martes, 3 de mayo de 2016

MEMORIAS DEL VINO EN CUBA, EN ARGENTINA, EN MEXICO Y EN EL MUNDO.


MEMORIAS DEL VINO EN CUBA, EN ARGENTINA, EN MEXICO Y EN EL MUNDO.

Siendo un niño en Cuba, recuerdo, por sobre todas las cosas, la Nochebuena. Y la recuerdo no solo porque se reunía toda la familia y había muchas golosinas y alegría, la recuerdo por encima de todas las cosas por el vino.  En una familia de españoles no podía faltar el vino. Siempre en mi casa hubo, en el comedor, un barril de madera con una llavecita. Ahí tenía mi abuelo, mi padre y mis tíos, un fuerte y grueso vino gallego que tomaban con las comidas. Y en Nochebuena además del barrilito había una colección de botellas de vino español, de los que siempre tengo presente Azpilicueta y Romeral y Marqués de Riscal, además de las infaltables botellas de sidra El Gaitero, vino dulce Viña 25 y brandy Pedro Domecq para ligar con sidra y hacer el famoso "España en llamas".

A alguien se le ocurrió la gracia de hacerme probar el vino del barrilito, y lejos de lo que todos pensaban, me lo tomé con tremendo gusto y me quedé con ganas de seguir tomando. En Nochebuena y otras fiestas, los mayores se ponían contentos con la bebida y mandaban a los niños a dormir temprano. Mi venganza era dulce: a la mañana siguiente, cuando todos estaban liquidados, yo me despertaba temprano y me iba directamente para el barrilito. Cuando todos despertaban yo era el que estaba sumido en un dulce y profundo sueño gracias al vino. Esa fue mi primera experiencia con el llamado por todos "vino de ribeiro", la denominación de origen Ribeiro significa "ribera del río" en gallego, se ubica a lo largo del río Miño y sus afluentes y es una de las denominaciones de origen históricas de Europa, siendo la segunda en grado de conocimiento en España.No en balde me gustó tanto ese vino.


Originalmente el vino se añeja en barriles. Una barrica, cuba, o tonel es un recipiente de madera utilizado para la crianza de vino. La barrica oxigena el vino lentamente y le aporta textura y aroma para suavizar su sabor. Suelen tener una capacidad de 220 litros. Pero del barrilito de que hablo debía tener un capacidad de 25 o 30 litros o botellas, no puedo precisar, pero sí doy fe de que era todo un ritual el limpiar el barrilito cuando se vaciaba y llevarlo a llenar a un lugar donde se importaba el vino en toneles y llenarlo nuevamente.

Era costumbre hacer tomar a los niños (y muchos mayores también lo hacían) un vaso de vino dulce (Viña 25 o Gran Vino Sansón) con una yema de huevo cruda adentro. Para mí era una cosa asquerosa, pues nunca me ha gustado el huevo crudo y menos la yema. (sin embargo entre mis preferidos está el sambayón, del italiano zabaglione, que es un postre tradicional de la cocina italiana y que conocí en Argentina y que se trata de una crema hecha con yema de huevo, azúcar y vino dulce). Seguro que es una costumbre española porque la inventora de ese mejunje era mi abuela. Yo me tragaba aquello como si fuera palmacristi, pero después conseguí que si después me daban un poco de vino solo, aceptaría el reto sin chistar. No había quien les quitara de la mente que aquello era un remedio fortificante y con grandes propiedades alimenticias, que iba directo al cerebro, pero a lo mejor sí lo era.

La verdad que siempre prefería  la leche condensada con malta o la leche con Fénix Malteado Vitaminado, un chocolate excelente al odiado vino con yema de huevo.


60 años después, al ir Finita, mi esposa a España, le encargué como cosa buena y ansiada, unas botellas de los citados vinos Marqués de Riscal y Azpilicueta y Romeral. La familia allá le dijo que para qué compraba unos vinos de mediana calidad, cuando los había muchísimo mejores. Al igual que ocurría con el brandy Terry Malla Dorada, los emigrantes españoles, consumían preferentemente, las bebidas baratas y no las exclusivas o muy caras, pero para nosotros esas eran de calidad superior.

Actualmente en México se encuentran Terry y Marqués de Riscal, que son de precio medio. El brandy más consumido en México es Torres, uno que no conocía y que me parece excesivamente dulzón, y el vino Marqués de Riscal goza de la apatía que tienen, entre la mayoría de los mexicanos, todos los vinos (es pruedente decir que en México se le llama vino a cualquier tipo de bebida, no solamente al vino de uva o de mesa). Lástima porque en el país se producen excelentes vinos.



Pequeña historia del vino.

Tanto en la Ilíada como en la Odisea, Homero describe de forma elogiosa alos vinos de los tracios (las 12 ánforas de vino que Tsar Maron dió a Ulises y que le ayudaron a luchar contra el Cíclope, quien en realidad cayó dormido después de beber el vino tracio, permitiendo a Ulises que lo dejara ciego).

El vino es una de las bebidas más antiguas que se conocen. Se han encontrado restos de viñedos cultivados en el Cáucaso, que tienen una antigüedad de 7.000 años, aunque otras fuentes nombra a la cerveza como antecesora de las bebidas alcohólicas.

La uva es un fruto con una tendencia natural a fermentar, por lo que probablemente, el vino fue la primera bebida alcohólica que conoció la humanidad. El descubrimiento el vino pudo producirse por casualidad, cuando alguien dejó olvidadas unas uvas en algún recipiente, éstas fermentaron y luego alguien probó el caldo resultante. Además, la vid presenta una gran facilidad de adaptación, factor que sin duda ayudó a su expansión.

La referencia más antigua sobre el vino parece pertenecer al Antiguo Testamento, cuando "Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña; bebió el vino y se embriagó" (Génesis 9-21). Esta referencia marca la presencia del vino en la tradición judeo-cristiana desde los primeros tiempos. En la Biblia aparece citado más de 200 veces (en algunos de las citas, se llama también a la moderación en el consumo...), lo que es una muestra de su gran importancia en todas las culturas de la zona: Babilonia, Egipto, Sumer, etc., y más tarde adopta un papel clave en el ritual cristiano.


En Grecia y Roma los dioses del vino eran muy venerados por sus poderes embriagadores y afrodisíacos. Homero describió algunos de los vinos cultivados en el norte de Grecia con uva moscatel como “dulces como la miel” Se organizaban fiestas y orgías en honor a los Dioses, en las que abundaba el vino, los manjares y los placeres sexuales. El vino se asociaba en el mundo clásico con el amor y el disfrute carnal, pero también con la tranquilidad, el descanso y el alivio.

A su vez el vino también ha sido una forma de expansión cultural: los romanos plantaron viñedos por toda la Europa Mediterránea. Hay una leyenda de cómo Dioniso (dios del vino, el éxtasis y la exuberancia) conquistó Asia hasta la India con un ejército de músicos y bailarines que danzaban y ofrecían vino, lo que se puede interpretar como una alegoría mitológica del poder del vino.

En Europa el desarrollo de la vinicultura y de la enología corrió a cargo de los monjes cristianos, que pusieron mucho empeño en mejorar todos los sistemas de elaboración de vino, aprovechando para ello los viñedos heredados de los romanos. No es casualidad que las regiones con mayor tradición vinícola en Europa, suelen ser también las que tenían mayor concentración de monasterios y enclaves religiosos.

A lo largo de los siglos, monjes de diferentes órdenes han originado diferentes tipos de bebidas alcohólicas. Vino, cerveza o exquisitos licores han sido alguno de los resultados de este accionar de los religiosos,  que, según indican los historiadores, comenzó con fines medicinales o como una forma de purificar el agua.



Al licor Chartreuse, se lo utilizó con fines medicinales. Pero, luego, con el paso del tiempo, su agradable sabor conquistó el paladar de muchos logrando que se lo comenzara a producir industrialmente. En 1510, el monje benedictino, Bernardo Vincelli, creó la receta de este licor francés, cuya receta contiene más de 20 plantas y especias siendo la angélica, hisopo y bálsamo de limón sus tres ingredientes principales.

El Benedictine, soberbio licor que se obtiene por el método más antiguo del mundo, se elabora a partir de un aguardiente de vino en el que se han macerado una veintena de hierbas, cortezas y raíces. De proceso muy laborioso, de unos 3 años de duración a los que hay que añadirse otros 4 de envejecimiento.

La champaña francesa debe su nombre al monje benedictino Pierre Perignon, quien vivió en el siglo XVII y descubrió un vino espumoso: el Champagne Se elabora según el Método "Champenoise", descubierto por el monje benedictino Dom Perignon, de la abadía de Hautvillers a finales del s XVII. De igual nombre es por tanto, el más famoso champaña.

Su hermano español, o más precisamente, catalán, el vino Cava, se elabora según el Método "Champenoise" descubierto iguaolmente por el monje benedictino Dom Perignon. Se caracteriza porque la segunda fermentación y crianza del vino se llevan a cabo en la misma botella.

El Frangelico, uno de los licores más exquisitos, está hecho a base de avellanas silvestres tostadas sumergidas en alcohol junto con bayas y especias. Recibe su nombre del monje que vivía en una ermita del Piamonte y que la inventó hacia el año 1600 junto con otras muchas bebidas. El origen del licor es de más de 300 años, desde los primeros monjes cristianos que vivían en las colinas del norte de Italia. Según Barbero, el fabricante del producto en Italia, el nombre del licor se basa en una leyenda de un ermitaño llamado Fraile Angélico que "creaba recetas de licores únicas y especiales". Sin embargo, la botella misma representa los hábitos de los frailes franciscanos, mientras que el licor del mismo nombre probablemente representa el famoso pintor Fra Angelico, quien fue un monje dominico, cuyo manto habría sido blanco y sin el cordón de la cintura representativo de los frailes.


La fábrica de Anís del Mono de Badalona elabora  el tradicional licor inventado por los monjes benedictinos del monasterio de Montserrat. El contrato entre la Iglesia y Anís del Mono incluye la producción de Aromas de Montserrat, la Crema Catalana, el licor de Avellana, el Anís y el licor de hierbas de los monjes.

Sambuca o Amaretto son también licores italianos dulces muy populares. Y el Campari, Cynar, Strega o Limoncello, son licores semidulces y todos hechos por monjes.

Y también la tradición afirma que la primera cervecería fue creada en el año 724 por el misionero san Korbiniano. Los monjes bávaros ya preparaban cerveza desde principios del siglo XIV. Bélgica ha estado produciendo cerveza desde las Cruzadas. Y mientras que las famosas cervezas hechas por monjes son elaboradas en los monasterios en el campo, la ciudad de Bruselas es frecuentemente considerada la capital de la cultura cervecera belga.

Y hasta el Whisky sorprendentemente fue creado por unos monjes. Esta bebida se obtiene por la destilacion de la malta fermentada de cereales y sufre su envejecimiento en barriles de madera de roble blanco. Las primeras referencias escritas del Whisky aparecen en Irlanda en 1405, donde era elaborado por monjes. Fue destilado por primera vez en Escocia por el fraile John Cor en 1494. Se utilizaba originalmente con fines medicinales y también como un “antidoto contra la pena” que se consumia en grandes cantidades en los funerales. Del mismo modo, el whisky barato se utilizaba para preservar los cuerpos destinados a la disección.

En fin, a los monjes hay que decirles: ¡gracias mil! no por su aporte religioso, sino por su aporte vinícola, extensible a otros licores y bebidas.



El vino en América.

Francia, Italia y España son los grandes productores y exportadores de vino desde el Medievo, sin desdorar otros países europeos que aportan vinos de primera calidad, como Alemania, Hungría, Bulgaria, y otros.

El origen del vino en el Nuevo Mundo comenzó la mayoría de las veces de la mano de enólogos y vinicultores que emigraron a este continente. Hoy en día, los vinos del nuevo mundo (América, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda) han mejorado su calidad, conquistado mercados internacionales y compiten con los vinos europeos de mayor reputación.

México fue el primer país de América donde se comenzó a cultivar la Vitis vinífera al poseer determinados lugares de su geografía las condiciones propicias para el cultivo de la vid. De España el cultivo se propagaría a América a partir de su descubrimiento en 1492, ya que los navíos que se dirigían al Nuevo Mundo llevaban cantidades importantes de barricas con vino, que los españoles incluían en su dieta cotidiana.

El vino era en los siglos XV y XVI ( y creo que lo es aún) un complemento indispensable en la dieta del pueblo español, y por ello, desde el primer momento está presente en los abastecimientos de las expediciones relacionadas con el descubrimiento y colonización de América. Se hacía necesario e imprescindible para los tripulantes, soldados y colonizadores que tomaban parte en las mismas, pues el vino se consumía como alimento, como medicina y como reparador de fuerzas.


Según aparece en los pergaminos de aquel entonces, los marineros que acompañaban al descubridor de América, atenuaban el estrés tomando Vino de Jerez, pues aguantaba mucho la oxidación. Los españoles, quienes se asentaron en Cuba después de Colón, hicieron del vino una parte importante de la vida cotidiana como lo hicieron sus paisanos que vivían en California y México. Los piratas y corsarios que cruzaban el Mar Caribe en busca de lugares que saquear, bebían mucho vino antes de la existencia del ron. Pasaron a beber ron después que el vino resultó ser demasiado caro y a veces muy difícil de conseguir.

Los diferentes misioneros encargados de la evangelización de los habitantes de las tierras recién incorporadas a la corona de España necesitaban del vino para la cotidiana celebración de la ceremonia de la misa (aparte del que se tomaban por otras razones). Estos frailes de las diversas órdenes religiosas son los verdaderos impulsores de la vitivinicultura en las colonias españolas de América.

En su Diccionario geográfico-histórico de la Indias Occidentales o América, describió a las tierras cubanas como: "…un terreno fertilísimo, de modo, que jamás faltan flores en el campo, ni los árboles se ven desnudos de sus hojas; y de algunos granos se cogen dos cosechas al año…"pero estos cultivos descritos en la época, nada tenían que ver con la vid, pero lo cierto es que ya para el año 1832 se existían en Cuba algunas zonas vitícolas concentradas en las regiones Central y Oriental del país, exactamente en las actuales provincias de Villa Clara, Sancti Spíritus, Camagüey y Granma, zonas montañosas todas. La variedad Cimarrón, supuestamente introducida desde México, ocupaba caprichosamente algunas parcelas de tierra con especiales microclimas.
                                                       VIÑEDO EN CUBA.
En la actualidad, se cultiva fundamentalmente como planta de jardín, aportando frutos de aproximadamente 10 mm de grosor, con una coloración granate intensa y muy resistente a enfermedades. Soporta casi a la perfección el clima típico cubano y no se opone a crecer en terrenos diversos. Es conocida por muchos en Cuba como Cimarrona o Parra Criolla. A mi se me ocurrió sembrar una para mis experimentos en producción de vino y la uva se dio excelente, al igual que el vino, pero acabó con el techo de mi casa, que tuve que reparar completamente.

Se han aclimatado ocho variedades de una veintena traídas desde España. Entre ellas figuran la Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Viura, Monastrell y Doña Blanca. Los rendimientos han sido aceptables y con calidad perceptible, que las sitúan como materia prima potencial para la elaboración de vinos cien por ciento cubanos.
Las zonas escogidas son Banao en la central provincia de Sancti Spíritus (donde se da una fresa excelente y unas cebollas gigantescas), y Batabanó en la actual provincia Mayabeque. Otras zonas como Amaro, Cascajal y Falcón en la provincia Villa Clara y Pilón en provincia Granma, y San Cristóbal en Pinar del Río.

Otra particularidad es que en Cuba, las vides conservan la masa foliar prácticamente durante todo el año, trayendo como resultado más de una vendimia anual. El clima tropical de la isla es muy variable pero debido a los agentes modificadores existen zonas con características semicontinentales. Estas zonas que se escogieron para el cultivo, son aquellas que en su paisaje incluyen modificadores orográficos, que aporten a las vides de acuerdo a la variedad, condiciones bastante favorables para su desarrollo y fructificación. zonas con cierta altitud, para favorecer la irrigación, en valles intramontanos y cerca de algún lecho fluvial.

De las nuevas tierras americanas, han surgido, a partir de las cepas europeas, exquisitos vinos de primerísima calidad en el mundo, como lo son los vinos argentinos y chilenos.

                                    VINOS ARGENTINOS, EL EXQUISITO MALBEC.

América del Sur se ha convertido en una fuente inestimable de vino de gran valor. Pero para los británicos, los vinos de América del Sur vienen todos  de Chile. Los enólogos británicos los han estado moviendo decididamente de categoría, imprudentemente. Chile puede producir no sólo buen Cabernet, Merlot, Syrah, Pinot Noir y una gama de competentes vinos blancos.
Sin embargo, en el mercado estadounidense, se piensa en Chile sólo como productor de vinos baratos. Pero el fenómeno del Malbec argentino en Estados Unidos, donde los consumidores estadounidenses han sido completamente capturados por el Malbec, la variedad tinta emblemática de Argentina y el varietal tinto de mayor crecimiento en los Estados Unidos. El Malbec argentino ofrece sin esfuerzo madurez, especias, alcohol robusto y accesibilidad pero por una fracción del precio comparable a un Cabernet de California. La influencia de los vinos argentinos en el resto del mundo es impresionante, mientras el vino argentino, aunque 100 veces mejor que lo que era hace 15 años atrás, se esfuerza por lograr impactar en Europa, Estados Unidos es el mayor destino de las exportaciones de Argentina, seguido por Canadá y sólo después por Reino Unido.

Es posible que para muchos paladares europeos, los tintos argentinos sean demasiados maduros, dulces y fuertes, mientras que para los paladares que están más acostumbrados a los tintos de California, se trate de vinos finos. Lo que si es real, es que la producción vinícola de Argentina es de las más fuertes y de mejor calidad del mundo de hoy. Lo pude constatar en dos estancias en Argentina cuando mi hijo Alexander vivía allá. Me di banquete como nunca tomando vinos exquisitos, probando entre cientos de marcas, cosechas y tipos de vino. Recuerdo que durante mi primera estancia no tomé agua durante todo un mes, solamente vino y sus precios eran verdaderamente una ganga.

Argentina, si no consumiera tanto vino domésticamente, pudiera ser uno de los grandes productores mundiales. En Argentina no hay asado sin vino, y el asado es la constante gastronómica de ese país, igualmente no hay futbol sin vino, recuerdo que ante partidos importantes (creo que para los Argentinos cualquier partido de fútbol es importante) la gente saca su televisor a la acera o vereda como dicen ellos, una mesa y sillas y a tomar vino hasta que comience el partido, durante el mismo y al acabarse para comentar sus resultados. Muchas veces el vino es más barato, en envases de cartón, pero igualmente es vino, por esas razones solamente: el asado y el fútbol el consumo de vino en Argentina es descomunal.
                           CONCHA Y TORO, DE LO EXCELSO DE LOS VINOS CHILENOS.

El fenómeno del vino chileno, no es más que parte de haberse constituído en un país ampliamente diversificado y donde  de forma rápida, al igual que toda su economía, desarrolló su escena de vinos, con una gama siempre más amplia de variedades de uvas exitosas y nuevas regiones vitivinícolas más frescas, sumado a una política efectiva de comercialización.

Mientras tanto, los argentinos dicen que sus vinos se venden como chilenos, siendo originarios de zonas limítrofes entre los dos países, como San Juan y Mendoza, y que en Chile solamente se envasaban.

Del vino argentino, todo lo que tengo que decir es bueno, y del chileno tambiéN, asi que para mi están empatados.

Hernán Cortés fue el principal promotor del cultivo de la uva en México, ordenando traer de la isla de Cuba semillas y plantas de la Vitis vinifera proveniente de España, siendo la Nueva España el primer sitio de la América continental en cultivarse viñedos y producirse vinos para consumo.
                               PARA LOS MEXICANOS, ESTO ES VINO.

Mientras tanto, en México, donde como dije, a todas las bebidas alcoholicas se les llama vino, todos aquellos con los que he pretendido compartir una copa han tenido la misma expresión: ¡sabe ácido o está podrido! Y les he dado a gustar un excelente vino español de la Rioja o un magnífico vino chileno, de distintas variedades: Cabernet Sauvignon, Syrah, Tempranillo, Malbec, Pinot Noir, el que sea, así sea el mejor, no es del gusto del mexicano promedio.

Esta evidente falta de cultura vinícola, de la que no se adolece en determinadas regiones del país donde se producen buenos vinos,  hace que tomen el vino con Coca-Cola o en forma de Clericot (debido a la influencia francesa en el país).

Muchas personas que no beben vinos de mesa porque no les gustan, y ante las cuales no sé si descorchar una botella de buen vino, sea el mejor, o no sé que beben, hago Clericot, que por lo general le gusta a todos. La historia culinaria del Clericot se remonta a la época en la que el Imperio Romano se apoderó de Francia y Gran Bretaña, lugar en el que dominaban los celtas. Cada 31 de octubre, éstos festejaban a Samahin, caballero de la muerte celta y lo hacían con el tradicional vino tinto con frutas remojadas.Por otro lado, los romanos festejaban en esa misma época a la diosa de los frutos y los árboles y también lo hacían con la tradicional vid remojada en vino tinto y otros frutos, de esta manera, se considera que ésta fue la primera aparición de lo que hoy llamamos ‘clericot’ en la historia de las bebidas.
                                                            CLERICOT.

De la copa Clarete ( vino elaborado de forma semejante al vino tinto, realizando la fermentación con los hollejos, pero con una buena proporción de uvas blancas, de forma que se obtiene un vino con poco color) se desprendió el nombre de Clericot, y esto ocurrió cuando los británicos llegaron a América, principalmente a regiones de Argentina y Uruguay, pues en un juego de palabras, los hispanohablantes modificaron el nombre del Clarete al modismo que utilizamos hoy, aunque en algunas regiones de Sudamérica se le llama "Clericó".

Existen muchas recetas para preparar un buen Clericot debido a que todo comenzó siendo una mezcla de vino blanco seco con fruta, actualmente le agregan champagne, tinto, naranja, jugo de manzana o hasta ron, brandy, vodka o Cointreau, incluso muchos Clericots son mezcla de vinos tintos.
Tambié es popular en México la Sangría, una bebida a base de vino tinto, que s una receta muy típica y tradicional en toda España y también en Portugal, aunque cada vez se expande a más a otras zonas del mundo, gracias a que es una receta refrescante y sabrosa, además de fácil de preparar.

La Sangría data su origen en Las Antillas cuando eran colonias inglesas. O también data su aparición abundante con la presencia numerosa española a finales del siglo XIX en Paraguay y Argentina en epocas de verano. El termino Sangría, proviene de la voz española "sangre" lo cual inspiró para denominarla así por su color rojo. En numerosas colonias de América, era denominada como "limonada de vino".

Los mejores vinos mexicanos se producen en Baja California, siendo famosos los de Ensenada, en particular el Valle de Guadalupe;  los de Parras y Saltillo en Coahuila;  en San Juan del Río en Querétaro;  en Aguas Calientes y Zacatecas y en Hermosillo, Sonora. En varias de ellas están presentes firmas reconocidas como Pedro Domecq y Freixenet.

Se ha dicho que el vino mexicano y su región vitivinícola están experimentado un fuerte auge a pesar de que el consumo per capita de vino en México sigue siendo muy bajo (aproximadamente 0.16 litros al año ocupando el último en la lista mundial). Mientras tanto cada habitante de la Santa Sede bebió un promedio de 74 litros de vino al año, por supuesto que no lo achaquen al vino sacramental. Argentina consume 35,3 litros percápita, Italia 51, Francia 46 y España 31 mientras que México, como vimos no llega más que a un décimo de litro.

 Los mexicanos que consumen vinos tienen entre treinta y más de edad en ambos sexos, son mexicanos y mexicanas de alto nivel académico en buenas condiciones económicas, ellos beben principalmente vinos importados y solo el 40% de los vinos producidos en México son consumidos por mexicanos.  El 30 por ciento de la producción de vino disponible en México proviene del estado de Baja California, donde unos 80 productores ofrecen más de 400 marcas diferentes.


Los vinos nacionales son relativamente percibidos como caros por los consumidores mexicanos. Un vino chileno o argentino, puede tener un precio que oscila entre 50 y 300 pesos, mientras que los caldos nacionales se encuentran en un rango entre 80 y 700 pesos. Esto debido a que la mayoría de los vinos mexicanos son de una excelente calidad. Yo personalmente consumo mucho vino español, de la Rioja, o chileno en precios que van de 35 a menos de 100 pesos y son de excelente calidad. Pero he consumido un Cabernet Sauvignon de Aguas Calientes, llamado California, y que es de buena calidad, pero mucho más caro que los ya posicionados en el mercado.

Quizás hay también una fuerte influencia del gran competidor: la cerveza, cuyas marcas mexicanas se encuentran entre las mejores del mundo (no precisamente para mi gusto, pues las prefiero de buen cuerpo, fuertes y amargas, como la Guinnes) sobre todo en cervezas tipo lager, como la Corona y la Modelo, de competencia mundial y que son mucho más baratas que una botella de vino.

LOS MAYORES CONSUMIDORES DE VINO.

Países productores de vino.

Hay que decir que diez países producen el 80 por ciento del vino existente y de ellos acaparan la mitad de la producción mundial solamente tres países: Italia, España y Francia, en ese orden (casi los mismos desde la edad media cuando los monjes impulsaron este producto). A su vez están dentro de los mayores consumidores de esta bebida en el mundo.

Sorpresivamente, sobre todo gracias a California, Estados Unidos es el cuarto productor mundial y le siguen Argentina, Chile, Australia, China, Sudáfrica y los que dentro del grupo producen menos, pero de altísima calidad como Alemania.

España es primero en el ranking por superficie plantada, primero por producción de vino y mosto y primer exportador mundial en términos de volumen. Por su importancia en términos económicos, pero también sociales y medioambientales, así como por la importancia del vino como imagen del país en el exterior, el sector es de extraordina-ria relevancia en España.   Nada, que han pasado 60 años y el vino y España son una sola imagen para mí (bueno y también el chorizo, la aceituna, la fabada, etc.)
                                                                       LA RIOJA.

Las principales regiones vinícolas de España son:
- la cuenca del Ebro, dentro y fuera de España, es indudablemente el Rioja, del curso superior del río. Blanco o tinto, se produce en una gran variedad de tipos y calidades.
-La Meseta, que
 produce el 40% de los vinos españoles, y a su vez se subdivide en tres grupos geográficos: La Mancha,  las sierras de Gredos y Guadarrama,
- la cuenca del Duero (la Ribera), con centros en Valladolid y Zamora y la llamada Tierra del Vino, que produce tintos y rosados en Toro y Benavente, y blancos en Nava del Rey y Rueda, asi como en la provincia de Ávila.
-Cataluña produce casi el 30% de los vinos españoles y su producción se concentra en las provincias de Barcelona y Tarragona, y el Penedés que produce unos vinos de alta calidad, al igual que el Cava.
-Galicia es célebre por los blancos secos del Ribeiro, ideales para acompañar los mariscos que se pescan en sus costas. Entre los blancos merece mención especial el Albariño.
-Levante produce el 11% de los vinos españoles y su caldo más célebre es el de Jumilla, en Murcia. En la parte Valenciana del Levante destacan varios vinos y una excelente uva moscatel.
-Sólo el 8% de los vinos españoles proceden de Andalucia, pero son los mejores y más afamados fuera de España. Se trata, desde luego, del inefable "fino" por antonomasia, el "JEREZ" (Xéres, para los franceses, Sherry, para los ingleses, y con las tres denominaciones se ha impuesto en todo el mundo) y toda la gama de blancos secos, como la manzanilla y el montilla, si bien existen asimismo las variedades semisecas y dulces. Los principales centros de producción son: Jerez de la Frontera, para el Jerez; Sanlúcar de Barrameda, para la manzanilla, y Montilla y Moriles en la provincia de Córdoba, para los amontillados.  También existen tintos y blancos de mesa de buena calidad y en Málaga se produce el vino generoso que lleva el nombre de la ciudad.

Y aunque no es España, sí es en la península ibérica. En Portugal se produce el vino de Oporto que es uno de los grandes vinos clásicos de Europa.  El vino de Oporto es un vino generoso. Los vinos generosos son vinos a los que, en determinada altura de su proceso de elaboración, se les adiciona una proporción de alcohol vínico.


Uno de los aspectos fascinantes del vino de Oporto es la gran variedad de estilos en que es producido, cada uno con sus sabores característicos. Tradicionalmente, el vino de Oporto se sirve con queso al final de las comidas, como un vino de postre o como un digestivo, a pesar de que algunos estilos, como el Oporto blanco, también se pueden beber como aperitivo. Es uno de los mejores vinos para disfrutar con chocolate o con un buen puro. El vino de Oporto es considerado uno de los vinos más sociables, que ayuda a hacer de cualquier ocasión una ocasión especial.

Me recuerdo alrededor del año 1970, que estando en Varadero, en una bodeguita casi sin productos, encontramos una botella de Oporto remanente de no se sabe qué. La compramos y la disfrutamos muy sabiamente, durante algunos años en tragos cortos y para disfrutar.

El vino y la Salud.

Ya describí mi estancia en dos oportunidades en Argentina, casi sin tomar agua, solamente vino. El hecho de comer cantidades increibles de carne de res (aprovechando que en Cuba ese es un alimento casi prohibido, como en la India), experimenté un bienestar estomacal como nunca antes. Todo eso se debió al efecto de tomar tanto vino.

Muchos de los beneficios para la salud asociados al vino tinto se derivan del resveratrol, un componente antioxidante que podemos encontrar en la piel y las semillas de la uva. Durante la fermentación el mosto está en contacto con piel y semillas y es debido a este proceso que el resveratrol se encuentra en el vino en alta concentración y, derivado de esta concentración, surgen todos los estudios que asocian salud y vino, de la cual no tengo duda.

Muchos médicos recomiendan tomar, sin exceso, vino tinto a diario y mis abuelos, padre, tios, igual que esos mismos ancestros de mi esposa, eran fuertes y colorados y con una vitalidad tremenda y vivieron mucho más allá de los 80 años. Sin duda la alimentación y el trabajo físico contribuyeron a ello, pero sin duda también hizo su papel la cantidad de vino que tomaron en vida.  De ahí la llamada paradoja francesa.


La conocida como paradoja francesa dio credibilidad a las virtudes del vino tinto, y de su componente, el resveratrol en particular. Esta paradoja mostró como la población francesa, que consume grandes cantidades de queso y mantequilla, pero también de vino tinto, tenía un número muy inferior de enfermedades cardiovasculares en su conjunto que otros países. Otra más que hay que anotarle al vino.

No hay duda que protege contra las enfermedades coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la aterosclerosis, impide la oxidación del colesterol, tiene acción antihistamínica, ayudan a mantener la salud de la piel, mejora la circulación sanguínea en el cerebro, evita la formación de coágulos, aporta minerales al cuerpo, ayuda a la digestión de proteínas (fue lo que me salvó la vida en Argentina), controla infecciones urinarias, reduce la tensión arterial y el nivel de insulina en sangre. Sin duda es como una especie de bálsamo milagroso.
                                                     LA REFRESCANTE SANGRIA.

El vino en Cuba despues de la revolución.

Hay que decir que en Cuba existía y existe la cultura de tomar el vino tinto frio, del refrigerador, el blanco siempre debe tener una temperatura fría, pero la obsesión del cubano con las cosas frías llegó hasta eso. Recuerdo que una amiga de Finita, desde los tiempos de su infancia, siempre vió tomar el vino tinto frío. Pasaron 60 años y después de haber vivido muchos años en España, New York y Miami y habiendo viajado toda Europa y parte de Asia y América, por supuesto que no toma ya el vino tinto frío, sino del tiempo que es como debe ser. Pues un día en casa de mi hijo en Miami, se sorprendió que todavía teníamos esa costumbre de tomar el vino frío, y lo entendió como una especie de sacrilegio, lo cual creo que comparto, pero las costumbres son las costumbres.

Con la revolución, paulatinamente fueron desapareciendo los vinos españoles, franceses, italianos, alemanes, y al final no había ninguno.  Años después, gracias al triunfo de Salvador Allende en Chile comenzaron a llegar unos maravillosos vinos chilenos. Mucha gente ya ni se acordaba de eso, pero mi suegro y yo si, por lo que nos dimos el gusto tomando excelentes vinos chilenos, baratos por demás, de los cuales tengo dos anécdotas.
  UN HOTEL PARA NOSOTROS DOS SOLOS Y CON EL VINO CHILENO.

Finita y yo nos fuimos de vacaciones a principios de abril, un momento ideal pues hay poca gente en los centros turísticos, al Hotel Colony en Isla de Pinos o de la Juventud. Pues allí nos encontramos que éramos, aparte de una pareja chilena, los únicos huéspedes del hotel y además había dos cosas sorprendentes: vino chileno en cantidades y variedades industriales, y bisté de kawama. ¡Tremendas vacaciones!

La otra fue en el Hotel Kawama en Varadero en 1980.
Estaba con mi esposa y mis dos hijos, a la sazón Carlitos de 11 años y Alexander de seis. Estábamos el Hotel Kawama, uno de nuestros preferidos con el Internacional de Varadero y al almuerzo pedí una copa de vino tinto. El camarero la trae y Carlitos me pide se la deje probar. Se la dí y la tomó completa, sin pausas. No dije nada, llamé al camarero y le pedí una botella de vino con dos copas. Al final la botella me la tomé yo completa. De ahí fuimos a un salón donde estaba una novedad de entonces: la televisión a color (que en Cuba fue el primer país después de Estados Unidos en tenerla, ya en 1958 y gracias a la revolución desapareció). En la TV pasaban documentales y noticias sobre los sucesos de la Embajada de Perú, donde diez mil cubanos se apiñaban para irse del país. Yo no vi mucho en realidad, mi esposa me dijo que me estaba cayendo de sueño gracias al cansancio de la playa y la botella de vino.


 POCO TIEMPO DESPUES DE ESTA FOTO CAERIA VICTIMA DEL VINO.
Durante la década de 1960 comenzaron a comercializar un vino tinto fuerte y de mala calidad que se llamaba o llamaban, no puedo precisar ahora "Pancho el Bravo", marca rústica y bastante barata, se importaba en grandes barriles para su venta en algunos bares de La Habana. También se le llamó así a la mezcla de un vino rojo albanés cib aguardiente de caña, pura metralla. Quizás hacían alusión a la Orquesta Pancho el Bravo organizada en 1959, la que debutó en Tropicana en noviembre de 1959 y que tuviera éxito limitado.

Era la epoca anterior y posterior a la "ley seca" que implantó el gobierno después de la ofensiva revolucionaria de 1968 y hasta después de la fallida "zafra de los 10 millones." Fueron apareciendo nombres como: “Chispa’e tren”, “Salta pa tras” y otros más que se sumaron al benigno vino “Pancho el bravo” que ofrecían las “pilotos” locales mugrientos creados alrededor del fracaso de la mencionada zafra  y al aligeramiento de los excesos de la destructora ofensiva revolucionaria. Los efectos de estos dos fiascos se reflejaron en que el pueblo tuviera que tomar bebidas de pésima calidad. Todo ello no fue más que consecuencia de otro fracaso: esa especie de “ley seca” que imperó durante la “Ofensiva” y donde el consumo de alcohol se limitaba a una cerveza por comida y si acaso un coctel o un jaibol en un restaurante de lujo.

Por años, imitando a la Ley Seca de Estados Unidos, en el país estuvo casi prohibido beber, o prohibido por completo en algunos momentos al pueblo, pero para  militares de rango, dirigentes políticos con posiciones encumbradas y funcionarios de altura no existían restricciones. Raúl Castro nunca dejo de tomar su exclusivo Whisky escocés Chivas Regal 18 años, ni Fidel Castro sus vinos franceses de 700 dólares la botella o los vinos argentinos exclusivos que le mandaba Menem para poder acompañar el jamón de Pata Negra que tanto le gusta.

Los vinos del campo socialista (y los argelinos y chilenos).

Durante la década de 1970 eran vinos argelinos y chilenos los que se podían conseguir fácilmente en las tiendas de comestibles y llegaron a tener éxito en las ventas, porque eran baratos y de muy buena calidad. A medida que se fortalecieron los vínculos de Cuba con la Europa Oriental en la década de 1980, los vinos alemanes, rusos, húngaros, búlgaros y albaneses llegaron a ser los nuevos favoritos. Pero voy a sentirme bien, recordando nostálgicamente algunos de los vinos del campo socialista que pudimos degustar.
                                                EL EXCELENTE TOKAJI.
                                         EL INCOMPARABLE SANGRE DE TORO BIKAVER.

Los Vinos húngaros.

Cuando se habla de los vinos húngaros, lo primero que nos viene a casi todos a la mente es el Tokaji. El Tokaji Aszú fue la bebida elegida por todos, desde Luis XIV, hasta Pedro el Grande, pasando por Beethoven; se trata del Vino de los Reyes, y el Rey de los Vinos. Es tan famoso que hasta se menciona en el himno nacional de Hungría.

Pero el Sangre de Toro de Eger (en húngaro, Egri Bikavér) es el vino tinto más famoso de Hungría, y fue el más famoso en Cuba. Procede de la región vinícola de Eger, en el nordeste del país, y su nombre se debe a su intenso color rojo oscuro, a su potencia y su intenso aroma. Era un vino realmente fuerte.

Según la leyenda, el nombre del vino se originó durante la invasión de Suleimán el Magnífico hacia 1552, por un rumor entre los soldados turcos que afirmaba que sangre de toro se había mezclado con el vino para resistir el sitio del castillo de Eger. El capitán húngaro decidió confortar a su gente con el vino tinto guardado en los almacenes subterráneos. Al haberlo tomado, los soldados se quedaron con manchas rojas en la barba y en el bigote, y cuando los atacantes, que eran muy ingenuos y supersticiosos, los vieron así y se dieron cuenta de una resistencia aún mayor, empezaron a creer que su potencia extra se la debería atribuir a la sangre de toro, que supuestamente habían ingerido, ya que este animal se caracteriza por tal fortaleza y tan enorme rabia.

El“Sangre de Toro” húngaro, es producido en Egercon 13 uvas distintas (Kadarka, Kefrankos o Blaufränkisch, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir y Zweigelt, son las principales), es un Vino distinto, un vino de otros tiempos, un vino de largo aliento, sangre de vino, sangre de toro.

A finales de la década de los 60, Miguel Torres decidió elaborar un reserva que recogiera el carácter de “Sangre de Toro”, un vino de identidad bien definida. El resultado fue “Gran Sangre de Toro”, un vino elaborado con garnacha tinta, cariñena y syrah, ennoblecido por su crianza en roble. Este vino catalán es de calidad superior, pero nunca llega a alcanzar al mítico Sangre de Toro húngaro: Bikavér.

Los Vinos Búlgaros.

La historia del cultivo de la vid y de la elaboración de vino en Bulgaria es antigua, datando de al menos hace 3000 años, y remontándose a los tiempos de los Tracios. De hecho, el mismo Homero ya se refería, en La Ilíada, a las viñas de Tracia (una región de la actual Bulgaria). Así mismo, el culto a Dioniso nació en esta región.
Muy buenos vinos búlgaros se comercializaron en Cuba.

Los Vinos albaneses.
Albania tiene un territorio en gran parte montañoso, si se exceptúa la planicie costera en la que la presencia de pantanos la hace, por lo demás, bastante insalubre.  Se producen algunos de vino a partir de uvas locales como Kallmet, Shesh, Vols., Merlot. El cultivo sistemático de las viñas en la Iliria antigua es un claro indicador de la producción de vino. Las tumbas descubiertas en Orikum y en Apollonium muestran indicios claros de esta antigua tradición de la producción de vino.Los vinos albaneses son excelentes, aunque no hubo mucha variedad de ellos en Cuba, todos eran muy buenos vinos.


                                 BLANCO RIESLING, UNO DE MIS PREFERIDOS.
Vino blanco aleman Riesling.

Riesling es el nombre de una variedad o casta de uva blanca originaria de la región del Rhin, en Alemania. Da lugar a diversas denominaciones de origen  en los países en que más se cultiva, principalmente la mencionada Alemania, donde es la uva más cultivada, ocupando el 21% de su superficie de cultivo vinícola,
Cientos de años atrás los vinos alemanes poseían la misma reputación que los vinos franceses, pero durante las décadas de los años '60 y '70 perdieron su brillo y se olvidaron de Alemania como uno de los productores del mejor vino.

La producción vitivinícola de Alemania empezó a conocerse internacionalmente por sus vinos dulces, hasta que apareció el Riesling, que posee una asombrosa combinación entre acidez y dulzor, y con el que se ha propuesto recuperar la reputación perdida y consagrarlo como uno de los mejores vinos alemanes.

La producción de vino de Alemania se encuentra entre las más afamadas comarcas del norte de Europa, existen trece zonas vinícolas reconocidas con denominación de origen, y aunque sea eclipsada por la producción de cerveza existe en el suroeste de Alemania una amplia cultura asociada al cultivo de la vid y degustación del vino. Las primeras vides fueron plantadas en las regiones del Rin y del Mosela por los romanos, que dejaron además una rica herencia de hermosos monumentos

El vino blanco Riesling, en una botella verde alargada, era de los preferidos de mi suegro y mío.

Los Vinos rusos.

Es famoso el histórico vino de Massandra en Crimea, y que llegó a ser un capricho del zar Nicolas II, entre una tosca imitación al Sauternes y la reproducción de los madeiras, pese a lo cual no dejaba de ser un vino diferente. Y es que los zares suspiraron como pocos de todo lo que tuviera acento francés. Los vinos de los viñedos que toman el sol en el litoral ruso del mar Negro eran buenos pero realmente no los extraño, como si lo hago con el excelente brandy Ararat, producido en Armenia, entonces parte de la Unión Soviética.

La historia vinícola de esta región es de alcurnia. Hasta allí llegaron los griegos con su cultura agrícola en donde obviamente el vino era hegemónico. La época soviética desgraciadamente fue productivista y fue un freno al  desarrollo de la viticultura de calidad.

En fin, desaparecieron los vinos españoles y franceses e italianos, pero aparecieron estos otros de muchísima calidad, por lo que más extrañamos a los turrones que a los vinos.


El vino en la Cuba de hoy.

La década de los años 90 impulsó un despertar en cultura vinícola. En tiempos recientes se ha podido adquirir vinos blancos, rosados y tintos producidos por varias proveedoras como: Bodegas Marqués de Cáceres, de Rioja Alta, España; Bodegas Joan Sardá, que se ha mantenido por más de una década entre las líderes del mercado del vino en Cuba; o  marcas reconocidas a escala internacional, la cual ha emprendido una campaña comercial y de promoción que destaca los vinos de la casa Concha y Toro, y las Bodegas Miguel Torres, ambas chilenas.

Al renacer el turismo en la década de los 90 se impulsaron algunos proyectos para comercializar vinos, destacándose dos ofertas nacionales realizada por dos empresas: Bodegas San Cristóbal, que oferta las marcas Castillo del Morro, San Cristóbal, Soroa, Cortes; y Bodegas del Caribe, de capital español, que comercializa la marca Castillo de Wajay.

Bodegas San Cristobal comenzó  en conjunto con la  empresa  italiana  Fantinel.  No es realmente una  producción  nacional,  sino  que  importan  mosto  para  su  posterior  transformación, y vino a granel, para envasarlo en Cuba con marca nacional; no obstante, mantienen un cierto cultivo de uvas con el objetivo de producir en un futuro vino genuinamente  cubano.  El  vino  que  comercializan  es  de  baja  calidad  y  se  oferta  a  precios  mucho  más  baratos  que  los  vinos  de  importación,  por  lo  que  ha acaparado  una  parte  importante del mercado de calidad media–baja, fundamentalmente a través del suministro a las ofertas de las grandes cadenas hoteleras. Su principal marca es Soroa, que inclusive se vende en moneda nacional y que a pesar de que se clasifica de media baja lo considero un vino agradable al paladar y de buen cuerpo.

Bodegas del Caribe, empresa mixta con capital español, están cultivando 20 hectáreas de viñedos en  diversas  zonas  del  país, consideradas  favorables  para  la  uva,  con  el  objetivo  de  producir  eventualmente un vino genuinamente cubano. Al respecto hay que decir que la uva que he comido de producción cubana, tanto blanca como roja, es jugosa pero un poco ácida. Comercializan un vino español, embotellado en Cuba, de calidad media-baja, conocido como “Castillo de Wajay”. También  tienen  intención  de  importar  mosto  español  para  aprovechar  la  capacidad  de  la nueva planta productiva en la primera fase de la fabricación de vino.

Cuba desafía la humedad y las inclemencias del tiempo para producir vinos artesanales de calidad, a partir de la fermentación de frutas tropicales como la guayaba, piña, naranja, frutabomba, guanábana y mango.

Al respecto hay que decir que hay muchísimos artesanos que producen buenos vinos de calidad, pero yo para mi consumo personal produje durante muchos años vinos de diversos tipos: uva, naranja, mandarina, toronja, piña, guayaba, arroz, romerillo, berro y chícharo, que recuerde ahora. Los mejores, en ese orden eran los de uva, piña y arroz.

El proceso es muy simple, al menos de la forma que yo lo hacía. Tomaba 3 libras de pulpa de la fruta que fuera, 3 libras de azúcar, echaba todo en un frasco de 20 litros de boca estrecha (como los de agua mineral), completaba con agua y echaba una tacita de levadura. Tapaba el frasco con una tela gruesa para que la luz no llegara y la boca la cubría con una gasa. Situaba el botellón en un lugar oscuro y donde nadie tuviera acceso para que no fuera movido de ninguna forma. A los 45 días le echaba una tacita de agar-agar y si no tenía el producto, entonces una clara de huevo. Al día siguiente, con una manguerita fina y sin moverlo, iba llenando pacientemente hasta 19 o 20 botellas, dejando el residuo, si quería, para completarlo con un poco más de agua y hacerlo vinagre en pocos días.

Por supuesto que hubo fracasos, pero más del 95% de las fabricaciones fueron exitosas, unas veces más dulces, cuando no había echado suficiente levadura, o más seco cuando me había excedido con ella. Pero disfrutamos de vinos aceptables, sobre todo los que expliqué al principio.
                                       ESTE DEBE SER PARIENTE DE MALU.
                                 
Una anécdota simpática fue que un día después de sacar el vino, me encuentro una de las botellas viradas y su contenido aparentemente se habia secado misteriosamente. No fue tal, mi perrita Malú se había tomada completamente el contenido vertido de la botella y daba dos pasos y la cabeza se le caía, ¡tremenda borrachera perruna!

"El vino, de plátano; y si sale agrio, ¡es nuestro vino!" Este pensamiento se encuentra en el ensayo "Nuestra América" publicado el primero de enero de 1891 en la Revista Ilustrada de Nueva York
 Dice Martí: nuestro vino (es decir, nuestra política) de plátano (aunque el plátano no es oriundo de las Américas si es un cultivo común y que de cierta forma podemos llamar "nuestro"); y si sale agrio (es decir, si nos equivocamos), es nuestro vino (es decir, es nuestra política). Nada tiene que ver con la extendida afirmación de que nuestro vino es agrio o amargo.


Reflexiones de grandes personajes sobre el vino.

El poeta alemán Goethe, cuando dice: “lo esencial de la comida es el vino, el resto es la vianda” nos quiere mostrar, sin tomar en consideración la importancia de los taninos en la buena salud física, que podemos asegurar que degustar  vino con moderación,  para aquellos que les gusta la temperancia o la prudencia, contribuye a la buena salud. Investigaciones hechas entre el modelo de alimentación ente Francia y Estados Unidos, demuestran que en Francia debería haber más trastornos de salud cardiovascular como resultado de las grasas que contiene su dieta, asunto que no sucede así y la única explicación lógica es que los franceses acompañan toda sus comidas con vino.

 La presencia de un Malbec  argentino, un tempranillo de la Ribera del Duero, un Carbenet Savignon de la Rioja, un Chacolí de San Sebastián, España, un Shyraz de Australia, por solo mencionar algunos, hacen que la vida sea más agradable en este corto camino que es la vida. El vino como tal nos ayuda a disfrutar del tiempo del alma, en griego Kayros, que es el tiempo que no sentimos pasar o que nos hace creer que somos eternos en el instante que dura para siempre cuando la compañía de una persona agradable intensifica las horas de cualquier momento.

También hay que hablar de las afinidades entre vino y música y el placer de escuchar buena música degustando una copa de vino en agradable compañía o solos. El vino está presente en todo lo importante que organizamos, ya sean fiestas, celebraciones especiales, reuniones familiares, encuentros con amigos… y también tiene una presencia importante en el amor y en la amistad. Muchos de los grandes artistas musicales de todo el mundo han grabado y dedicado canciones a las infinitas virtudes del vino.

Hay grandes canciones acerca del vino o que mencionan en algunos de sus versos. Veamos algunos ejemplos:


Antonio Machado escribió y Joan Manuel Serrat musicalizó esta estampa tan bella sobre el vino:

HE ANDADO MUCHOS CAMINOS

He andado muchos caminos,
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares,
y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra,

y pedantones al paño
que miran, callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra…

Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio,
preguntan a dónde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja,

y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino;
donde no hay vino, agua fresca.

Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos,
descansan bajo la tierra.


Igualmente hizo, pero las dos cosas, letra y música, Alberto Cortés:

El Vino

"Sí señor... el vino puede sacar cosas que el hombre se calla;
que deberían salir cuando el hombre bebe agua.
Va buscando, pecho adentro, por los silencios del alma
y les va poniendo voces y los va haciendo palabras.
A veces saca una pena, que por ser pena, es amarga;
sobre su palco de fuego, la pone a bailar descalza.
Baila y bailando se crece, hasta que el vino se acaba
y entonces, vuelve la pena a ser silencio del alma.

El vino puede sacar cosas que el hombre se calla.
Cosas que queman por dentro, cosas que pudren el alma
de los que bajan los ojos, de los que esconden la cara.
El vino entonces, libera la valentía encerrada
y los disfraza de machos, como por arte de magia...
Y entonces, son bravucones, hasta que el vino se acaba
pues del matón al cobarde, solo media, la resaca.

El vino puede sacar cosas que el hombre se calla.
Cambia el prisma de las cosas cuando más les hace falta
a los que llevan sus culpas como una cruz a la espalda.
La puta se piensa pura, como cuando era muchacha
y el cornudo regatea la medida de sus astas.
Y todo tiene colores de castidad, simulada,
pues siempre acaban el vino los dos, en la misma cama.

El vino puede sacar cosas que el hombre se calla.

O Neruda,¿de qué cosa no hablaba Neruda? Y embellecía con sus palabras:

ODA AL VINO

VINO color de día,
vino color de noche,
vino con pies de púrpura
o sangre de topacio,
vino,
estrellado hijo
de la tierra,
vino, liso
como una espada de oro,
suave
como un desordenado terciopelo,
vino encaracolado
y suspendido,
amoroso,
marino,
nunca has cabido en una copa,
en un canto, en un hombre,
coral, gregario eres,
y cuando menos, mutuo.
A veces
te nutres de recuerdos
mortales,
en tu ola
vamos de tumba en tumba,
picapedrero de sepulcro helado,
y lloramos
lágrimas transitorias,
pero
tu hermoso
traje de primavera
es diferente,
el corazón sube a las ramas,
el viento mueve el día,
nada queda
dentro de tu alma inmóvil.
El vino
mueve la primavera,
crece como una planta la alegría,
caen muros,
peñascos,
se cierran los abismos,
nace el canto.
Oh tú, jarra de vino, en el desierto
con la sabrosa que amo,
dijo el viejo poeta.
Que el cántaro de vino
al beso del amor sume su beso.

Amor mio, de pronto
tu cadera
es la curva colmada
de la copa,
tu pecho es el racimo,
la luz del alcohol tu cabellera,
las uvas tus pezones,
tu ombligo sello puro
estampado en tu vientre de vasija,
y tu amor la cascada
de vino inextinguible,
la claridad que cae en mis sentidos,
el esplendor terrestre de la vida.

Pero no sólo amor,
beso quemante
o corazón quemado
eres, vino de vida,
sino
amistad de los seres, transparencia,
coro de disciplina,
abundancia de flores.
Amo sobre una mesa,
cuando se habla,
la luz de una botella
de inteligente vino.
Que lo beban,
que recuerden en cada
gota de oro
o copa de topacio
o cuchara de púrpura
que trabajó el otoño
hasta llenar de vino las vasijas
y aprenda el hombre oscuro,
en el ceremonial de su negocio,
a recordar la tierra y sus deberes,
a propagar el cántico del fruto.


o también de Neruda su Estatuto del vino, (fragmento)

Yo sé que el vino no huye dando gritos
a la llegada del invierno,
ni se esconde en iglesias tenebrosas
a buscar fuego en trapos derrumbados,
sino que vuela sobre la estación,
sobre el invierno que ha llegado ahora
con un puñal entre las cejas duras.
Yo veo vagos sueños,
yo reconozco lejos,
y miro frente a mí, detrás de los cristales,
reuniones de ropas desdichadas.
A ellas la bala del vino no llega,
su amapola eficaz, su rayo rojo,
mueren ahogados en tristes tejidos,
y se derrama por canales solos,
por calles húmedas, por ríos sin nombre,
el vino amargamente sumergido,
el vino ciego y subterráneo y solo.
Yo estoy de pie en su espuma y sus raíces,
yo lloro en su follaje y en sus muertos,
acompañado de sastres caídos
en medio del invierno deshonrado,
yo subo escalas de humedad y sangre
tanteando las paredes,
y en la congoja del tiempo que llega
sobre una piedra me arrodillo y lloro.


Se podría hablar de cientos de otras piezas musicales, como:

"Days of wine & roses" de Henry Mancini,  "A steel guitar and a glass of wine" de Paul Anka, "Bottle of red wine" de Eric Clapton/Derek and the Dominoes, "Cherry red wine" de Jonny Lang, "Copa de vino" de Lola Flores, "Elderberry wine" de Elton John, "Honey and wine" de los Hollies,  "Kisses sweeter than wine" de Jimmy Rodgers,   "Lips of wine" de Andy Williams, Marcelino pan y vino de Renato Carosone, "Old red wine" de The Who, "Red, red wine" de Neil Diamond, "Spill the wine" de War, "Strawberry wine" de Pat Benatar, "Summer wine" de Nancy Sinatra, "Two more bottles of wine" de  Emmylou Harris,  "Wine and women" de los Bee Gees,  "Wine, women an' song" de Whitesnake, "Wine, women and song" de Loretta Lynn, "Scenes From An Italian Restaurant" de Billy Joel (A bottle of red, a bottle of white It all depends on your appetite I'll meet you any time you want In our Italian Restaurant.), “El vino triste” de Amaury Pérez, “Al pan, pan, y al vino, vino” de Chayanne , "Blood red wine", de los Rolling Stones, "Tus cartas son un vino", Joan Manuel Serrat, “I will drink the wine” de Frank Sinatra,


Y no han faltado, a lo largo de la historia muchas frases sobre el vino:

"El vino es la leche de los ancianos." Platón.

“Donde no hay vino no hay amor”, dijo Eurípides

“El vino siembra poesía en los corazones”, Dante Alighieri (1265 – 1321).

“Creo que son muy felices los hombres que nacen donde se encuentran los buenos vinos”, Leonardo da Vinci
“Una mujer y un vaso de vino curan todo mal, y el que no bebe y no besa, está peor que muerto”, Johann Wolfgang von Goethe

“En la victoria lo merecemos, en la derrota lo necesitamos”, Napoleón Bonaparte

“Quien no ama las mujeres, el vino y el canto es solo un loco no un santo”, Arthur Schopenhauer

“Hay más filosofía y sabiduría en una botella de vino, que en todos los libros”, Louis Pasteur

“Bebo el vino viejo y el nuevo; y viejos y nuevos males curo”, Canción de los viñateros sicilianos.

“Los hombres son como el vino. Algunos se convierten en vinagre, pero los mejores ganan con el tiempo”, Juan XXIII
“El vino es un dios sabio, fecundo y danzarín”, José Ortega y Gasset

“Y se puede gozar del sentimiento del vino, sin tener capacidad para beberlo”, Lin Yutang

“El vino es la cosa más civilizada del mundo”, Ernest Hemingway

“Los verdaderos conocedores no beben vino; degustan secretos”, Salvador Dalí

“Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”, Federico Fellini


“El vino es triste o alegre según quien lo beba”, Canción popular gallega.

"Un día sin vino es un día sin sol." Frase típica de la Provenza.

"Dios no hizo más que el agua, pero el hombre hizo el vino." Víctor Hugo.

"El que al mundo vino y no toma vino, ¿a qué vino?" Bernardo Piuma

"El vino abre las puertas con asombro y en el refugio de los meses vuelca su cuerpo de empapadas alas rojas." Pablo Neruda.

"El vino da brillantez a las campiñas, exalta los corazones, enciende las pupilas y enseña a los pies la danza." José Ortega y Gasset.

"El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios." Avicena.
"Me gustaría ser todo de vino y beberme yo mismo." Federico García Lorca.

"Si los amantes del vino y del amor van al infierno..., vacío debe estar el paraíso." Omar Khayyam.
"Si quieres vivir mucho, guarda un poco de vino rancio y un amigo viejo." Pitágoras de Samos.

"Un vino es la más sana e higiénica de las bebidas." Luis Pasteur.

"Una barrica de vino puede realizar más milagros que una iglesia llena de santos." Proverbio italiano.


El CORAN y el vino.

La prohibición de las bebidas alcohólicas se menciona tres veces en el Corán.

En la sura (capítulo) titulada "La Vaca" Dios dice: "Ellos te preguntaran acerca de las bebidas alcohólicas y el juego, decid: en cada uno de ellos acecha un grave vicio así como algunos beneficios para el hombre, sus perjuicios son más grandes que su utilidad" (Corán 2,219)  

En la sura (capítulo) "Las Mujeres" Dios dice: "Vosotros que creéis, no intentéis practicar mientras os halléis bebidos, con las facultades mentales disminuidas, hasta que podáis entender lo que estáis diciendo..." (Corán 4,43).  
En la sura titulada (capítulo) "La mesa puesta" Dios dice: "¡Vosotros que creéis! Las bebidas alcohólicas, el juego, los ídolos y las rifas son sólo un sucio trabajo de Satán; alejaos de ellos para que podáis prosperar. Satán sólo pretende fomentar la enemistad y la envidia entre vosotros por medio de las bebidas alcohólicas y el juego e impedir el recuerdo de Dios en vosotros y de la oración ¿aún así no os abstendréis?" (Corán 5,90-91).  

Hay muchos dichos del Profeta Muhammad (Mahoma), como las siguientes:

-En lo referente a la embriaguez Aisha, la esposa del Profeta, dio cuenta de que Muhammad dijo:"Cualquier clase de alcohol que embriague está prohibido."

-En la que se refiere a la cantidad necesaria para embriagarse Jabir, el seguidor del Profeta, dio cuenta que Muhammad dijo: "Si una gran cantidad de cualquier cosa causara embriaguez, entonces una pequeña cantidad de ello estaría prohibida."

-En lo que se refiere a las oraciones y al arrepentimiento, Abdullah ibn Umar, un compañero del Profeta e hijo del segundo califa, dio cuenta de que el Profeta Muhammad dijo: "Si una persona bebe cualquier bebida alcohólica, Dios no aceptará sus oraciones durante cuarenta días pero si él se arrepiente, Dios lo olvidará."

-En lo que se refiere a la entrada en el Paraíso el día del Juicio, la misma fuente autorizada da cuenta que el Profeta Muhammad dijo: "Hay tres tipos de personas a las que Dios les a negado el Paraíso: uno es el adicto a las bebidas alcohólicas, un hijo desobediente y un cornudo que continua en su adulterio de las mujeres".
-En lo que se refiere a la actitud del Islam ante las bebidas alcohólicas,  la misma fuente da cuenta que el profeta Muhammad dijo: "las bebidas alcohólicas son origen de la abominación y de la inmundicia."
A lo mejor por estas reflexiones del profeta, en Cuba hay un dicho muy popular que dice: "No creo ni en Mahoma". El tipo quería que la gente viviera como ascetas.



Sin embargo en el libro "Las Mil y una Noches", célebre recopilación medieval en lengua árabe de cuentos tradicionales del Oriente Medio, en varios de sus cuentos, entre ellos:

-"HISTORIA DEL MANDADERO Y DE LAS TRES DONCELLAS", "PERO CUANDO LLEGÒ LA 40a NOCHE", "HISTORIA DEL REY UMAR AL-NUMAN Y DE SUS DOS HIJOS sARKAN Y DAW AL-MAKAN", "HISTORIA DE ALADINO O LA LAMPARA MARAVILLOSA" y muchos otros cuentos de esta maravillosa saga, aparecen sus personajes tomando vino. O también esta frase extraida de ese libro es muy gráfica:

"Déjame que pruebe el vino que bebes una vez más, deja que tu voz me siga diciendo cosas, haz callar a los ruiseñores envidiosos. Pero primero bebe tú, y luego, déjame beber de la copa de tus labios. No vas a sentir más que el despertar de las flores y las voces de mi corazón..."

¿Es que cuando se escribió el libro Mahoma todavía no había aparecido?

Y termino con dos citas muy ingeniosas:

"Advertencia: El consumo de vino puede provocar que usted crea que canta bien."..

¿"Alguien sabe en qué página de la biblia está la receta para convertir el agua en vino? Es para una fiesta este viernes."



https://youtu.be/ATaAAUrBCwQ












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