CAFE CUBANO Y CAFE CON LECHE
...Ooooye, lo que te voy a decir. Cuando quieras tomar un buen café, un café aromático y sabroso, exija el detallista que le de Pilón que es el café más delicioso. Café Pilón sabroso hasta el ultimo buchito...
CAFE PILON: SABROSO HASTA EL ULTIMO BUCHITO.
Existen muchas versiones acerca del origen del café y existen muchas leyendas acerca del mismo. Parece ser que el café es originario de Persia o de Etiopía. No se conoce exactamente el momento en el que la primera persona descubrió los efectos del fruto de la planta del café y preparó una bebida a partir de las bayas, pero se cuentan diversas historias sobre sus orígenes.
Se supone que los hombres primitivos, imitadores de las costumbres de los animales, observaron como algunas plantas los atraían. Esta sería la justificación para que desde muy tempranas épocas de la historia, el hombre masticara café. Algunos frutos maduros del café son de sabor dulce y presenta una serie de componentes similares a otros encontrados en frutas y verduras, en el cacao o en el té. Contiene cafeína, vitaminas, minerales y otros compuestos que pueden tener efectos estimulantes que contienen generan sensación de bienestar.
Léonard Rauwolf, un médico alemán llegado de vuelta de un largo viaje por el Oriente Medio, fue el primer occidental en describir el brebaje: Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Apuntaba: "Sus consumidores lo toman por la mañana en una copa de porcelana que pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y el fruto de un arbusto llamado bunnu." Estos comentarios llamaron la atención de mercaderes, a los que la experiencia del comercio de las especias les había hecho sensibles a este tipo de información.
El café comenzó a conocerse en Europa a partir de principios del siglo XVII, y su popularidad creció con gran rapidez. Los establecimientos de café se multiplicaron en muchos países, sobre todo en Italia, Gran Bretaña, Holanda, Francia y Alemania. A comienzos del siglo XVIII, los holandeses llevaron el cultivo del café hasta Indonesia; los franceses llevaron algunas plantas a Martinica y Haití, mientras que los españoles, por su parte, comenzaron a introducir plantaciones en las Antillas, América Central y los portugueses a Brasil.
Las cafeterías se convirtieron en lugares donde nacieron las ideas liberales, debido a ser frecuentados por parte de filósofos y letrados, en donde se debatían sus puntos de vista. A finales del siglo XVII, esta agitación incitó al fiscal del Rey en Inglaterra a pedir el cierre de las cafeterías, citando crímenes de ofensa contra el rey Carlos II y el reino. Las reacciones fueron tales que el edicto de cierre debió revocarse. Los flujos de ideas alimentadas por el café modificaron profundamente el Reino Unido. Se contaban más de dos mil cafeterías en el año 1700. La famosa compañía de seguros Lloyd's fue en su origen una cafetería fundada en 1688. El café estuvo prohibido en Rusia, con penas de tortura y mutilación, cuando la policía zarista encontraba a alguien presa de una crisis nerviosa lo atribuía al café.
Para la gran mayoría de los cubanos, beber una humeante taza de café, es una de las primeras acciones del día y pretexto obligado de cualquier encuentro o visita y de una buena sobremesa. El café llegó a esta isla a través de los franceses que emigraron hacia la región más oriental de Cuba, tras la revolución antiesclavista que tuvo lugar en Haití a finales del siglo XVIII.
La experiencia de los franceses llegó además a Cuba acompañada de un rico tesoro cultural, reflejado en la evolución de manifestaciones como la literatura, música, bailes, religión y gastronómica en el oriente del país e incluso hacia el Caribe, más allá de las fronteras de la mayor de Las Antillas.
Expertos cubanos exploran las ruinas de los cafetales que florecieron desde finales del siglo XVIII. El objetivo es enlazar a 170 de los más de 250 cafetales construídos en la zona, aprovechando algunos caminos y vías de transporte en estado de conservación, así como las construcciones que todavía quedan como recuerdo de aquella época, creando así la ruta turística del café.
Estas huellas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, constituyen un verdadero monumento a la ingeniería hidráulica, vial, doméstica, funeraria y del sistema productivo, todo lo cual revela la maestría de sus creadores. Después de los ingenios azucareros, los cafetales son los establecimientos agrícolas más importantes de Cuba, aventajando generalmente a los primeros en hermosa apariencia y cuidadosa labor.
RUINAS DEL CAFETAL LA ISABELICA EN LA GRAN PIEDRA.
Cafetal La Isabelica
En la Sierra de La Gran Piedra ubicada al este de la Ciudad de Santiago de Cuba, están los restos del cafetal La Isabelica. Víctor Constantin, trajo consigo a una esclava haitiana llamada Isabel María con la que vivió en La Isabelica un romance que les duró la vida.
Tambien en esa zona se encuentra la hacienda cafetalera Fraternidad,
Actualmente allí se encuentra el Museo La Isabelica, destinado a preservar los vestigios de esta cultura cafetalera, y en la ciudad de Santiago de Cuba en su centro, es famoso el café La Isabelica.
También en la zona están las ruinas del cafetal conocido como Santa Sofía, un gigante con dotaciones de más de 600 esclavos, el Kentucky y la hacienda cafetalera Fraternidad. Cuando Jean Baptiste Rosemond de Beauvallon, natural de la posesión francesa de Guadalupe y radicado en París, llegó por mar a Santiago de Cuba en 1841, después de un largo viaje a lo largo de la isla, se creyó transportado a Francia, no sólo por la apariencia pintoresca de la ciudad, sino también por el idioma que se hablaba por las personas ocupadas en diferentes tareas en la bahía y zonas vinculadas al puerto.
Ello evidenciaba la presencia de una cultura diferente a la criolla e hispana existente en la región oriental del país. Su influencia tanto en el lenguaje como en la economía, la música, la danza, la literatura, la gastronomía, la religión, el arte, la arquitectura, los gustos y las costumbres alcanzaba a toda la ciudad y tenía un énfasis mayor en la zona rural.
Cafetales en la zona occidental de Cuba.
Pero no se limitaban los cafetales a la parte oriental de la isla, en la primera mitad del siglo XIX los cafetales del occidente representaban más del 60 por ciento de la producción total nacional. Sus producciones se dirigían al mercado norteamericano que en 1821 importaba de Cuba el 40 por ciento de sus necesidades , mientras que las del Oriente lo hacían hacia Europa y el contrabando.
En 1813 el alemán Cornelio Souchay, compró dieciséis caballerías de tierra en el realengo Cayajabos, muy cerca del actual poblado de Artemisa, al sudoeste de La Habana. Allí fundó un cafetal que bautizó con el nombre de Angerona, que pronto se trasformó en la más próspera plantación cafetalera de la Cuba de la primera mitad del siglo XIX y el que ha pasado a la historia por los amores de su propietario con una mujer haitiana, Úrsula Lambert, tema de la película Roble de olor, del director Sergio Giral, de la isla. Úrsula fue, en realidad, una dama de la alta sociedad mestiza de esa isla, que vino a Cuba huyendo de sus congéneres insurgentes; probablemente se trataba de la hija bastarda de un plantador francés con una esclava o una liberta. Madame Lambert recibió una educación totalmente francesa y fue quien instruyó a su amante en todo lo referente al montaje del cafetal Angerona y su manejo.
CAFETAL ANGERONA EN ARTEMISA.
Otras haciendas importantes de la zona de occidental fueron el cafetal Buenavista, La Unión, San Ramón de Aguas Claras, Santa Serafina y cerca de otros cincuenta, casi todas en alturas de unos 300 metros de altura, ya que el alejamiento de las zonas más bajas suponía muchas veces tierras menos fértiles, además de un esfuerzo extra para abastecer de agua a la hacienda y mayor distancia a recorrer en el traslado de las mercancías.
Y en la provincia de Matanzas, el matrimonio de Don Francisco Rouviere, natural de la ciudad de Marsella, y Doña Dionisia Giraud Le Riech, natural de París, se asentaron en la ciudad yumurina, donde compraron terrenos en la zona de Canímar, en las afueras de la ciudad de Matanzas, y allí construyeron la plantación cafetalera denominada, en honor a su esposa, La Dionisia. En la actualidad, La Dionisia es utilizada como destino turístico por su cercanía al balneario de Varadero.
Como vemos, los cafetales cubanos han sido emplazados siempre en las serranías de la isla, sobre los 500 a 1000 metros del nivel del mar. Aunque es en zonas de la Sierra Maestra y el macizo montañoso Sagua-Baracoa, donde se ha concentrado por práctica el mayor peso de obtención, y además era el más cercano a Haití; también en la serranía del Escambray, en el centro de la isla, y en la Sierra del Rosario y la de los Órganos, en Pinar del Río, ha existido una fuerte tradición en tal cultivo. Y digo ha existido porque ya hablaremos de la produccion actual de café en Cuba.
En estas sierras cubanas el cafeto encontró un microclima que le propició las condiciones óptimas para su crecimiento, tan es así, que la producción cafetalera cubana fue, en aquella época, una de las mayores del mundo. Hoy en día, el café cubano no sobresale por grandes volúmenes de exportación, sino por su excelente calidad, sobre todo en la especie Árabica, que lo ubica entre los preferidos del mundo; especialmente en Japón, que es uno de los más exigentes mercados.
CAFE TOSTADO EN GRANO.
Cafe carretero.
El café carretero del que tanto se habla en las charlas nocturnas o antes del trabajo en el campo cubano, es un café preparado tradicionalmente por los campesinos.
Cuando el café está hirviendo, se coge un leño encendido que en Cuba se le llama tizón y se introduce dentro del recipiente. La borra por razones físicas se precipita hacia el fondo e inmediatamente se sirve.
Pocas veces he saboreado ese café, estoy seguro de que mis hijos no lo conocen. En un principio se usaban las cafeteras de tetera con un colador de tela, después las cafeteras a presión, llamadas en Cuba italianas, más tarde comenzaron a llegar equipos sofisticados alimentados por energía eléctrica, pero en ninguna de ellas las coladas tienen el sabor del café carretero.
CAFE CARRETERO.
Cafe carretero en argentina
Al igual que en Cuba es un café especial, con una historia muy peculiar. Resulta que, una vez que esquilaban las ovejas, tenían que llevar la lana para venderla a la capital de la región, Río Gallegos, que está a cientos de kilómetros, pero que en un carro y en épocas pasadas suponía un viaje de casi un mes. Se iba todo el grupo junto, en caravana. Cada día, cuando paraban para hacer la pausa de la noche, encendían una fogata y preparaban este café. Ponían agua a hervir y añadían unas cucharaditas de café. Después, cogían pedazos del carbón de la fogata, lo rebozaban en azúcar y lo introducían dentro de la tetera. Se supone que este carbón actúa como esponja para absorber la borra o restos del café y, a la vez, le da un gusto azucarado y ahumado muy sorprendente. Gracias al carbón podían servirlo directamente, sin necesidad de colarlo.
CAFETERAS NACIONAL, LA DEL CAFE DE 3 QUILOS.
Cafe de 3 kilos.
En Cuba a los centavos se les dice "quilo". En el mercado de la nostalgia de Miami, el Latin Miami Café en Hialeah ha desatado un boom. El recién inaugurado establecimiento vende café a 3 centavos la tacita, tal como tradicionalmente se ofertaba en Cuba en las esquinas de La Habana y la mayoría de ciudades de la isla antes de la revolución.
El café de 3 quilos es parte de la memoria de nuestro pueblo. En Cuba el quilo es la unidad monetaria de menos cuantía, por lo tanto no puedes dividirlo en otras monedas. Hay que recordar la frase: "el kilo no tiene vuelto". O aquella que dice: "me sacaron el quilo", que es hacer sudar a alguien y trabajar con gran fatiga y desvelo. La antigua peseta española se componía de cien céntimos a los que popularmente se les llamaba quilo. De ahí viene la costumbre cubana de llamar quilo a la moneda de un centavo.
Aunque algunos pensaban que el modesto quilo no tenía mucho valor “no vale ni un quilo”, se decía antes en Cuba para indicar que algo tenía poco valor), con un quilo se podían comprar muchas cosas, como por ejemplo: un pirulí, una melcocha, un cigarro, un chicle, azúcar, sal, una galleta, un caramelo, un vaso de agua de seltz o carbonatada, por señalar algunas. Y con tres quilos tomabas una excelente taza de café. Una popular tienda habanera, que vendía artículos de a quilo se llamaba “La Casa de los Tres Quilos” y estaba situada enfrente de la iglesia de Reina y Belascoaín, hoy convertida en una tienda recaudadora de divisas con elevados precios denominada Yumurí. Y por supuesto estaba la cadena de tiendas Woolworth's, popularmente llamados Ten Cents. En La Habana aún se conservan los Ten Cents de Obispo, Galiano, Monte, Vedado, y La Copa, en Miramar. En el interior había otros cinco en Cienfuegos, Santa Clara, Matanzas, Camaguey y Santiago de Cuba.
LA CASA DE LOS 3 QUILOS Y EL TEN CENTS DE GALIANO.
Por lo tanto al modesto quilo cubano de antes de la revolución no lo podemos despreciar.
Seguro que para muchos cubanos de Miami, era un sueño contar con un restaurante donde pudiera tomar el café como en Cuba y a precio de nostalgia, y qué mejor lugar que Hialeah, donde vive la mayor concentración de cubanos fuera de Cuba.
Muchos recordaron que solían tomar café a 3 centavos, con su vaso de agua fría con hielo y gastaban otros 2 centavos comprando cigarros sueltos. Un amigo de mi padre puso inicialmente un puesto de venta de café de 3 centavos, a los dos años ya tenía 5 establecimientos similares. Y eso que era rara la esquina donde no hubiera uno al menos.
Se arraigó tanto el café en nuestras tradiciones y prácticas cotidianas, que hoy los mayores que nos preceden hablan, con nostalgia, de cómo el inconfundible y estimulante aroma del grano tostado y recién colado inundaba, literalmente, todos los rincones de cada localidad y motivaba a muchos a consumir una taza del auténtico café cubano, humeante, sabroso, tentador y fuerte, por el módico precio ya acotado.
Muchos cultivaban ese ritual a cualquier hora del día y todas las marcas en el mercado, suministraban la especie arábiga al 100%; eran muchas, pero todas con calidad indiscutible.
Lo mismo pudiéramos decir del amanecer clásico del cubano. La taza de café era imprescindible para comenzar adecuadamente el día, para no hablar del siempre popular y altamente demandado desayuno básico: un nutritivo café con leche y pan con mantequilla.
Pero lo más tradicional para los cubanos que están en los más disímiles confines del mundo, en su casa, como gesto cordial de bienvenida, seguramente le ofrecerán al visitante esa taza de café, sea de donde sea su origen pero hecho a la cubana, bien fuerte y sobre lo amargo, pero siempre tomando el café con la taza y el platillo debajo, que es una costumbre muy vieja de los cubanos.
Muchos otros se han acostumbrado a tomar el café en la forma que más se estila en el mundo: el café tipo americano. Creo que es el que se toma en todas partes excepto en Cuba, España e Italia. Yo, en verdad, se los regalo.
Pilón: Sabroso hasta el último buchito.
Los orígenes del Café Pilón se remontan al siglo XIX, por lo que se ha preparado y servido desde hace más de 100 años. El café era simplemente café durante ese período de tiempo, no existíamarcas, y las relaciones con los clientes se formaban a un nivel muy personal. Pero a medida que pasaron los años, las marcas se hicieron cada vez más importantes, Café Pilón se convirtió rápidamente en el café más popular de Cuba. aunque había muchos otros como Tupy, Regil, y otros muchos, pero todos de muy buena calidad.
Una singularidad, muchos cubanos el primer programa de televisión que vieron fue: La Familia Pilón.con Lilia Lazo, Ramón Veloz y Pepa Berrio.
CAFE PILON SABROSO HASTA EL ULTIMO BUCHITO.
Café con leche.
Un desayuno típico cubano consiste en pan con mantequilla y café con leche. El café con leche se prepara con leche caliente o tibia y un poco de café fuerte, todo bien azucarado. En muchas ocasiones, se estila cortar el pan en pedazos y mojarlo en el café con leche antes de comerlo, como suelen hacer los americanos con las donas en el café. Luego se acostumbra a tomar una taza pequeña de café cubano bien fuerte (si es que no se tomó antes del desayuno). Un desayuno más elaborado puede contener croquetas, queso o jamón y jugo de frutas, mermeladas o panqué.
Escribió el destacado historiador y periodista Ciro Bianchi:
"Algún día habrá que hacer un estudio acerca del papel del café con leche en la vida cubana. O mejor, en la vida habanera. Lo cierto es que la sabrosa y reconfortante mezcla, más clara o más oscura, aparece en los momentos más cruciales e insospechados de nuestra historia."
Cuando John Niewhof, de la West Indies, inventó esa bebida en Brasil, por lo que se erigió un monumento en Pernambuco, no pudo imaginar cómo y hasta qué punto se enraizaría el café con leche en nuestra capital, al extremo de que al reparar en ella los que venían del interior del país decían que los habaneros éramos unos muertos de hambre.
Según estudios, el popular y cubanísimo café con leche, tuvo su origen en el siglo XVII, no en Cuba ni en España. Un llamado Dr. Monin, ciudadano de Grenoble en Francia, fue el primero que tuvo la idea de mezclar el café con la leche.
Se le añadía por lo general al café con leche un pintica de sal. El genial Guillermo Alvarez Guedes cuenta que los cubanos son los únicos que le echan sal al café con leche, y creo que es una verdad absoluta. Pero no hay que olvidar una realidad: el café con leche, las fritas, los tamales, los bollitos de carita, las majúas, los chicharrones de viento y de pellejo y el pan con lechón fueron platos recurridos en extremo en la gastronomía popular.
CAFE CON LECHE CUBANO.
Para tener idea de lo que representa el café con leche, en la madrugada del 5 de septiembre de 1933, el profesor Ramón Grau San Martín, antes de salir de su casa en la calle 17 esquina a J, en el Vedado, invitó a café con leche a los estudiantes que fueron a buscarlo para acompañarlo al campamento militar de Columbia, donde sería designado miembro de la Junta Ejecutiva o Pentarquía que sustituyó al presidente Carlos Manuel de Céspedes después del golpe de estado del 4 de septiembre de ese año. Y Batista, también en el campamento militar de Columbia, en enero de 1934, interrumpió la reunión que sostenían allí civiles y militares que discutían el reemplazo de Grau por Carlos Mendieta para invitar a los presentes a degustar un café con leche en su casa.
El desaparecido líder ortodoxo Eduardo Chibás cada vez que se batía en duelo (lo hizo nueve veces) pasaba por la cafetería Kasalta, a la entrada del reparto Miramar, actualmente a la salida del túnel de 5ta. Avenida, y pedía un café con leche doble. El senador Félix Lancís, enterado de que se había llevado a cabo el golpe de Estado contra el presidente Prío, pidió a su esposa que le sirviera un café con leche antes de trasladarse al Palacio Presidencial. Batista, en la madrugada del 1 de enero de 1959, con los rebeldes pisándole ya los talones, ingirió una taza de café con leche antes de trasladarse al aeropuerto militar y dejar la Isla. Pruebas inequívocas de que el cubano afronta muchas pruebas mediante la toma de un café con leche.
Ah y la discusión de un negocio o una cita importante se sellaban con un café con leche.
ORESTES FERRARA.
Orestes Ferrara (república de café con leche).
El Dr. Orestes Ferrara (italiano que peleó en la guerra de independencia de Cuba), dió origen a una expresión política cuando exclamó: "Esta es una República de café con leche y chicharrones".
Orestes Ferrara fue un militar, político, diplomático, profesor universitario, escritor y periodista de de origen italiano. Coronel del Ejército Libertador cubano y uno de los líderes del llamado Liberalismo histórico. Ocupó una notable posición en la vida pública cubana durante la primera mitad del siglo XX. Fue Representante a la Cámara por varios períodos, diplomático, secretario de Estado en el gobierno de Gerardo Machado, delegado a la Asamblea Constituyente de 1940. Autor de numerosos ensayos y estudios sobre historia y lasrelaciones internacionales.
A los 20 años de edad, cuando era un estudiante de leyes en la Universidad de Nápoles se escapa de su casa, dejando atrás a una acomodada familia para irse a pelear a la guerra por la independencia de Cuba y, tras previo contacto con los cubanos del exilio en Nueva York y Tampa, arriba en 1897 a territorio cubano donde es recibido por Salvador Cisneros Batancourt, Presidente de la República en Armas, y después de pasar la fortificada Trocha de Júcaro a Morón, con gran peligro para su vida, va a dar con las tropas del Generalísimo Máximo Gómez y finalmente es asignado a las tropas del Mayor General José Miguel Gómez en Las Villas, con quien entabla una entrañable amistad que sería fundamental para su futuro político en la República.
El 28 de enero de 1909 ocupó la presidencia de Cuba José Miguel Gómez. Ese año Ferrara fue elegido presidente de la Cámara de Representantes y reelecto en 1911 y 1913, ya que en 1912 se le designó embajador especial de Cuba en los Estados Unidos.
Ferrara dedicó parte de su vida y de su fortuna a la prensa y durante su accidentada vida participó en más de una docena de duelos, lo mismo a espada que a pistola, de los cuales salió siempre victorioso. Escribió una sólida obra compuesta por más de cuarenta libros entre los que destacan "Vida de Nicolás Maquiavelo, Martí y la elocuencia, La correspondencia privada de Nicolás Maquiavelo, El Papa Borgia, Un pleito sucesorio: Enrique IV, Isabel la Católica, El Estado y la sociedad futuros: El mundo por venir, El siglo XVI a la luz de los embajadores venecianos, Una mirada sobre tres siglos: Memorias".
El 1 de octubre de 1940 cuando se dirigía a la Asamblea Constituyente que debía aprobar la nueva Constitución de la República de Cuba, el taxi en que viajaba fue baleado por desconocidos. Ferrara fue herido en el hombro mientras el chofer moría en el acto. Decidió entonces abandonar Cuba, y se radicó en Costa do Sol, Portugal. Regresó por última vez a Cuba en 1954, en plena dictadura del general Fulgencio Batista, de quien fue aliado político y consejero en sus dos gobiernos, aunque contradictoriamente se opondría a éste en su proyecto del Canal Vía Cuba. Durante los catorce años de ausencia, fungió como embajador en misión especial en España, Francia e Italia y designado embajador de Cuba ante la UNESCO.
Fue Ferrara, además de militar, diplomático y político, un prolífero escritor y periodista, y un hombre de refinado gusto y amplia cultura. Pero es más conocido por su frase de que Cuba era un país de café con leche.
CUBA: TODOS HACEN POR HUNDIRLA Y SIGUE FLOTANDO, ES DE CORCHO.
La Isla de Corcho.
En 1936, el ensayista cubano Luis Machado publicó su obra La isla de Corcho. Abogado de ideas liberales y de amplia cultura general, pretendía, según su propia confesión, explicar el contrasentido de que el cubano se viera condenado a vivir pobre en medio de tanta riqueza de tierra fértil. Podía haberse dicho lo mismo de tantos países de América, como Argentina, Brasil y México, que según esa definición serían "países de corcho". Esta frase se le atribuye erróneamente a Ferrara.
Basado en la geología, unos científicos afirmaron que la isla de Cuba se sumergió por tres veces en el fondo del océano, para reaparecer otras tantas, como el Ave Fénix, de entre sus propias cenizas. En cambio, un buen día, los cubanos descubrieron al levantarse, que se había producido un cataclismo universal, mediante el cual todos los países habían desaparecido y que el nuestro se mantenía flotando como un corcho. La Isla de Corcho también se refiere a que todos hacen por hundirla y sin embargo sigue flotando. La prueba mas fehaciente de que Cuba es una Isla de Corcho y buen corcho, la dió el surgimiento de la Revolución Cubana y su sistema antilógico durante más de 50 años. Nadie ha hecho más por hundirla, y sin embargo sigue flotando.
¿Qué relación tendrá el concepto de país de café con leche con cosas de la vida cotidiana en Cuba?.
El concepto de café con leche se aplica en Cuba a las cosas corrientes, por ejemplo: a una persona de cualquier oficio o especialidad y de malos resultados en su trabajo, se le dice: es un médico de café con leche. En el caso de Alberto Manuel Francisco Yarini Ponce de León Ponce de León y Ponce de León, (¡tremendo nombrecito!) más conocido como Yarini, el chulo o proxeneta mayor, comparado con los otros de similar profesión, a los demás se les denominaba chulos de café con leche; un artista de poca valía: es un cantante de café con leche y asi sucesivamente.
Y como toda regla tiene su excepción, recuerdo a mi maestro de sexto grado, el Dr. Gaspar Aguero, que era magnífico como profesor, también era abogado y no puedo evaluar su desempeño en esta profesión, pero hacía uso de las botellas vacías de Coca-Cola que tomaban los alumnos en el recreo, para enviar a alguien a venderlas y con el dinero obtenido traerle un café con leche, el cual degustaba haciendo gárgaras. No sería un maestro de café con leche pero era un adicto feroz a esa bebida.
CAFE CORTADITO CUBANO EN NEW YORK.
Cortadito.
Cortadito, así en diminutivo es una versión más ligera del café con leche. En realidad es una palabra que se usa para definir un tipo de café combinado que se toma en muchos países y que no es privativo de los cubanos, aunque se pretenda demostrar lo contrario. No intente asociar el cortadito con lo cubano, aunque nos guste mucho. Exclusivo de lo cubano es el buchito o cafecito una simple tacita de café fuerte pero endulzado según el gusto que es lo que apreciamos los cubanos. No confundir con el café expresso cubano, tan popular en muchos países.
En realidad el cortadito tal y como se conoce el cortado o cortadito (cortar del español, conocido como "Tallat" en catalán, "Pingo" o "Garoto" en Portugal y "noisette" en Francia); es un café expresso con una pequeña cantidad de leche caliente para reducir la acidez, donde la leche se añade después de que el café espresso está listo. Es popular en España y Portugal, así como en toda América Latina, donde se bebe por la tarde. En Cuba, se conoce como un cortadito. Es conveniente no confundir el cortado (cortadito) con el café macchiato (italiano). El caffe macchiato es tradicionalmente un café expreso con una pequeña cantidad de espuma de leche y difiere de un cortado principalmente por tener más espuma, es un pequeño café con leche.
El latte macchiato es una bebida preparada con leche y café expreso. Latte Macchiato significa en italiano simplemente "leche manchada", porque el nombre hace referencia al modo de preparación, donde la leche queda «manchada» con el café añadido.
EL FAMOSO CAFE LECHERO VERACRUZANO.
Café lechero.
En una visita a Guadalajara me encuentro un restaurante donde nos invitan a probar el famoso Café Lechero similar al de El Gran Café de la Parroquia de Veracruz. Como buen cubano adicto al café y al café con leche, quise probarlo.
Ahi pude leer la historia de El Gran Café de la Parroquia, restaurante y cafetería ícono del puerto de Veracruz, situado en el Centro Histórico de la ciudad. Es famoso por sus tradiciones, ambiente familiar y por su café lechero. Se le considera el café-restaurante más famoso de la República Mexicana y su lema es "El café como debe ser".
Cuentan que allí existe la tradición de llamar al lechero, persona encargada de servir la leche caliente para preparar la bebida tradicional, a través del tintinar de la cuchara con el vaso de cristal. Esta tradición, data de finales del siglo XIX, cuando los choferes de los tranvías del puerto de Veracruz hacían sonar la campana del transporte para "pedir" al mesero en turno, su café lechero.
El café lechero no es más que un café con leche, pero hecho con café extra fuerte (extracto de café) y leche hirviendo, pero leche pura de vaca bien espesa y cremosa. Lo probé y me supo a gloria y después pude probarlo nuevamente en Real de Minas, uno de los pueblos mágicos de México, en el estado de Hidalgo. Es realmente delicioso, y las raciones son bien generosas, supongo que de casi dos tazas.
Pero si su estómago no es fuerte, no lo tome, o tome muy poco.
Y tampoco me olvido que en mi visita a México D.F. en 1999 tomaba todos los días un delicioso café en un sitio situado al doblar del Hotel del Bosque donde me hospedaba, y que era realmente un expendio de café en grano o molido traído directamente de Veracruz. Era un café delicioso y cuando llegaban ya decían: aquí está su café cubano.
Cafe mezclado.
En 1958, Cuba se había convertido en la quinta economía de América y había ocupado el lugar 22 a nivel mundial. Cuba era en 1958 el tercer país de América Latina con mayor solidez monetaria por sus reservas de oro, dólares y valores convertibles. A su vez tenía la inflación más baja de Latinoamérica con 1.4 por ciento. La media era de México con 7.8 por ciento y la más alta era la de Bolivia con el 63 por ciento. Cuba era una nación que en 1958 tenía un ingreso per cápita que duplicaba al de España, e igualaba al de Italia y al de Chile. Según datos de ese año, existían en la embajada de Cuba en Italia, doce mil solicitudes de ciudadanos italianos para emigrar definitivamente a Cuba. Florecía la economía mientras el clima político era inestable.
Y en el sector de la producción cafetalera, Cuba era un productor cafetalero de mucha calidad.
CAFE CUBANO CUBITA, MUCHOS QUISIERAN TOMARLO.
En el año 1958, Cuba llegó a producir 62 mil toneladas de café. Era un café de calidad extra, del tipo arábigo, que por factores como la humedad y el microclima montañoso era excelente y tenía muy buena demanda en otros países, aparte del inmenso consumo nacional que satisfacía. El café cubano no tenía nada que envidiarle al brasileño o colombiano, actualmente las dos potencias cafetaleras del continente. A los campesinos vietnamitas se les enseñaron las técnicas de la siembra del café. Ahora Vietnam es el segundo país que más café exporta en el mundo, después de Brasil, y Cuba no produce ni la décima parte de lo que se cosechaba antes de la revolución, es más se importa café de Vietnam. !!!!!
La culpa debe ser del bloqueo. Pero es cierto que se hizo al menos un intento de recuperar esta producción, mediante uno de los famosos y desastrosos planes: El Cordón de La Habana.
El "Cordón de La Habana "fue un experimento memorable por su fracaso. Se pretendía sembrar café Caturra, una variedad enana que según los conocedores que lo proyectaron, convertiría al país en el principal exportador de ese producto y permitiría alternarlo con otras siembras junto a él, entre ellas, varios tipos de frutales. Para ello, por lo menos en la Habana se desbrozaron miles de hectáreas, principalmente sembradas con frutales, para que florecieran nuevos frutales. Vi con tristeza como la tristemente famosa Brigada Che Guevara del ejército con sus equipos pesados, tumbaba uno tras otro los árboles frutales, la mayoría en plena producción y con decenas de años de edad. Por nuestro centro de trabajo debíamos hacer "trabajo voluntario" a recoger los destrozos y sembrar el famoso café.
Las plantaciones de café, como otros tantos planes, quedaron en el olvido y pocos años después solo quedaban unos pocos terrenos con dicho sembrado. Nadie los atendía ni los cultivaba. Para llegar a mi casa en el reparto Fontanar en la entrada del mismo, donde vivía, para cortar camino atravesaba un campo sembrado con café caturra, uno de los sobrevivientes. En tiempo de parición recogía del suelo los frutos bien rojos y maduros y con eso podía tomar un café, al menos mejor que el de la cuota normada. El resto o lo recogían otros vecinos o se perdía porque nadie lo atendía. Claro que años después fue desbrozado para que floreciera una hermosa plantación de marabú.
Un buen día me regalaron unos granos de café caracolillo traído de las montañas del escambray, sembré unos granos (sus granos contienen una sola semilla) en unas latas de leche condensada, prendieron y las trasplanté a mi patio. Surgieron cuatro hermosas plantas de unos tres metros de altura, por lo que disfrutamos algún tiempo de un café de calidad. Después, como siempre ocurre en Cuba, que nada perdura, una epidemia de dengue hizo que fumigaran con avionetas la zona y el cafetal feneció.
Como en los tiempos de la segunda guerra mundial en países europeos, el tradicional café cubano fue sucesivamente "bautizado", aunque no con agua, sino con chícharos, achicoria, dicen algunos que con garbanzos y hasta con guanina, y quién sabe con que otra cosa, para poder completar el suministro de café a la canasta familiar racionada.
Los consumidores encontraron la mezcla muy amarga, no colaba o tupía las cafeteras, hasta el punto de que estallaban, pero al final el paladar del cubano se acostumbró, como a tantas cosas ajenas a sus costumbres que les impuso el nuevo régimen, al nuevo sabor.
Por supuesto que este nuevo producto era de muy inferior calidad al café puro, pero la prensa estatal en un reportaje estimó como inevitable la comercialización de la mezcla para aliviar las costosas importaciones y conseguir así ahorros financieros. Por supuesto que la nueva clase dirigente no se disparaba tamaño invento y ha seguido tomando café 100 por ciento arábiga durante los 55 años de vida de la revolución.
Ante eso los cubanos buscaron la manera de no tomar la mezcla vendida por el Estado, ligada con chícharos, moliendo café en grano comprado en el mercado negro. Algunos se dedicaron a traer clandestinamente café desde Santiago de Cuba y Guantánamo. Recorrían más de mil kilómetros para comprarlo al por mayor, sabiendo que hay más demanda que oferta, y después revendeerlo, pero ya no es fácil conseguirlo, sobre todo por los decomisos en la carretera. Comprarlo en el mercado en divisas, con marcas reconocidas en exigentes mercados mediante las marcas Hola, Cubita, Turquino, Extra Turquino, Serrano, Indiana y la aclamada Crystal Mountain, es menos riesgoso pero está al alcance de pocos bolsillos.
ZARZUELA EL CAFETAL DE ERNESTO LECUONA.
El café, la música y la televisión.
Siendo el café parte inseparable de la cultura de la mayor parte de los países del mundo y en particular Cuba, se impone hablar aunque sea someramente, porque si no sería interminable, del reflejo del café en la música.
Primero hay que hablar de "El cafetal", considerada como la primera zarzuela cubana con textos de Gustavo Sánchez Galarraga y música de Ernesto Lecuona, estrenada en 1929 en La Habana, Panamá y San José de Costa Rica y obtuvo tal éxito que fue proclamada como una victoria del género criollo, donde existe una total recreación a partir de los ritmos tradicionales cubanos, en donde la guajira, el tango congo y la canción resultan géneros de prioridad.
"Ay Mama Inés , Ay Mamá Inés, todos los negros tomamos café." Es una canción que conocen todos los cubanos, dentro o fuera de la isla, Y para aquellos que no se saben el texto, la melodía es ineludible. Y muchas otras como aquella graciosa titulada "En el café" del gran tresero Pancho Amat, donde se expone el uso de la brujería a través del café.
Héctor Luciano Stamponi fue un compositor, pianista y arreglista argentino de tango. Compuso "El último café" (1963)
Llega tu recuerdo en torbellino.
Vuelve en el otoño a atardecer...
Miro la garúa y mientras miro
gira la cuchara de café...
Del último café
que tus labios con frío
pidieron esa vez
con la voz de un suspiro...
Julio Sosa, Roberto Goyeneche,Rocío Durcal y el gran Vicentico Valdés hicieron a mi criterio, impresionantes versiones de esta hermosa canción.
TODAS LAS VERSIONES SON HERMOSAS, PERO LA DE VICENTICO VALDES CANTANDO "EL ULTIMO CAFE" ESTA FUERA DE LIGA.
Y como no hablar de "Moliendo café" canción del músico venezolano Hugo Blanco. La compuso en 1958 y la primera versión grabada del tema fue la de Mario Suárez, que se convirtió en un gran éxito en Cuba . Una versión posterior del propio Hugo Blanco alcanzó el número uno en Argentina en 1961 y de este número se han hecho cientos de versiones por su belleza.
También hay que mencionar la serie de televisión "El último café", de Televisión Española y la famosísima y exitosa telenovela colombiana "Café con aroma de mujer", protagonizada por Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker como una de las telenovelas más populares en la televisión colombiana en el mundo. Y ya que estamos en la televisión, el café es exactamente lo contrario a la televisión: te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estós solo.
Cafe Cubano en Miami.
Miami, como segunda ciudad de los cubanos, respecto al café hay que decir que dondequiera se puede tomar un café cubano, un café con leche, un cortadito, siguieron totalmente la tradición, hasta en las marcas. Serán granos colombianos, brasileños, nicaraguenses o no sé de donde, de las variedades arábigo, caturra, colombia o borbón, pero el tostado y el aroma me recuerdan, como tantas cosas en esa ciudad, a las de la Cuba que dejamos atrás.
Aparte del ya mencionado café de 3 centavos, Miami me trae el recuerdo de viejos slogans, aparte del ya mencionado de café Pilón, otros como:
Cafe Regil, "donde lo cuelan se cuela"
"Regil rige y regirá"-----
"Cafe Tupy, el único con azafrán."
Y una hermosa imagen que lei en el sitio Web del café Pilón:
"Un buen café lleva todo el sabor de los recuerdos, dulces, amargos, acompañados, solitarios, pero siempre con una pizca de tradición"
EN EL VERSALLES DE MIAMI, PUEDE HABER CUBANOS EXTREMISTAS HABLANDO DE POLITICA, PERO EL AMBIENTE CUBANO Y EL SABROSO CAFE Y LA COMIDA CUBANA ESTAN PRESENTES COMO EN NINGUNA OTRA PARTE.
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