “Cuba Deportiva” y “América Deportiva”. A partir de 1948, en La Habana,
trabajó como narrador deportivo. Mantuvo una sección semanal sobre deporte en el Periódico “Avance” entre 1955 a 1959, y también en el
semanario “Vamos”, de Guanabacoa. Comenzó como suplente de comerciales entre innings en las estaciones de la época, la CMBZ Radio Salas, la
CMBQ Radio Continental y otras.
Fue el comentarista deportivo más conocido en Cuba e internacionalmente.
Héctor Rodríguez
Este narrador deportivo, de voz profunda pero a mi criterio personal, de escasas posibilidades creativas y verbo limitado, fue también
junto a Eddy Martin uno de los principales comentaristas de la pelota cubana. Desafortunadamente para él y para la televisión cubana,
crearon un programa en el que asumía la animación total: Hoy mismo, una revista variada informativa. Aquello mostró sus escasas
posibilidades fuera de la pelota, aunque dentro de esta también considero que nos atiborraba con estadísticas interminables y hablaba de
muchas cosas menos del juego en sí. El programa Hoy mismo mostró a un Héctor que solo sabía decir, cuando había que salirse del libreto,
las largas aaaahhh, eeeehhhh, oooohhh y no terminaba una frase. Una inmensa voz desperdiciada.
Solo recuerdo con agrado de él la narración de la carrera de Alberto Juantorena aquel 25 de julio de 1976, cuando el elegante de las pistas
se coronó campeón olímpico en la ciudad de Montreal. Será por la emoción con que lo dijo porque creo que ni sabía lo que decía.
Comentaristas al exilio.
Buscando mejoras ante la increible "piña" que ha sido el grupo de comentaristas deportivos cubanos después de la revolucion, precisamente
para monopolizar los viajes al exterior, muchos prospectos jóvenes tomaron el camino del exilio. Entre ellos quiero destacar a Bobby
Salamanca Jr, fiel seguidor de su padre, Yiki Quintana del que ya hablé y Ernesto Ruiz Faxas, quien tuviera mucho exito participando en más
de diez telenovelas en México y Estados Unidos. Trabajó en España con la cadena Tele-5 y con Televisa y Tv Azteca, en México. Anteriormente
habían seguido ese camino consagrados como Rafael y Pepe Conte, Rafael Rubí, Adolfo Font, Manolo de la Reguera (el campeón), Eladio
Secades, Pedro Galiana, Cuco Conde, Fausto Miranda, Fernandito Menéndez, René Molina, Manolo Alvarez, Jess Losada, Jessy Losada, Gabino
Delgado, Rubén Rodríguez, Luis Felipe "Pincho" Gutiérrez, y otros tanto que no recuerdo, pero estos eran todos consagrados.
Actualidad.
En la actualidad hay muchos narradores en la radio y la televisión, pero en todos falta originalidad. Los escucho y algunos me parece que
copian a otros, incluso he oído frases muy de Bobby Salamanca y de Felo Ramírez y hasta imitan a narradores de las Grandes Ligas actuales
como por ejemplo cuando dicen: no, no, no, no, no, digale no a esa pelota. Me parece poco ético, es como plagiar la autoría de una
canción.
Y no voy a hablar del dúo que la gente desgraciadamente tiene que escuchar más: Rodolfo García y Modesto Agüero, voy a resumir mi criterio
de su trabajo muy rápidamente: pésimo. Hay quien dice que saben mucho del béisbol de Grandes Ligas. Lo mismo o más sabe Danilo Sirio,
presidente actual del ICRT y verdadero fanático del tema, del cual sí sabe, pero eso es por sus prerrogativas de acceder a esos juegos, lo
que no pueden hacer los cubanos amantes de ese deporte.
Y además de la falta de originalidad y creatividad está lo dicho anteriormente, hablan de todo menos narrar lo que pasa en el juego y
politizan absolutamente todo, aparentemente, no aparentemente, porque los conocí con alguna cercanía, lo hacen para congraciarse con las
autoridades y ser premiados con un viaje al exterior. Del tema imparticialidad es mejor no decir nada. Para no quedar mal con nadie hablan
de su imparcialidad pero siempre la muestran, otra falta de ética profesional. Me da gracia que cada vez que elogian a alguien por su
actuar deportivo los hace quedar mal, lo he comprobado repetidas veces.
Solo visualizo destellos de éxito de los actuales en Reinier Gonzalez y Hector Villar, con madera para algo más que la narración deportiva,
con gran profesionalismo y estudiosos de todos los deportes.
No es muy difícil poner en un verdadero aprieto a los periodistas deportivos de la televisión cubana, no es necesaria la mención de un
“desertor”, o incluso del accionar de algún cubano por las Grandes Ligas y sus éxitos. Hasta podrían hablar de la necesidad de insertar a
los peloteros cubanos en otras ligas extranjeras y de brindar una mejor remuneración a los que permanecen en Cuba, y ya todos están en una
encrucijada. Todo el mundo sabe, desde el Presidente de Cuba hasta el más humilde cubano, que es una falacia (no muy difícil de detectar
como tal) que en Cuba el deporte es amateur o aficionado. Son asalariados del deporte, un deporte rentado de baja remuneración y sin
derecho a exigir un pago justo.
Recientemente los diez primeros peloteros exaltados al Salón de la Fama del Béisbol Cubano, después de 54 años de inactividad y ser
refundado, se dieron a conocer en el Estadio Latinoamericano de la capital cubana, lo que en total representa 68 jugadores y Maestri dentro
de ellos como el umpire más reconocido. Fueron exaltados al Salón de la Fama como los peloteros más destacados del período 1874-1961:
Esteban Bellán, Camilo Pascual, Orestes Miñoso, Amado Maestri y Conrado Marrero. Todos jugaron en Grandes Ligas y Bellán fue el primer
latinoamericano en jugar en las mismas. El Salón de la Fama del Béisbol Profesional de México cuenta con 16 cubanos y el Salón de la Fama
de las Grandes Ligas en Cooperstown cuenta con 17 cubanos dentro de sus elegidos. De ellos no oigo hablar a ningún comentarista y solo
Salamanca y Eddy Martin conocían del tema y podían abundar sobre la historia del deporte en Cuba.
Ahora que vivo en México veo asiduamente el beisbol de las Grandes Ligas, y el de Liga del Pacífico de México. En ambas cosechan éxitos
muchos cubanos y en Cuba no se habla de ellos. Es como hablar de Meme Solís o Celia Cruz, sencillamente no existen.
Recuerdo que por mi afición a la pelota y al boxeo, me procuraba los diez centavos para acudir al “gallinero” del cine Gardel , próximo a
la Virgen del Camino, para ver la revista Los Reyes del Ring, un compendio de las mejores peleas de boxeo profesional de todos los tiempos
y también para ir al estadio del Cerro. Pero si no se podía, escuchábamos a los comentaristas de la época, sobre todo por la radio y eran
tan profesionales las narraciones que solo nos perdíamos lo visual, pero lo imaginábamos con mucha claridad, como cuando uno se lee un buen
libro y visualiza virtualmente lo que ocurre en el mismo. Hoy en día es mejor en Cuba ver el deporte por televisión y bajar el volumen, los
comentaristas no solo no van a aportar mucho, más bien van a distraerlo de lo que a usted le interesa, ver el partido.
Pero debo hablar de un tema interesante que es el chovinismo. De eso pecan los narradores argentinos, casi libran una guerra santa
musulmana cuando se trata de futbol y los mexicanos igualmente, nunca ven perder a sus competidores, siempre se busca una justificación. Y
si se trata de boxeo, ¡cuidado!
La diferencia con los narradores cubanos que son igualitos en ese sentido, es que los cubanos politizan innecesariamente lo ocurrido.
Como en toda la prensa cubana, la narración deportiva está llena de loas y alabanzas, y si hay algo deficiente la culpa la tiene el
imperialismo o vaya usted a saber quien, pero nunca los representantes de Cuba pierden en buena lid. No se si no saben o no quieren saber
que el ejercicio de la crítica, siempre que sea constructiva, es la mejor forma de ayudar; ni paternalismo barato ni crear falsas
expectativas sensibleras, un mal que cada día se propaga más y que el aficionado conocedor repudia. Esto no solo hace daño solamente al
atleta sino también al propio periodista.
Nada que son muy escasos los comentaristas o narradores deportivos, en el mundo entero, a los que da gusto escuchar.
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