sábado, 27 de abril de 2019

Las marcas comerciales que no se le olvidan al cubano



Las marcas comerciales que no se le olvidan al cubano

Las marcas conocidas en la Cuba de los años 50 a las que el tiempo no le ha hecho mella.

El mundo de los años cincuenta del pasado siglo se caracterizaba por un desarrollo acelerado de la publicidad a lo que mucho había contribuído la aparición de la televisión.  A la radio y la prensa escrita, se sumó el nuevo medio y la propaganda comercial adquirió un nuevo e insospechado crecimiento.

Ya entonces existía un grupo de productos que gozaba, y no por gusto, de amplia fama por su calidad, ya fueran nacionales o procedentes de otros países y salvo aquellos rubros que por sus características Cuba no podía producirlos, ya fuera por no existir disponible la tecnología o no alcanzarse niveles de calidad competitivos, como pudiera ser el caso del vino de uva, en sentido general, la calidad de los productos cubanos era muy buena y en algunos casos inmejorable.  No en balde había una campaña nacional de consumir productos cubanos.

En sentido metafórico José Martí había dicho: “nuestro vino es agrio, pero es nuestro vino”, y realmente nuestro vino no era para nada agrio.

De esos años subsiste en la mente de los que la vivimos, miles de slogans, spots, campañas y mensajes publicitarios visuales o auditivos que no han desaparecido a pesar del tiempo transcurrido.

Los cambios políticos y sobre todo los socioeconómicos que vinieron junto con ellos, dieron al traste con todo aquello y Cuba pasó a ser un país consumista con múltiples opciones para todos los bolsillos, a constituirse en una sociedad cerrada en la que se redujeron drásticamente las alternativas de adquisición, hasta llegar a crearse un sistema de vida donde las posibilidades no solo se redujeron, sino que en muchos casos se unificaron en una sola.

Desapareció la publicidad comercial, la que fue suplantada por un bombardeo indiscriminado e incesante de consignas políticas y el consumo pasó a un plano secundario.  Surgió la palabra “todostenemos” por la igualdad disponible en la ropa y el calzado y la gastronomía se fue constriñendo a pocas variedades.

Se crearon nuevos hábitos de consumo al depender la economía de la Isla casi exclusivamente de las relaciones comerciales con el campo socialista y de dentro de ello de forma mayoritaria con la Unión Soviética con una presencia casi universal en la vida del cubano, por lo que al desintegrarse el mundo comunista europeo, el país se vió ante una situación caracterizada como la más crítica de su historia por el grado de dependencia que se había creado.

Pero sesenta años después, exceptuando los productos cubanos, de los cuales los que se mantuvieron fueron rebautizados, del resto del consumo, solo queda la memoria, y por suerte muchos de los conocidos han pasado la prueba del tiempo y siguen existiendo, algunos con más éxito que antes.

No me voy a referir a los productos cubanos cuyos dueños se fueron al exilio y pudieron continuar haciendo uso de sus marcas y las han revivido y perpetuado en algunos casos, sobre todo en Miami, aunque de ellos, en sentido general tengo un criterio negativo y el gran ejemplo es Bacardí, que bien podía haber sido una denominación de origen porque el que se hace en Puerto Rico y México no llega a ser la chancleta del producido en Santiago de Cuba.

Y no soy de los que piensa que la carne de puerco en Miami no sabe igual que la de Cuba, o los mexicanos que dicen que el chile en Estados Unidos no pica, creo que estas son muestras relacionadas con la nostalgia y en otros casos con el chovinismo, y otra cosa es la calidad, la que sin duda varía de acuerdo a los productos y procesos que se empleen.

El Tequila, el Habano, el Cognac y el Champagne no son tales si no cumplen con la denominación de origen y aunque los productos cubanos producidos en Estados Unidos no tienen esa situación, los procesos y materias primas no son las mismas que dan los sabores que conocimos.  Ni en Cuba esos gustos se han mantenido iguales porque no es lo mismo un puerco criado con maíz y palmiche que otro criado con sancocho o pienso industrial.

Pongo como ejemplo las galletas Gilda, la única y Yeya, los panqués de Jamaica, la Jupiña y otros, no se parecen en nada a los que conocimos, pero qué vamos a pedir si el Orange Crush, con sabor a naranja y hasta con pedacitos de hollejo de la fruta, ahora es un mejunje dulzón sin rastros del cítrico.  También algunas conservas y dulces típicos nos parecen ajenos aunque lleven nombres conocidos y no ocurre así con el café donde vemos a Pilón, Regil, y otros no recordados o conocidos en la Cuba republicana como Bustelo y La Llave, probablemente los mejores o que más nos recuerdan al popular café de a tres quilos que encontrábamos en cualquier esquina habanera.

Pero de todas maneras, aunque no sean los mismos, hay que recordar que ni nosotros somos los mismos, ver esos nombres nos impacta en la nostalgia y nos permiten ver que nuestro mundo no ha desaparecido totalmente, que no todo ha cambiado y que muchas de nuestras costumbres se mantienen a pesar de todo.

La gente de mi generación seguramente va a buscar en ese rinconcito lleno de telarañas en nuestra memoria porque nunca accedemos a él, cuando mencione lo que voy a enumerar a continuación y he tratado de apelar exclusivamente a mis recuerdos, sin el auxilio de ningún tipo de consulta, por lo que seguramente van a faltar miles de otros nombres, y si fuera otra persona el que escribiera este artículo, seguramente también su aporte sería sustantivo.

Hay muchas marcas que no necesitan presentación, en unos casos porque desarrollaron una calidad tal y un reconocimiento que identifican a un producto, como es el caso de la Gillette y las cuchillas para afeitar, o la reina de la publicidad mundial, la Coca Cola, de la que alguna vez se dijo que hasta dentro de las pirámides de Egipto había un cartel que decía: “tome Coca Cola”.

Con el paso del tiempo se han mantenido muchas marcas, con mayor éxito en unos casos y con una discreta presencia en otros por haber sido superados por la competencia, a menudo por una mayor y mejor campaña de marketing y no por la calidad.  Como ejemplo bien gráfico podemos compararlo con el mundo de la música, donde hay gente que llegan a la cima y no tienen ni arte ni voz, simplemente han llegado ahí por efecto de la publicidad, como es el caso de Shakira y las decenas de cantantes pop sin voz que los adolescentes convierten, haciéndose eco de la publicidad abrumadora, en ídolos y en estrellas aunque no tengan ningún brillo.   Y así pasa con algunos artículos.

Vamos a comenzar este recorrido con algo que ahora no puede publicitarse: el cigarrillo, pero que en sus tiempos era uno de los productos líderes de la propaganda.

Cigarros y Tabacos.

-Una tonga de gusto le da Partagás, el cigarro que gusta más.
-Cambia, cambia, cambia, cambia para Edén.  Edén con tabaco tostado.
-Regalías el Cuño: Eso, ni se pregunta, Regalías con filtro, mejores de punta a punta, filtro perfecto por una punta, mejor tabaco por la otra punta

-Trinidad y Hermanos: pruebe y compare.
-Gener: jamás un cigarrillo fue mejor, que maravilla, a diez centavos la cajetilla
-Competidora Gaditana, el cigarro inigualable
-Bock especial con papel de arroz
-H.Upmann, de mi padre lo aprendí.
-Club era el único cigarro tipo americano a precio popular

Y otros que no necesitan anunciarse mucho porque todos los reconocían como de élite, cual eran Montecristo, Romeo y Julieta, La Corona, Hoyo de Monterrey, José L. Piedra, Por Larrañaga, Punch, Fonseca, Bauzá

Mientras tanto, los cigarros americanos, cuatro veces más caros que los nacionales, también tenían gran demanda y recordamos: Chesterfield, Camel, Lucky Strike, Pall Mall, Kool, Salem, Marlboro, Winston, L&M, Kent, los más populares.


Y en los encendedores la Ronson casi no tenían rival.


Cervezas. Este rubro le seguía en importancia en las campañas publicitarias.

-Un pedacito de domingo con Hatuey,la gran cerveza de Cuba.
-Cristal: la preferida de Cuba. Clara, ligera y sabrosa.
-Polar, la cerveza del pueblo, y el pueblo nunca se equivoca.
-Malta Hatuey, la malta de los campeones.
-Tropical: la primera cerveza cubana, con más sabor a cerveza.
-Durante el embarazo y la lactancia tome Cabeza de Perro, fortalece el organismo.
Y tenían menor demanda Miller High Life y Budweiser.

Jabones de lavar y de baño. No en balde a las novelas por entrega fueran radiales o televisivas, se les bautizó como “soap opera”, porque sus oyentes o televidentes era casi exclusivamente amas de casa.

-Candado tiene ahora “pirey” y fuerza blanca.
-La Llave: Abre, que viene Llave.
-Jabón Blanco Oso. Para lavar y fregar, ponga el Oso a trabajar.
-Jabón y agua es muy sencillo, si el agua es limpia y el jabón Tornillo.
-Rina es duro, duro de verdad, ni se ablanda ni se gasta.
-ACE hace de todo
-Ropa limpia, blanca y fragante, sólo con FAB super-remojante.
Lavasol, lava solo.


Seguro que recuerda estos jabones de tocador:

-Camay embellece desde la primera pastilla.
-Palmolive: jabón embellecedor
-Jabón Hiel de Vaca, más de un siglo embelleciendo rostros.
-Jabón Elsa: bañate con Elsa y cantarás en la ducha.
-Jabón Hiel de Vaca.
-Jabón Odex para eliminar los microbios.
-Jabón Suave con crema de Almendras.

Y estos otros artículos de belleza e higiene:

-Cabellera seductora si se peina con Glostora.
-Rhum Quinquina de Crusellas.
-Agua de Florida de Murray
-Tricófero de Barry para el cabello

-Talcos, Jabones y Perfumes Maja de Myrurgia
-Polvos y Perfumes Maderas de Oriente de Myrurgia
-Agua de Colonia 1916 de Myrurgia
-Agua de Colonia No. 4711 de Colonia

-Perfumes franceses Tabú de Dana.
-Talcos y fragancias Mavis.
-Desodorantes Arrid y Mennen Spray

-Heno de Pravia: jabones y colonia.
-Colonia Varon Dandy: lo que usa un caballero.
-Colonia inglesa Yardley para hombres.

-Colonia Jockey Club.
-Productos de belleza y para el cabello Helene Curtis.
-Loción para después de afeitar y desodorante Mennen.
-Colonia y desodorante Old Spice.
-Crema desodorante Mum

-Colonia Canoe de Dana.
-Colonia 1800 de Crusellas, con sus dos fragancias, lavanda o vetiver. Era difícil encontrar una  casa cubana que no tuviera un frasco de colonia 1800.
-El desodorante roll-on de la Mun
-Las cremas Ponds: las preferidas de las mujeres más bellas del mundo
-Brillantina Hiel de Vaca de Crusellas, con romero y con quina para las trigueñas y con manzanillas, para las rubias.
-En cuchillas de afeitar, jabones y lociones dominaba Gillette pero competían Remington, Schick y Eversharp

-Los modelos de Christian Dior solo podían encontrarse en París o en El Encanto en La Habana, al igual que Chanel No.5, que podía hallarse en El Encanto, Fin de Siglo o el Palacio de Hierro.
-Marcas como Shulton, Elizabeth Arden, Helena Rubinstein, Max Factor, Dorothy Gray, Guerlain o Revlon se encontraban donde quiera y hasta tenían vendedoras visitadoras que iban a las casas a mostrar sus productos.
Y todos recordamos los permanentes Toni.

Para el cuidado de la boca estaban:

-Pasta Gravi, la Reina de las cremas dentales.
-Colgate, que el mal aliento combate.
-Kolynos: dientes más blancos.
-Forhans para las encías.
-Squibb´s la pasta de dientes moderna para la mujer moderna
-Listerine,


Ese algo que no le puede faltar al cubano: el café.

-Café Pilón: sabroso hasta el último buchito.
Ooooye, lo que te voy a decir. Cuando quieras tomar un buen café, un café aromático y sabroso, exija el detallista que le de Pilón que es el café más delicioso.
-Nescafé es café y nada más que café...y la N es de Nestlé.
-Café Regil: Regil rige y regirá. (Ahora se produce tanto en Cuba como en Miami)
-Café Tu-py: donde lo cuelan se cuela.
-Café Flor de Tibes, un tostadero famoso en la calle Reina.
-Flor de Yateras, la huella de los franceses en los cafetales cubanos.
-Café Bustelo, muy popular en Miami pero tuvo sus inicios en Cuba gracias a un gallego, Gregorio Menéndez Bustelo,  que lo cultivó e hizo famoso y la fundó en New York con el sabor del café cubano.

-Café La Llave, es muy famoso entre los cubanos asentados en Miami, pero su origen se remonta al gallego Gaviña en las lomas de Trinidad en Cuba. Después del triunfo de la Revolución la familia Gaviña se muda a Los Ángeles, California, donde siguieron con la tradición de crear un auténtico sabor cubano a través de su café La Llave.

Había muchos otros tostaderos de café, como eran El Vizcaíno, El Sol y decenas de otros cercanos a los cultivos en Oriente, Pinar del Río y Las Villas.

Y existían cafeteras Industriales en casi todas las esquinas, marca Nacional o Royal, que a pesar del gran consumo, junto con el doméstico eran capaces de acaparar la extensa producción de más de 55 mil toneladas de cafe .


Los refrescos eran de amplio consumo, decenas de marcas nacionales competían con las transnacionales, así que todos recordamos:

Coca Cola, la pausa que refresca.
Pepsi Cola, doble cantidad.
Antes de refrescar piense y tomará Orange Crush, mundialmente el primero de naranja ( por supuesto que ya no viene con diminutos hollejos de naranja).
Naranja Nehi, la receta para refrescarse.
Ironbeer o no beber.
Quinaber, el refresco de los que saben beber.
Si maneja no tome y si toma, tome Materva, bien fría sabe a sidra.

Cawy, refresca y regala, levanta el corcho y a cobrar.
Gaseosa Salutaris, la mejor (recordemos al jinete Materva y su ayudante Salutaris).
Spur Cola y Royal Crown Cola eran dos refrescos de cola en envase grande y más dulces que la Coca Cola y la Pepsi, por lo que tenían gran aceptación.
Piña Lanio, sabrosa todo el año
7 Up, una gaseosa de mucha aceptación
Naranja Manyú, chiquita pero bocona
Canada Dry era la bebida preferida de los bares, empleada para mezclar en tragos de rones y whisky, y también era popular por ser digestiva.

La Coca Cola tenía seis plantas en Cuba, la Pepsi Cola una en Carlos III, Cawy en Rancho Boyeros, Ironbeer en Santos Suárez, la Canada Dry en Cerro y Boyeros, La Materva y la Salutaris en la calle San Pablo en el Cerro, la piña Lanio era de Güira de Melena y Jupiña en Pinar del Río.

Todas las anteriores costaban cinco centavos, y estaban las más exclusivas.
Chocolate Armada, un refresco con chocolate malteado valían siete centavos y Nao Capitana, puro sabor a chocolate, diez centavos. Tomarlas era un lujo.  Golosinas de marca de mucha aceptación eran los salvavidas, los besitos de chocolate (kisses) de Hershey y los chiclets, ya fueran Adams, Juicy Fruit o Wrigley’s, o los Dubble Bubble.


Muchas de las marcas nacionales subsisten pues han revivido en Miami, pero realmente ni se parecen a las originales.

Si nos vamos a la Leche, sus derivados y Helados, hay mucha tela por donde cortar.

En las leches frescas eran famosas San Bernardo, Guarina, Santa Beatriz, la cremería Alfonso y Paredes y Hermanos, aunque había decenas de lecherías de gran calidad, y todos recuerdan que dejaban el litro de leche en la puerta de la casa y nadie se lo robaba.

En materia de helados los más famosos eran Hatuey, Guarina y El Gallito, que se vendían en muchos establecimientos y en carritos ambulantes.  San Bernardo, originalmente de Pinar del Río, logró fama por su calidad y se instaló en Rancho Boyeros, lo que después sería la fábrica de helados Coppelia. Y no se puede mencionar unos sin marca, pero difíciles de igualar, los que hacían los chinos.

Algunos productos no se olvidan: el Bocadito de helado, el Coco Glasé, un helado exótico al igual que la piña glasé, el helado El Gallito que tenía carros tirados por caballos donde vendían el helado en una época donde ya no se usaban mucho y San Bernardo, los primeros en vender una mezcla de serpentina de vainilla y chocolate y helados de limón, estos últimos sin mucho éxito.

En cuanto a mantequillas, quesos y quesos crema, la producción y el consumo eran inmensos y destacaban Guarina, Nela, Otero, La Vaquita, La Hacienda, Macurije y otros. Algunos anuncios famosos de ellos eran:

Nela Hot Pack, se mantiene suave y fresco.
¿Probó el proceso del nuevo queso, el sabroso queso proceso Nela?
Comerémos siempre Nela / Nela, Nela, Nela con pan.
Y el queso Patagrás Guarina o el queso Proceso eran tan famosos que no necesitaban propaganda.
Y muchos eran adictos al queso blanco Otero, una delicia camagüeyana.

Cuba llegó a elaborar hasta 200 tipos de quesos y los de mayor calidad eran los de Camagüey, el queso Otero, Jicotea y Guarina, sobre todo el Patagrás eran preferidos. Cuba no tenía 0.92 cabezas de ganado por habitante por gusto, solo superado por Uruguay, Brasil y Argentina, países donde ese renglón es el primero de su economía.

No hay que olvidar que se consumía también mucha leche condensada y evaporada, de la cual La Lechera era la de mayor aceptación, seguida de cerca por Nela, y estaban las leches evaporadas americanas Pet (Lirio) y Carnation (clavel) y Borden’s, de las que recuerdo:
Haga frío o calor la leche condensada La Lechera es siempre la mejor.

Los turrones no podían faltar en Navidad y todos recuerdan Monerris Planelles y Sanchis Mira, los más buscados, acompañados de otras decenas de marcas.  También los había nacionales y muy buenos como el turrón de yema de La Estrella.


Siguiendo con Embutidos y Conservas tenemos:

 El Ferrolano, Ferrán y Hermanos, los chorizos asturianos La Luz, El Miño, Bonito  Comodoro, Catedral, Reina del Caribe, La Conchita, Kirby, La Muñequita, Pérez Galán, Swift (en mantecas de primera, la primera es la manteca La Primera de Swift),  de la que también eran muy gustados el Jamón del Diablo y el Spam de Hormel, así como las populares conservas de Antonio Alonso (calamares, sardinas, bonito y mejillones). Y péguese al Jamón, pero que sea Niágara.

Las sopas Campbell´s y la Continental eran de tanto consumo como los postres Jell-O y las líneas de productos alimenticios Del Monte, Heinz, Libby´s y Condal.  Igualmente los jugos y frutas en conserva de Libby’s y del Monte y de producción nacional La Conchita.

En Mayonesas era preferida Kraft, Hellmann’s y McCormick, pero la cubana Doña Delicias no se quedaba atrás.

Y Corn Flakes o Rice Krispies de Kellogg's simbolizaba el desayuno americano, aunque algunos preferían la avena Quaker.  Un preferido eran las gelatinas y pudines de Jell-O, seguidos de cerca por Royal.  Y tenían buena reputación Milo de Nestlé, Vitavosa, y los alimentos para bebé de Gerber y Heinz.

De Agua mineral había un montón de manantiales que nos bombardeaban con sus anuncios:
La Cotorra, Lobatón, El Copey, El Tigre, Santa Ana, Santa Rita, Santa Teresa, San Agustín, San Francisco, El Cisne Fuente Blanca y otras.

Se anunciaban como: Agua Mineral La Cotorra, el control de la salud; Lobatón: vea lo que toma, tome Lobatón, la reina de las aguas; agua Roca Azul de Copey, le dio fama a Madruga; Manantiales el Tigre de Madruga, salud a montones.

En Chocolates la competencia era fuerte.

Las cuentas claras y el Chocolate La Española
La Estrella, la marca del famoso chocolate.
Y no eran menos consumidas Baguer”, Armada, La Ambrosía, Suárez Ramos y Cía. pero la campeona, La Estrella.  Y cuando se quería excelencia, no al alcance de todos, estaba el chocolate francés Menier y la cocoa en polvo de Hershey.
Y estaban los chocolates en polvo, Nestlé, Bobak y los de mayor demanda: Fénix Malteado Vitaminado y Kresto. Un anuncio simpático era:

Dice la ternerita: mami yo quiero leche con Kresto, a lo que responde la vaca, tomándose unas cucharadas de Kresto,enseguida mi vida. KRESTO, el alimento integral perfecto.
Popeye toma Bobak, que es lo que más fuerza da,
Fénix Malteado Vitaminado, a todas horas y en todas las edades.


De dulcerías y panaderías recordamos: Toyo, La Gran Vía, el Recreo, Lucerna, Super Cake S.A., Ward, Los Pinos Nuevos, el Brazo Fuerte, La Flor del Cerro, El Globo  y de galletas La Única, Gilda, Yeya, Siré, Gacusa, Tato y Colón, porque en galletas dulces dominaban La Estrella y La Ambrosía.

Eran Pollerías famosas: Sanchelima (el Rey de los Pollos), El Canelo, El Criollo, El Ave, casa Páez, el Gallito, La Dichosa, el Caporal, el Guajiro, el Liro y otras.

En Aceites el mercado estaba dominado por: Oliveite, Carbonell, Sensat, La Española, Martí, El Cocinero y Balcells. Y en vinagres dominaba Elite (es un deleite), al igual que Edmundo, de las Bodegas Morera, en vinos secos.

La Sidra, muy consumida en las fiestas de fin de año, eran todas asturianas: El Gaitero (famosa en el mundo entero), Sidra CIMA, La Asturiana, Princesa de Asturias, El Astor, La Praviana, Arias Extra.

Y eran muy gustados los aníses, todos españoles, entre los que destacaba el Anís del Mono y le seguían La Asturiana, Pons, La Castellana, del Tigre, del Avi, Manolete, Don Quijote, del Orangután, la Dolores y la Vizcaína.

En vinos y licores el consumo era variado.

Primero estaban los vinos dulces de producción nacional, llamados cremas o cordiales, que los había de muchos tipos de frutas, eran digestivos y muy sabrosos, mercado dominado por Arechabala y algunos productores menores.

Entre los preferidos estaban el Vino Sansón, el jerez Viña 25, el jerez Tres Medallas de Agustín Blázquez y la Manzanilla Pochola de Pedro Domecq, junto con el Anís del Mono y el Vermut Cinzano.  No se olvida que "el que sabe sabe que Domecq sabe mejor".

Y en cuanto a vinos de mesa los predilectos eran Marqués de Riscal, Tres Ríos  y Azpilicueta y Romeral, que con el tiempo vine a conocer que estaban entre los vinos de gama media y en Cuba se consideraban los excelsos, aunque son muy buenos, pues son marcas que se mantienen en el tiempo.  Por supuesto que existían cientos de otros tipos de vinos, casi todos españoles.

En materia de bebidas fuertes había un triunfador: Bacardí con sus rones excelsos, seguido por Arechabala, Matusalén (hoy alegre, mañana bien), Albuerne, Castillo, Bocoy, Pinilla y decenas de otros de mucha calidad. Coñac Don Diego, si no es Don Diego, me niego, era una simpática promoción.  Había gran consumo de brandys como Fundador, Terry Malla Dorada, Tres Cepas, Carlos III, y Tres Toneles y hasta el Peralta y los cognac Martell, Napoleón, Remy Martin, Camus, Courvoisier eran para consumo excepcional.  También se consumía mucho whisky, sobre todo Ballantines, Black and White, J & B, Vat 69, Crown Royal, Johnnie Walker, Buchanan's, Chivas Regal, Cutty Sark, White Label, Grant's, y en menor medida vodka, de los que recuerdo solo a  Smirnoff y a Vodka Troika, e igual me pasa con la Ginebra, ya que solo memorizo la Gordon.

El cubano es un gran consumidor de Arroces y los más populares eran:

Arroz Jon Chi, chi que crece, chi que desgrana, chi que le va a gustar
Arroz Tío Ben, crece, crece mucho más que cualquier otro arroz.
Arroz El Chino, ¿a ti te guta?, a mí también.
Arroz Gallo, Arroz Mahatma, SOS, Gloria y otros.

En cuanto a gasolinas y accesorios para carros teníamos:

Esso Extra Motor Oil, Gasolina: me voy con Esso y con esso regreso,
Shell con ICA: Cójale el gusto a Cuba con Shell, Shell, Shell con ICA
Pennzoil aceites y grasas lubricantes, Mobiloil
Texaco con su Havoline Motor Oil. Con Texaco saco más.
Gasolina Sinclair H-c Azul.

Y los tres grandes, Esso, Shell y Texaco brindaban en las gasolineras mapas de las carreteras de Cuba muy útiles, precisos y actualizados anualmente.

En acumuladores iban a la cabeza los Acumuladores Lazo: Con los Acumuladores Lazo no hay fracaso y estaban las baterías Los Angeles, písalo y arranca, y otros como Auto-Lite, Prest-O-Lite y Atlas.  Y para bujías, Champion y Auto-Lite.

Gomas para vehículos, algunas con fábricas en Cuba: GoodYear, Kelly:a las gomas Kelly no le entran ni los tiros de la ametralladora, Firestone, Goodyear (super seguras sin cámara), US Royal, Michelin.

Y respecto a los carros, las grandes compañías tenían sus representantes, lo que llegaba hasta a realizarse por marcas, como era el caso de la General Motors que tenía Ambar Motors en Infanta y 23, La Lincoln y Mercury en San Lázaro, la Pontiac en Humboldt, la Studebaker en Marina, la Packard en Prado, la Chrysler con sus marcas Dodge, De Soto, Plymouth y Fargo en Zanja y Hospital y en 5ta. y 44, la Ford en Infanta y después en Vía Blanca y Primelles con sus marcas Lincoln y Mercury y otras variadas con la Willys Distribuitors en Animas, Villoldo Motors en Calzada y 12, Jorrín Motors en Hospital, Humboldt Motor Co., Autos Losada y firmas europeas como la Valiant, Renault, Volkswagen, Skoda, Volvo, Fiat, Saab, MG, Morris, Prefect, Opel, tenían presencia con Comercial Anglo Americana en Calzada y en otros y el comercio de piezas y accesorios era bestial.

Algunas campañas inolvidables son aquellas como:
Usted sí puede tener un Buick
Los kilómetros en Dodge cuestan menos
Hay un Ford en su futuro

La marca de carros que más se vendió en Cuba fue el Chevrolet, con casi una cuarta parte del parque automotor, seguido por el Ford, con trece por ciento; y en tercer lugar el Buick con un doce por ciento, sin duda gracias a la propaganda y a que era un buen automóvil.

La policía empleaba motos Harley-Davidson, la que tenía mucha aceptación, al igual que la Norton y la Indian y se usaba bastante las motonetas Cushman.

Y en Ómnibus el servicio era excelente en urbanos o interprovinciales.
La Ranchuelera, La ruta de la cortesía;
Flecha de Oro, llamada Omnibus libres
Santiago Habana, pionera del turismo nacional
Omnibus Menéndez, tradición de servicio.
La Cubana, el más seguro con carros apodados las hawaianas.
Y la COA y los Autobuses Modernos competían por la preferencia en La Habana.

Mientras tanto en ferrocarriles, existían las poderosas máquinas norteamericanas que coexistían junto con las viejas y románticas locomotoras de vapor, casi todas al servicio de la zafra azucarera, y en cuanto a pasajeros estaban el Gas Car o Budd y el Brill, propio del Tren de Hershey, los cuales eran símbolos del paisaje rural cubano.

En la aviación volaban a Cuba las principales aerolíneas del mundo de entonces: KLM, Braniff, Pan American, BSAA, Aeropostal, Cubana, Aerovías Q, National Airlines, Mexicana, Braniff y otras.

Si nos vamos para calzado y ropa seguramente vamos a recordar estos nombres.

Zapatos INGELMO: una obra maestra en cada par.
Amadeo: símbolo de la más alta calidad
Cordobán, no tienen nada que ver con morder el cordobán que es verse obligado a hacer algo que no se desea.
Bulnes, Goliath o Bolinaga eran buenos calzados y estaban también los entonces populares y accesibles por su bajo costo U.S. Keds, tan buenos o mejores que los Converse, que ya existían entonces y que lograrían un gran éxito décadas después gracias a la publicidad. Y estaban los americanos Thom McAn y Florsheim, pero los cubanos no tenían que envidiarle nada.

Todo aquello se quedaría en el olvido y vendrían los plásticos Kikos, los ortopédicos, las cocalecas, las alpargatas, los colegiales y las salvadoras botas, ya fueran Cubanitas, Colosas o rusas.


En confecciones había muchas marcas nacionales con producciones de calidad, como eran las camisetas, calzoncillos y pullovers Perro; las medias Casino y las Once-Once; El Sol, sastres anatómicos y fotométricos en la Manzana de Gómez; Ropa para niños Cam-Pall; Saturno; La Casa Prado y su hombre que todos querían encontrar;  las camisas Premier; la camisería Cancha, la Casa Pérez, la revancha la da Cancha; la sastrería El Arte; las exclusividades de J.Vallés; el Zorro, trajes para cualquier oficio al igual que la Casa Cofiño y Osiris y la Mezclilla Ariguanabo,que no le envidiaba nada a los fabricantes de pitusas (jeans) que entonces solo usaban los mecánicos (pantalón de mecánico le decían) y los presos. Y también en Ariguanabo producían las famosas sábanas de warandol.

Y eran muy gustadas las marcas como:
Arrow, la camisa icónica de vestir de hombre, seguida por Norton.
Trusas Catalina o Jantzen.
Los Brassiere Maidenform prometían una figura moderna.
Las confecciones Mc Gregor encarnaban el American Look.
Brassieres y fajas True Form.
Toallas Antex, acarician al secar y las sábanas Palacio.

Y seguramente recordamos la venta de los 90 centavos de La Época, Don Julio en Fin de Siglo, Julio, el mes de El Encanto y su Agosto en Sánchez Mola. Y Goris Shop era la Meca del Disco.

En plumas dominaba la Parker, seguida de Sheaffer, Eversharp, Waterman's, Scripto, o la más popular y barata Esterbrook en plumas de fuente y Paper Mate en bolígrafos.  Y la tinta era Quink.   Los lápices eran el feudo de Mirado, con una buena competencia de Faber-Castell y Staedtler.

En cuanto a relojes, el mercado estaba dominado por los suizos, con la presencia de Ultramar, Omega, Mido, Movado, Nivada, Invicta, Longines, Oris, Cyma, Rolex y el cubano-suizo Cuervo y Sobrinos  y en despertadores un dominio absoluto del Westclox y su modelo Big Ben.

Si de medicina se trata, el bombardeo era tremendo:

O.K. Gómez Plata nunca falla
Las pildoritas CARTER son chiquitas, pero puntuales
En la oficina del ortopédico Díaz Josefina atiende a las damas
Mejor mejora Mejoral

Emulsón de Scott: el hombre con el bacalao a cuestas.
Bromo Seltzer: siempre cae bien.
Del catarro a la tuberculosis no hay más que un paso. Evite sus catarros con Acardet.
Leche de magnesia Phillips, si no es Phillips no es le che de magnesia.
Normalice sus digestiones con Magnesúrico.
Magnesia Márquez Padre para las digestiones y acidez.

Fitina, el único alimento científicamente comprobado para el sistema nervioso (aunque la gente lo tomaba para la pérdida de memoria).
Controle sus nervios con Novojazmín.
Alka Seltzer, solo hay uno. Prontito Alka Seltzer.
Sal de Uvas Picot, con sus cancioneros y sus personajes Juana y Chema.
Neoasma, acaba con el asma.
Asma o ahogo, tome Cuajaní Jordán con efedrina.
Sal de Fruta ENO.
Inhalador Penetro, despeje su nariz.
Evanol, para aliviar las molestias de la menstruación.
Linimento Sloan para los dolores.
Vicks VapoRub para los catarros y resfriados.



Gerolán, siéntase como nunca.
Las afecciones de la piel se curan con Acetolia Robaina
Jarabe Floraxyl con Vitamina C
Poción Jacoud, el estimulante que subía la presión arterial
Las Pinceladas sanativas del Dr. Pérez Fuentes curaba cualquier enfermedad.
Y no podemos olvidarnos, aunque quisiéramos de los purgantes de Aceite de Palmacristi y el Agua de Carabaña o la sal de higuera, así como los toques o gotas nasales de argirol, todos horribles.  Y todas las heridas se curaban con yodo.
Eran los tiempos en que el que estaba flaco, estaba enfermo, por lo que le recomendaban tomar una malta o una mermelada de guayaba con leche condensada, las que engordaban hasta a un esqueleto.


Y si de insecticidas se trata, no había otro sino Flit pero estaban  Black Flag Super Extra o Exterminol, Pinaroma y Tumbler.

En artículos electrodomésticos seguramente recordaremos todo porque aquellos equipos duraron decenios y todavía existen muchos funcionando.

Los receptores de radio y televisión con: Philco, General Electric, RCA Victor, Zenith, Philips, Westinghouse, Motorola, Admiral, Hallicrafters, Sylvania, Dumont.  Y no se olvidan los magníficos radios alemanes Telefunken.

La refrigeración con : Frigidaire, Norge, General Electric, Westinghouse, Kelvinator, Hotpoint, Admiral, Leonard, Philco, Crosley.  Sin olvidar los Servel a gas o luz brillante.

El Aire Acondicionado, no tan extendido entonces en los hogares, se identificaba con Carrier, Gibson, General Electric y Philco.

En otros artículos del hogar estaban Hamilton Beach, Osterizer, Universal, Del-Gas o Gas Esso para cocinar, Presto, Pyrex, Cepillos Fuller, Sunbeam,

En máquinas de coser dominaba Singer y New Yorker.

Los elevadores o ascensores,se identificaba con Otis aunque también había bastante de la marca Westinghouse.

En muebles recordamos:
Los colchones Lavín no tienen fin
Muebles Orbay Y Serrato, De La Fábrica A Su Hogar.
En colchones los líderes eran Simmons, Konfort, Rex, O.K. y Airfoam de Good Year

En las casas se empleaban cercas Page, Peerless y Ultra, y se pintaba con pinturas Sherwin Williams, Dupont, Glidden y Crosley.  Si se hablaba de cuchillos y tijeras, había que mencionar la marca Solingen y la tienda la Sin Rival.  Los muchachos andaban en bicicletas Niágara, Universal Cycle, Royal o Packard.  Y las niñas jugaban con las muñecas Lily, me parezco mucho a ti...

Llamaban la atención algunas propagandas de tiendas, como la de Cancha, la revancha la da Cancha, el Machetazo, con sus precios macheteados, La Casa de los Tres Quilos, donde se vendía artículos por ese valor, donde un quilo era como se le llamaba al centavo.  Todavía se sigue llamando “Ten Cents” a las tiendas donde estuvieron los Woolworth.

El aceite para máquinas era el 3-3n-uno y los betunes Griffin. Alco-Elite de Arechabala lo mismo servía para una herida que para limpiar y hasta para tomarlo ligado.

Las casas que daba el Jabón Candado eran las más famosas, con su gallo gallo de Oro, saca la mano que te pica el gallo. Palmolive daba una casa, al igual que el jabón Rina,

Otros productos con los que se podía ganar una casa era el diario Prensa Libre, el café Pilón , las cremas dentales Colgate y Forhans, el café Tu-py, el detergente Tide con sus discos voladores, el detergente Ace.

Un viaje para dos personas con todos los gastos de viaje y alojamiento, comidas y boletos incluidas para asistir a los juegos de ls Serie Mundial de Grandes Ligas de Béisbol que ofrecía la Gillette.


Las Villas Jabón Candado fueron las primeras casas en Cuba que emplearon la energía solar para calentar el agua, muchos decenios antes que comenzara a hacerse masivo en el mundo.

Y otros regalos variados ofrecían Materva y Salutaris, Cawy, la crema dental Colgate, el jabón Rina y muchos otros.

Y había propagandas curiosas que no hemos olvidado, sobre la venta de casas y terrenos:

-Su casa se paga sola en el reparto Fontanar. Pregúntaselo a mi suegro y ya verán su respuesta, pues allí compró su casa, aunque valía la pena.
-Separe su parcela con solo cien pesos en Alturas de Embil.
Otros con atractivos slogans resultantes de la construcción del Túnel de la Bahía habanera, no fructificaron y así quedaron en nada proyectos como Colinas de Villarreal, Brisas del Mar y múltiples que se proyectaban hasta Guanabo.  No obstante se hicieron populares:

Invertir en el Residencial Vía Túnel Habana del Este es invertir en la ciudad del futuro.
Así de cerca tendrá usted La Habana, Alamar

La calidad de los "comerciales " era tan buena, que aún hoy, después de más de cincuenta años, muchos recuerdan aún aquellos reclamos publicitarios, si no repasemos este listado de centros de enseñanza:

Instituto Edison, Baldor,  Academia Valmaña, Colegio Academia Pitman, Gregg Academy, Havana Business Academy, Colegio Trelles, Academia Baldor, Havana Military Academy, Colegio La Salle, Colegio Emerson, Colegio Excelsior, Escuelas Pías, Maristas, Academia Brito, Instituto Negrín,  Instituto Newton, María Auxiliadora,

Seguramente tiene en la mente este mensaje:
Para seguros seguros Seguros Godoy.  Pues también debe recordar los de los bancos, como:

Godoy Sayán, Banco Hipotecario Mendoza, Banco del Caribe, Banco Núñez, Banco Agrícola e Industrial, Banco Continental, Banco de los Colonos, The Royal Bank of Canada,  Banco Gelats, Banco Pedroso, Industrial Bank, Trust Company of Cuba, The Bank of Nova Scotia, Chase National Bank of New York, First National Bank of Boston,

Y de los centros de salud debe recordar:

Acción Médica,Asociación Canaria, Católicas Cubanas, Clínica Pasteur, Los Ángeles, Médico Quirúrgica San Francisco, Centro Castellano, Centro Benéfico Jurídico de Trabajadores de Cuba, Clínica Cardona, Maternidad Obrera de La Habana, El Sagrado Corazón,  Fortún Souza, Clínica Miramar, Santa Isabel, Quinta Covadonga, Galigarcía, La Benéfica, San Rafel, Nuestra Señora del Carmen, La Purísima Concepción, Hijas de Galicia, Quinta Dependientes, Cardona, Antonetti, Centro Médico Quirúrgico, Clínica Reina, La Inmaculada.

Y siempre hay que hablar de pelota, por lo que no olvidamos los lemos de los equipos de la liga profesional:

 Almendares: el que le gane al Almendares se muere
Habana: la leña roja tarda pero llega
Marianao: ciudad que progresa
Cienfuegos: el paso del elefante es lento pero aplastante

Pero con más fuerza recuerdo el lema de los Cuban Sugar Kings con su equipo en la triple A: “un paso más y llegamos”. Fuimos los campeones de la liga en 1959 y de no existir la revolución, hoy en día tendríamos un equipo de las Grandes Ligas.

Por supuesto que ha sido una muestra de un universo muchísimo más extenso, pero creo que ha sido bastante lo que hemos traído a la memoria del cubano de esos años, que con sus sombras, sin duda añoramos.

Durante los años de la década del treinta y cuarenta, la publicidad era realizada por los propios  anunciantes y los anuncios se pagaban con sus productos, por lo que no existían propiamente profesionales especializados en esa labor, pero en la década de los años cincuenta, a impulsos de la televisión, hubo una explosión publicitaria en correspondencia con lo ocurrido mundialmente en las postguerra con el incentivo al consumo y esta especialización se convirtió en una de las más influyentes en la economía, en particular en Cuba que era de las naciones punteras del continente y que contaba con indicadores competitivos mundialmente.

Las publicitarias eran muchas y crecían incesantemente, las principales eran Guastella McCann Erickson, OTPLA, Alvarez Pérez, Siboney, Fergo Arregui Mestre & Co. Publicidad Guau, Fontanillas, Pagés, Patiño, Godoy & Cross, y entre ellas manejaban alrededor de doscientos  millones de pesos, una inmensa fortuna para la época que representaría hoy más de dos mil millones de dólares y daban empleo directo a tres mil trabajadores en sus doscientas agencias y empleo temporal a otros miles.

Toda esa experiencia publicitaria, fue empleada por la triunfante revolución para tupirnos y llevarnos hasta el hueco en que está nuestro país hoy.


Burlas a las campañas publicitarias.

Como el cubano todo lo tira a choteo, aquí van algunas burlas a las campañas, algunas fuertes, otras simpáticas, y como decía el Guayabero, la maldad la pone el otro.  Antes se le decían "de relajo", ahora son de doble sentido.

Seguramente van a pensar en:

"Los hermanos Pinzones
eran buenos mari....neros
que vinieron con Colón,
que era un viejo bu...canero,
y se fueron a Calcuta
en busca de alguna p...laya
y los indios motilones
les cortaron... la retirada;

Al piloto Pedro Angulo
le quisieron dar por ...muerto
y a su hermano Bobadilla
lo llenaron de... laureles.
A la reina Isabel
cuando Colón le hizo la historia
ya a la reina de Castilla
le gustaba la natilla.
Y aquellos indios sembraban fruta
para los hijos de ...España."

O piensan en la Yuca de Casimiro, o en Cubanito Cubanito, cubanito y muy formal, pero no, vamos a referirnos a viejas campañas de la Cuba republicana que fueron cogidas para el trajín:

-Señora: póngase en cuatro, póngase en cuatro horas en Nueva York con Cubana de Aviación.

-Señora: ahora le caben hasta los huevos. Hasta los huevos le caben en su nuevo refrigerador General Electric.

-Si tu novio llega borracho y te lo pide, dáselo...un Alka Seltzer lo pondrá como nuevo.

-Señorita, no deje que le metan cualquier cosa. Cuando vaya a lubricar su carro, exija Texaco.

-Caballero: si se le para de pronto y se le comienza a derramar el líquido, es señal de que su carro necesita Bujías Champion.

-Señora: Si no le entra bien y le hace daño la punta o le duele mucho atrás es que los zapatos le quedan chicos. Eso no le sucede en la zapatería El Cadete.

-Caballero: ¿Le duele la cabeza al meterlo?. Eso es por no usar sombreros Stetson, más ligeros que el aire.

-Señora, si al levantar la pierna se le ve el hoyo, es que no compró medias Dupont, las que le dan un extra.

- ¿Le gustan grandes, gordas y peludas? Toallas Antex, acarician al secar.

Pero ya estos chistes no se pudieron seguir aplicando a las campañas políticas que se constituyeron en el centro de la propaganda en Cuba.   Si en la Unión Soviética, desde fecha tan lejana como 1933 contar chistes aparecía tipificado en un pleno del Comité Central del PCUS como "actividad antisoviética", y durante todo el período estalinista la sanción correspondiente fue de cinco años de reclusión en campos de trabajo, léase Siberia, por supuesto que en Cuba la gente hacía los chistes solo en familia o en un círculo íntimo.

Fueron millones los chistes que han existido sobre cualquiera de los absurdos, aberraciones y locuras de la revolución, pero no puedo terminar este artículo sin hacer referencia a uno que se me ha quedado fijado.

“Un loco en Mazorra se pasa la vida revolviendo con un palo un cubo lleno de excremento.  El comandante Ordaz, director de Mazorra y que vivió como un príncipe a costa de los pobres enfermos, manda a que le pregunten al enfermo qué hace.

-Estoy construyendo el socialismo, responde.

Ordaz le dice que la meta es construir el comunismo, por lo que el loco le contesta:

-pues tráeme otro cubo de mierda.”

Pero si uno tenía gana de reirse y a la vez disfrutar de una crítica certera y objetiva, sólo había que escuchar, durante los años ochenta, el "Programa de Ramon" en Radio Ciudad de La Habana.  Al final Ramón tuvo que irse del país y durante veinte años películas como Alicia en el Pueblo de Maravillas fue censurada y jamás ha sido pasada por la televisión.  Por suerte en Cuba no hay una Siberia y lo que quisieran emplear como tal, Guanahacabibes, ya no es posible, porque estaría con más habitantes que el resto de la Isla.