jueves, 14 de mayo de 2015

EN MIAMI NO HAY TENDEDERAS 3.


EN MIAMI NO HAY TENDEDERAS 3.

¡Yo pienso cuando me alegro
Como un escolar sencillo,
En el canario amarillo,
Que tiene el ojo tan negro!
¡Yo quiero, cuando me muera
Sin patria, pero sin amo,
Tener en mi losa un ramo
De flores, y una bandera!

Versos Sencillos.  XXV.   José Martí.

Las piscinas.

El socialismo cubano para garantizarle al pueblo una vida placentera le impone a sus ciudadanos una serie de preceptos:  no deben comer carne de res ni langostas, no tener piscinas, ni carro ni ninguna otra comodidad, deben vivir con sus padres y abuelos, hijos y toda su familia en la misma casa sin
intimidad alguna, no pueden lavarse la boca con pasta de dientes que no sea marca Perla ni bañarse con otro jabón que no sea marca Nácar (hasta donde les alcance la cuota), deben andar en bicicleta aunque las distancias sean enormes para ahorrar combustible, no deben ver ni oir otros canales o estaciones de televisión o radio que no sean las del ICRT, no leer otros libros que no sean los publicados en Cuba, cumplir con sus guardias, citaciones del CDR y todo lo que se les oriente. No tener relaciones con extranjeros o familiares que vivan en el extranjero, ni pretender visitar otro país.

No hacer uso de teléfonos celulares ni por supuesto acceder a Internet. No deben ir a hoteles, pues ellos son para los extranjeros. Las casas y carros fueron otorgados a los propietarios exclusivamente para su usufructo, por lo que no se pueden vender ni alquilar. Deben vivir convencidos de que en su propia tierra, son ciudadanos de segunda clase. Deben priorizar la delación y la lealtad política como mecanismo para el ascenso material en lugar de la honestidad, la capacidad y el trabajo.

Es imprescindible odiar al país vecino que dió refugio a los contrarrevolucionarios, lumpen y escorias que se fueron de su país, porque ellos creen en Dios, son homosexuales, usan minifaldas las mujeres y melenas y pantalones apretados los hombres. Hay que creer solamente en el marxismo-leninismo y en el materialismo histórico y dialéctico, despreciando toda manifestación religiosa. Toda interpretación de la realidad hay que hacerla a través del culto a la personalidad del líder máximo de la revolución, el co. Comandante Fidel Castro Ruz (si fuera en Corea la del Norte, se diría "invencible y genial comandante de acero, líder padre de la revolución madre, el camarada Kim Il Sung", pero al final es lo mismo).

Hay que suprimir las viejas costumbres y tradiciones relacionadas con la navidad, los reyes magos, y otras conectadas con celebraciones religiosas  o de origen colonial, pues constituyen rasgos pequeñoburgueses.  Hay que aceptar el cambio de la historia, aunque sepamos que fue de otra manera y enseñarle las renovadas ideas a las nuevas generaciones. Practicar la doble moral y la hipocresía por encima de todo otro concepto.

Solamente el sistema de opresión creado por unos viejos locos terratenientes feudales, que fue lo que les enseñó su padre como buen latifundista y ladrón sistemático de tierras y ganado a la United Fruit Company, puede concebir semejantes condiciones de existencia en el siglo XX y XXI,  manteniendo el feudalismo en la edad contemporánea. El hombre ha dominado el espacio, el átomo, la cibernética, la computación y en Cuba la gente sigue viviendo bajo el yugo de un señor feudal y su corte, confinando nuestra libertad de información, de expresión, de desenvolvimiento económico y nuestro derecho a salir o entrar al país que nos vió nacer.

                    EN LA PLAYA DE LOS PERROS EN VIRGINIA KEY

Nada de esto tiene que ver con Miami y a su vez tiene que ver y mucho. Explica de alguna forma por qué Miami se ha convertido en la meta y objetivo a alcanzar por todo cubano, sobre todo los jóvenes. En Miami no hay que cumplir ninguno de los preceptos que antes mencioné, aunque algunos se hayan ido suavizando, como en el caso de la política migratoria, y en otros eliminando las prohibiciones de utilizar celulares, vender la casa o el auto, o de celebrar la
navidad, todo ello no son más que aspirinas o curitas de mercurocromo para que algunos se crean que Cuba va a cambiar, y para ganar tiempo al tiempo y ver como perpetúan su régimen, aunque sea con ajustes, pero que se mantenga el dominio de la "nueva clase" y sus descendientes.

Y ahora el llamado "nuevo modelo económico cubano” promete un socialismo “próspero y sostenible” que será construido con el financiamiento de ese capitalismo que durante años cargó con la culpa de todos los males sociales  y se insiste, como miles de veces anteriores, en colocar a la economía en el centro de todas las cosas, mientras durante medio siglo nos dijeron que el ser humano era el principio y el fin del nuevo proceso político, por eso lo que sabe todo el mundo es que Cuba va de cabeza, con prisa y sin pausa (parodiando las frases del simpático general) y por suerte, hacia ese mismo capitalismo del que tanto nos quería proteger Fidel Castro con sus absurdos experimentos y caprichos.

Mientras tanto, los que en Cuba veían una piscina como casi una meta inalcanzable en la vida,  en Miami lo logran solo con trabajo. ¿Pero a que puede aspirar el cubano si darse una ducha es una agonía?. Creo que algo tan simple y que es una de las cosas cotidianas de la vida que disfruta la mayor parte de la población mundial  en Cuba es todo un lujo, así que esperar a tener una piscina para un cubano en Cuba debía incluirse en el libro "Utopía" de Tomas Moro, como el mayor de los proyectos irrealizables.
       EN EL HOTEL COLONY, ISLA DE PINOS 1974, ABAJO CARLITOS Y ALEXANDER EN                         EL HOTEL BELLAMAR EN VARADERO.


SOLAMENTE SE PODIA DISFRUTAR DE UNA PISCINA EN HOTELES Y CUANDO LOS CUBANOS TENIAN ACCESO A ELLOS.


PISCINA CUBANA, TREMENDO PROBLEMA PARA LLENARLA.

La Piscina de Alexander.

Mi hijo Alexander y mi nuera Ana llegaron a Miami hace 9 años. Ambos son ciudadanos norteamericanos, han trabajado muy duro, pasado por diferentes empleos, desde una gasolinera en horas nocturas hasta una posición técnica importante y hoy en día cuentan con muy buenos trabajos en el sector de la publicidad en Internet.  Alexander tenía una ventaja muy grande: además de Ingeniero Informático era graduado de Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesa, lo que le abrió las puertas rápidamente. Ana además de tener nivel superior dominaba el inglés y allí lo perfeccionó.

Mucha gente se piensa que puede vivir en Miami sin hablar inglés, y se puede, pero no permite aspirar nunca a subir en la escala social, porque sus trabajos siempre serán de los menos remunerados. Un ejemplo es Alejandro Chanfrau, del cual he hablado que trabajó conmigo desde que se graduó prácticamente hasta que se fue del país para España y después para Miami. Alejandro, un Ingeniero Industrial calificado y avispado, tiene el mismo trabajo desde hace 12 años y gana un salario relativamente bajo. No ha prosperado más porque no domina el inglés, a pesar de haber pasado varios cursos del idioma. Y así hay decenas y tal vez cientos de miles de ejemplos similares.

Alexander y Ana primero compraron un apartamento en un condominio en Fointanbleau, un sitio bien bonito. Aceleraron el pago de la hipoteca y después compraron una casa en Kendall West. En esa zona, como en muchas en Miami, las casas cuentan con piscina.No hay que decir que para nosotros tener, aunque sea al final de nuestra vida, una casa con piscina, es como tener el cielo en la tierra, algo con lo que un cubano no puede ni siquiera soñar, algo que para lograrlo tiene que irse de su patria. Por eso voy a disfrutar lo que no pude durante mis 68 años menos dos días en Cuba.

                  ¿A QUIEN NO LE GUSTA UNA CIUDAD TAN LINDA?

Primer mundo.

Miami es una ciudad importante de los Estados Unidos, por tanto, es una ciudad del primer mundo. Aún las personas que toda su vida han vivido en países con economía de mercado, como mi nuera Ana, cuando llegan a Estados Unidos tienen que comenzar a aprender a vivir en una sociedad de desarrollo superior. Si esto es así como será para un cubano, y más para la pléyade de cubanos semianalfabetos y de escasa educación y cultura que han constituido la mayoría de la emigración en los últimos años. Campesinos, sobre todo de la antigua provincia de La Habana o la llamada Habana Campo y de las provincias centrales y occidentales, constituyen una masa importante de recién llegados y muchos se piensan que matando puercos clandestinamente o dedicándose a actividades delictivas pueden conseguir el sueño americano. Y a diario tropiezan con la realidad: este es un país donde prima la capacidad y el resultado ante el trabajo y por sobre todo es un estado de derecho total y las leyes hay que cumplirlas.

Pero para aquellos que van de visita, o recién recomienzan su vida aquí, tiene que aprender a lidiar con la tecnología. Aún los que sabíamos un poco de los avances tecnológicos, nos damos cuenta que solo sabemos el alfabeto y leer unas pocas palabras, el resto hay que aprenderlo totalmente. En Cuba uno no concibe tener encendido permanentemente el aire acondicionado, y menos cuando es un equipo de aire central para climatizar toda la casa. Uno no sabe que así trabaja más eficientemente. Uno no se explica y piensa que es algo extraterrestre o de uso muy exclusivo el tener un robot para que te limpie la casa y la piscina, y no valora que eso es mucho más barato que pagarle a alguien para que haga la limpieza doméstica.  Uno piensa que el gasto de tener una piscina es elevadísimo por el costo del agua y no sabe que sólo con mantenimiento que puede hacer uno mismo y es de bajo costo, el agua recircula constantemente y no hay por qué vaciar y volver a llenar la piscina casi nunca. Para uno es una cosa tan rara que compres cualquier cosa y al día siguiente no te guste o te convenga y lo devuelvas, sin ninguna explicación y te reintegren el dinero a tu cuenta, cosa inconcebible en Cuba. Y así se hacen interminables los aspectos de la vida cotidiana que uno tiene que aprender,  es otra vida,  una vida de calidad sustentada en el respeto, la ley y el trabajo.


 Y ya que estamos en el tema, llevamos tres artículos hablando de lo mismo y no lo aterrizamos, como decimos en Cuba: las tendederas y también las lagartijas.

Recorrí cientos, tal vez miles de kilómetros en Miami y no encontraba una tendedera. Claro, si todo el mundo tiene lavadora y secadora, y nadie lava absolutamente nada a mano, ¿para qué hacen falta las tendederas?  Cuando me bañaba en la piscina, enjuagaba en la ducha las trusas y las ponía en la cerca a secarse. Eso en Miami es una herejía, lávelas y séquelas en los equipos que están para eso.

Pero al final....¡sorpresa! . En un barrio de negros vimos una tendedera con una ropa de colorines que parecía que nos hallábamos en un barrio habanero, pero fuera de esa excepción, que confirma la regla, en Miami no hay tendederas. Pocos días después ví la segunda, cuando andando por Coconut Groove, nos metimos equivocadamente en un barrio de bahameses y después de pasar un buen susto con una especie de muñeco que semejaba a un gorila, sentado en el portal de una casa y junto a él un negro, que al final no sabíamos cual era el muñeco y cual el negro, ahí estaba la segunda tendedera.

Pero para mi alegría hay lagartijas, de todos tipos, colores y tamaños, y que alegría me dió verlas, en México debe haber pero todavía estoy esperando  porque se me aparezca la primera y de tendederas, hay tantas como en Cuba.
                                                  EN  POMPANO BEACH.

Pompano Beach.

Esta ciudad playera, como casi todas las de la costa este de la Florida, situada a 50 km de Miami, es una verdadera joya, no obstante que toda la linea costera posee magníficas playas. Pero Pompano tiene un encanto particular,  calles limpias, colmadas de hoteles, con la isleta de Hillsboro y Deerfield Beach con su hermoso faro. Allí existe casi un 30% de habitantes de raza negra, casi todos de procedencia haitiana y casi todos empleados de los hoteles de la zona, con fama de trabajadores y respetuosos, a diferencia de los negros americanos, famosos por vagos y pendencieros (¿a quién se parecerán?).

En la contigua Deerfield Beach pudimos disfrutar de un lugar exquisito:  La Costilla de la Ballena (The Whale's Rib),  donde nos tomamos una jarra de cerveza Samuel Adams que es bien fuerte y sabrosa y comimos unos camarones no conocidos por nosotros que se llaman camaron piedra (Stone shrimp), que no es más que un camarón bien grueso, de consistencia un poco más dura que los camarones normales, pero que al menos a mi gusto es el que prefiero. Y todo se completó con dificultad para seleccionar entre una carta de pescados y mariscos increíble y acompañarla con unas ostras en su concha, los que hicieron una cena perfecta.
                                         EL RIQUISIMO STONE SHRIMP.


                EN DEERFIELD BEACH COMIENDO EN "LA COSTILLA DE LA BALLENA"-

En el camino de ida, la ya mencionada visita a Crackel Barrel, y el disfrute de la playa, la piscina y cosas nuevas para un cubano: un dirigible con propaganda volando arriba y abajo de la playa y la vista excitante de decenas de motoristas con sus Harley-Davidson exhibiendo sus equipos por las avenidas de Pompano Beach en la mañana de domingo.

Al regreso una corta estadía en una ciudad tipo venecia, surcada por canales, Fort Lauderdale, imponente ciudad en desarrollo y también importante centro turístico,  con una terminal de cruceros y un gran aeropuerto nacional e internacional, todo ello gracias a una asombrosa presencia de capital judío.

Particularmente, y aunque la playa no es mala, ésta no nos impresionó mucho, solamente hemos visto una playa parecida a las de Cuba y fue la de Key Biscayne, en un cayo frente a Miami y en la zona contigua al faro, ahí si la playa era igual que las nuestras, no siendo tan buenas para nosotros otras en el mismo cayo, que resultaron más profundas y de aguas menos transparentes, aunque sabemos que el tiempo influye mucho en ello.

Otros lugares visitados merecen mención aparte: Fort Myers, Vizcaya, San Agustín y algo que no por gusto es la capital de los Estados Unidos: la majestuosa e incomparable ciudad de Washington D.C. Pero a ellos me referiré en otros artículos.
                                                            EN KEY BISCAYNE.
            ALEX CON HONEY EN OTRA DE LAS BUENAS PLAYAS DE MIAMI.



Miami es Cuba.

Miami es Cuba, somos los mismos cubanos de aquí pero con otra mentalidad y cultura hacia el trabajo y la vida, con casas, carros del año, piscinas, queso parmesano y aceite de oliva, y además todas las comidas y tradiciones que en Cuba se perdieron.

Cuba está muy presente en Miami y Miami es una extensión de Cuba.  Quisieron crear una especie de "Siberia tropical" a la que satanizaron, y lo que lograron fue despertar e impulsar el espíritu del cubano, haciendo aún más vigente el precepto martiano de "sin patria pero sin amo".  Y el cubano recreó su patria en Miami sin un amo que los limitara. Si hay algún problema en esta relación entre las dos orillas, solo se dan a nivel político, los políticos son los que se enredan  y crean cizaña  para justificar el uso del poder y de paso enriquecerse y  vivir sin trabajar.

Si en Cuba la gente fuera más valiente y menos sectaria, menos oveja ( en su buena acepción; que significa que difiere desfavorablemente de las demás, como la oveja negra), las cosas se hubieran resuelto hace mucho tiempo. Pero el cubano siempre ha sido difícil de convencer y de unir, siempre piensa que tiene la razón y de esa debilidad se ha aprovechado el autotitulado "gobierno revolucionario", a lo que han sumado la represión visible y la no visible, las que han hecho posible que se haya perpetuado en el poder un régimen que casi nadie quiere. La historia del socialismo en el mundo se repetirá hasta la saciedad, hasta que los pueblos revisen una y otra vez la historia y vean que en la madre de ese sistema, la Unión Soviética, donde  casi la totalidad de la población nació y se crió en el socialismo, hubo un régimen que se derrumbó, después de 72 años, sin tirar un tiro. Así mismo va a ocurrir en Cuba.

El concepto de oveja es un poco duro, pero es real, yo mismo he hecho el papel de oveja, o más bien de carnero,  y mi esposa y mis hijos, y todos nuestros familiares y amigos, porque no teníamos otra opción para sobrevivir, pero los cambios no se dan espontáneamente, tiene que haber una acción para que nazcan. Se que es fácil decir esto cuando sobre uno no pesa ya el largo brazo de los órganos represivos cubanos, pero en ese miedo hemos vivido y ahora es que podemos expresar libremente nuestro pensamiento. Por eso el cubano no quiere perder tiempo, ya perdió bastante en su lastimada patria, y quiere recuperar el tiempo y no hay lugar mejor para ello que Miami, que ha pasado de ser el "sueño americano" a convertirse en el "sueño cubano".


 TODO EL MUNDO EN MIAMI QUIERE PONERSE LOS ZAPATOS DE FORREST GUMP,  AUNQUE HAYA SIDO MEDIO BOBO.