viernes, 28 de octubre de 2016

Los mexicanos, los cohetes y los santos.


Los mexicanos, los cohetes y los santos.


¿Le gustaría despertar en el medio de la noche, estremecido por un ruido atroz, como si estuviera en un pueblo europeo atacado súbitamente por los nazis?

Si no le gusta, no vaya a vivir a México, o para no generalizar, no vaya a vivir a Irapuato, Guanajuato.

Quizás entre las cosas que detesto de este hermoso país, el número uno en mi escala de odio está la vetusta, inculta y estúpida costumbre de tirar cohetes a cualquier hora del día y de la noche.

No importa que hayan habido muchísimos accidentes, algunos dejando tuertos, ciegos o limitados a alguien, es una costumbre que le enseñan a los niños desde pequeños, según he podido ver más de una vez. Y si a uno le molesta, le irrita y hasta le provoca estrés, que no será con los pobres perritos.  Tengo una perra pointer de 12 años de edad que traje de Cuba que parece presentir cuando van a cohetear, y una vez consumado el hecho, repetitivo por demás, entra en temblores y convulsiones. Y qué decir de Frida, la cual rescaté casi del más allá, pues le pusieron cohetes en una patica trasera, la cual perdió. Muy graciosos los niños que lo hicieron. Entretenerse poniendo cohetes en un animalito indefenso en lugar de buscarse una novia, ponerse a leer un libro(?????) o dedicarse al pasatiempo que les llena el 99% del cerebro: el fútbol.


No hay nada que le interese mas al mexicano que el fútbol. Y como ocurre en todos los países, el mejor equipo del mundo es el nacional, pero cuando pierde, lo cual ocurre muy a menudo, lo que pasa es que o el director técnico falló o no dió todo lo que podía o debía dar porque es extranjero, o los árbitros estaban abiertamente en contra o quién sabe cuántas justificaciones. Eso me recuerda mucho a las razones de Cuba cuando pierde el equipo nacional de béisbol. Pero si gana, prepárese para la guerra, porque hasta que no se les acabe el dinero no dejarán de tirar cohetes o lo que sea que haga ruido.

Recuerdo a un cura muy simpático (tan simpático como vivo para buscar dinero, pues hasta tómbolas, rifas, etc. te ofrece aunque vayas a contratar, previo pago por supuesto, una boda, un bautizo o una comunión) al que los fieles le pedían dinero para comprar cohetes y así celebrar el día del santo patrón de la iglesia, ante lo cual les decía que no había dinero. La realidad, según nos dijo, es que su perrito le tenía terror a las explosiones de los cohetes y fuegos artificiales y por eso no accedía a la petición. A Dios rogando y con el mazo dando.


La culpa se la echan a los españoles.

Los fuegos artificiales tienen su origen en China, donde Li Tang desarrolló las primeras fórmulas, de allí se sabe es la primera mezcla explosiva llamada polvo negro, que fue procesada artesanalmente a partir de la dinastía Tang (s.VII-X). En un principio, la utilización de la pirotecnia estaba limitada a las ceremonias religiosas, en las que se la usaba para espantar a los malos espíritus.

En estos momentos, en China es donde se fabrica el 65% de la producción mundial. Actualmente, en muchos países la utilización de fuegos de artificio, pirotecnia o fuegos artificiales, está regulada bajo normas nacionales y su fabricación y venta, debe seguir estrictas normas, cuya trasgresión, acarrea importantes penalidades que pueden llevar incluso, a la cárcel, dados los gravísimos daños que se ha observado en su uso incorrecto o abusivo.

La pólvora, fue traída a América por los conquistadores españoles en el siglo dieciséis y los fuegos artificiales se convirtieron populares en México en el siglo diecinueve, principalmente después de la independencia.

En la España de hoy todo lo relacionado con este tema está fuertemente regulado y en muchas instancias obliga a todos aquellos que quieran lanzar cualquier tipo de producto pirotécnico a tener un carné especial que les autorice a manipularlo. Ni quieran saber cuántas regulaciones y permisos se relacionan con las fiestas de las Fallas de Valencia, de las más famosas del mundo por sus fuegos artificiales.

Y en Estados Unidos, donde son famosos los fuegos artificiales por las celebraciones del 4 de Julio, día de la independencia nacional, hay leyes que prohiben completamente el uso de fuegos artificiales por parte de los consumidores. Las leyes de Nueva York, Massachusetts, Rhode Island, Nueva Jersey y Maryland declaran ilegal usar cualquier tipo de dispositivo pirotécnico, incluyendo los objetos novedosos como las luces de Bengala y las bombas de humo y la única excepción a estas leyes es cuando las usan las autoridades locales que tienen un permiso. En el resto de los estados, están fuertemente controlados.

Cuba, que fue la última colonia de España en América, junto con Puerto Rico, sin duda ha sido el país más españolizado de todo el continente, pues en un momento tuvo el porciento más alto de su población que era originario de la península ibérica a lo que se sumaba la inmensa mayoría de los criollos que eran sus descendientes.  Costumbres, alimentación, música, todo tuvo una extraordinaria influencia española. Pero no se transmitió el uso de cohetes, fuegos artificiales u otros artefactos ruidosos y explosivos, salvo en muy contadas ocasiones del año o en ocasiones excepcionales.

Recuerdo que cuando era un muchacho en Cuba que tirar cohetes o los llamados voladores era solamente de forma excepcional y sobre todo en celebraciones patrióticas, el fin de un campeonato importante de béisbol o las fiestas de fin de año, donde se veía como una cosa curiosa y de corta duración.

En el habla del cubano se introdujo una locución relacionada con el más sonoro y rápido de los artefactos empleados y que en la década del 40 tenía un costo de un peso en todo el territorio nacional. La velocidad con que este explosivo se elevaba al cielo y su precio de venta al público en aquella época, coincidieron y con ello surgió la frase: como un volador de a peso, para identificar los rápidos movimientos de alguna o varias personas al andar.

En resumen, en Cuba, país mucho más españolizado, infinitamente más que México, apenas se empleaban los cohetes y todo se resumía a las inofensivas luces de bengala.

Por lo tanto no le echen la culpa a los españoles, digan que les gusta el ruido y ya.


Cohetes y similares en México: una plaga.

Cuando vi en la película "The Arrival" de 1996 que trata de la llegada a la tierra (en concreto a México) de miembros de una avanzada civilización extraterrestre, aparece una escena donde en una especie de feria, proliferan los fuegos artificiales, cohetes y una especie de caos.  Creí que era una imagen exagerada, pero en realidad se quedaron cortos.

La popularidad de los fuegos artificiales comenzó en el siglo diecinueve, después de la Independencia de México, quizás porque anteriormente el gobierno colonial no daría mucho acceso a explosivos o pólvora.
La producción mexicana de fuegos artificiales incluye un número de objetos explosivos como “rocas” (un tipo de petardo poderoso), “vampiros”, “patatas de mula” y “bobas”, así como marcos con pirotecnia llamados “castillos”, “toritos”, “canastillas” y figuras de Judas

En México, los fuegos artificiales, en especial los grandes cohetes llamados “cohetones”, son un símbolo de los festivales de los santos patrones. En los festivales religiosos, aún en los pueblos más pequeños hay fuegos artificiales, en los cuales incluyen imágenes de los santos patrones en un marco diseñado con pirotecnia. Esto es particularmente para los grandes lugares donde se hacen peregrinaciones tales como en el de La Virgen de San Juan de los Lagos.

Si vamos al aspecto legal, la producción, venta y manejo de fuegos artificiales son cubiertos por la ley federal de Armas, Municiones Explosivas y Pirotecnia promulgada en 1963, con el objetivo de reducir los riesgos asociados con el producto.

A su vez los estados tienen sus propias legislaciones y en la Ley de Cultura Cívica del DF sólo existe la prohibición para detonar cohetes sin el permiso respectivo, donde se expresa:

"Artículo 25.- Son infracciones contra la seguridad ciudadana.:

VII. Detonar o encender cohetes, juegos pirotécnicos, fogatas o elevar aeróstatos, sin permiso de la autoridad competente;."

Al margen de esta letra muerta, en el Distrito Federal, de los seis mil casos anuales de quemaduras en niños, cerca de 20%, es decir, mil 200, corresponden a accidentes con productos de pirotecnia, siendo frecuente que en los mercados donde se venden estos productos haya a menudo explosiones o incendios, muchos de ellos con consecuencias fatales y mucho más durante las festividades, como las de la independencia, la virgen de Guadalupe, las de Navidad y Año Nuevo, sin contar los nocivos efectos que tienen para el ya bien viciado aire de la capital y otras grandes ciudades, la liberación de sustancias tóxicas como el azufre.

El uso de "cohetes, luces de bengala, estrellitas, varitas voladoras, buscapiés, rompe portones y bombas de estruendo", entre otros, es potencialmente peligroso. Y esa es la razón por la que tanto su venta como su uso están prohibidos. No obstante los riesgos que conllevan la quema de cohetes, existe mucha gente, sobre todo niños y jóvenes y padres con poco cerebro, que sin ninguna precaución queman gran cantidad de explosivos durante las fiestas navideñas y religiosas y los padres alegan que están transmitiendo tradiciones.


El tronadero de cohetes que se lleva a cabo cada que hay fiesta patronal en alguna iglesia particularmente en donde hubo pueblos originarios cuyos antiguos habitantes o sus descendientes conservan, entre otras, esa tradición, hace expresar por los vecinos que nolo soportan, no pueden dormir, se quejan. Es ilegal, reclaman.
ya que empieza la víspera, pasa por la madrugada, persiste a lo largo de toda la jornada y termina hasta un día después, lo que es un verdadero horror y falta de respeto.

No es válido en lo absoluto que se diga que es una tradición de cinco siglos que nos trajeron los conquistadores españoles y que está profunda, absolutamente arraigada en las celebraciones religiosas y paganas del pueblo.


Pero como en México la gente está acostumbrada al relajo, a no respetar ninguna ley, a manejar un auto sin saber hacerlo y cometer las infracciones más increíbles, a no pagar impuestos, a violar todo lo existente sin preocuparse si afectan a otros (fue en balde que el Benemérito de las Américas, Benito Juárez expresara que: "el respeto al derecho ajeno es la paz"), pues tiran cohetes a cualquier hora, inclusive delante de un hospital, aunque impida o afecte el sueño y el descanso, es prioritario hacerlo según el criterio popular, porque con ese ruido se celebra a un santo católico, un cumpleaños, la independencia, la navidad o se celebra el hecho de que le dio la gana de hacerlo a cualquiera.


AL FONDO FRIDA, DELANTE LIA. AMBAS SUFREN AMARGAMENTE LOS COHETAZOS

Y ello incluye el que se practique sistemáticamente el maltrato animal poniéndole cohetes a gatos y perros, lo que les provoca graves quemaduras y la muerte. Es una celebración religiosa que se convierte en un rito satánico y cruel. Un ejemplo de ello es mi perrita Frida, la cual se refugió debajo de nuestro auto, medio muerta porque le habían puesto un cohete en una patica, la cual perdió. Buen trato al ver que no todos los hombres son crueles, le devolvió la vida y pasó a formar parte de nuestra familia. Recelosa al principio no con nosotros, sino con extraños, dejaba a las personas entrar a la casa y cuando se marchaban se le prendía del tobillo, aparentemente un reflejo defensa ante las patadas. Ahí está, más dócil que ninguna y con su patica mocha, gracias a las gracias de un grupo de jóvenes aspirantes a asesinos.

No se asombren de que en México la gente no lea,(si acaso los titulares del periódico porque hablan de la última balacera, el encuentro a machetazos, los cadáveres decapitados que aparecieron en un parque o la matanza de una familia a manos de uno de sus integrante) que sólo les interese el fútbol y comer tacos con salsa bien picante o tomarse las "chelas" y tequilas hasta reventarse.


Desgraciadamente todavía México, un país gigantesco, con inmensas riquezas, se encuentra, gracias a la religión y a la corrupción política, más atrasado que la mayoría de los países latinoamericanos. Y no es una mera apreciación, remítanse a las estadísticas de educación, salud, desarrollo social y otras que miden el nivel de un pueblo.

¡Como no va a haber cohetes que tirar a diestra y siniestra sin importar lo que afecten.!

Sin duda a México le queda todavía un largo camino para situarse entre el grupo de naciones modernas y desarrolladas.








1 comentario:

Unknown dijo...

mi comentario es simple que pesan los años y años seguimos tan ignorantes como siempre o peor me fui para EEUU por casi 40 años y regresó a mi pueblo y siguen ofendiendo y orando por vida eterna y queman cuetones toda la noche y día ya van dos santos y apenas comienza la temporada y la pobreza se ve por todas partes las calles son una porquería pero ellos siguen si entender