sábado, 4 de junio de 2016

JOSE ALFREDO Y EL RANCHO DE ENMEDIO.


JOSE ALFREDO Y EL RANCHO DE ENMEDIO.

El rancho era la vivienda rural por antonomasia en muchas zonas de América, como Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Chile, México e incluso Bolivia, de características casi siempre humildes.
Pero también era la ración alimenticia, generalmente hecha en un mismo guiso, que corresponde, en los cuarteles o cárceles, a cada soldado o presidiario.

Aunque el nuevo tipo de vivienda en América se construía en gran medida basándose en la ingeniería precolombina (por ejemplo la de los bohíos) mezclada con las chozas europeas, el rancho tomó su nombre de una palabra española. Los lugares más propicios para acampar y así a los campamentos que poseían un terreno, un clima y la suficiente agua dulce y leña como para permitir la vivienda de los europeos, era el rancho, palabra de origen marinero y que significaba  (y suele significar, por ejemplo entre las fuerzas armadas y en ciertas prisiones, al momento y sitio de descanso para comer, e incluso a la comida misma que se come en breve tiempo en un determinado sitio).

En ciertas partes de Hispanoamérica la antigua palabra española rancho pasó a significar al lugar rural de vivienda permanente o casi permanente e incluso a rústicas cabañas y el terreno de la finca rural.
En México se utiliza para referirse a una finca o hacienda o la estancia de tipo norteamericano  (ranch) y también, en algunas regiones, a un caserío o aldea.

La denominación ranchera proviene de la palabra rancho que en contexto mexicano significa una finca grande en el campo con latifundios adjuntos, que, parcialmente, se inspira en los cortijos andaluces. La ranchera representa uno de los más señalados géneros de la música mexicana de raíz popular. Sus orígenes datan del siglo XIX cuando evoluciona de la tradicional música campesina cobrando fuerzas especialmente tras la Revolución Mexicana.

Transitando por el tortuoso camino que emprendió Octavio Paz en su obra "El Laberinto de la Soledad", donde nos muestra que el mexicano sabe sacar a flote esa desgracia, de todo tipo, pero que se resume en una cosa que es su realidad del día a día: su pobreza financiera, su imposibilidad amorosa o su limitada comprensión del mundo que le rodea y cuya única explicación que haya es la religión. Parte de esa interpretación del mundo son sus cantantes vernáculos, que no encontraron mejor expresión que la música ranchera.

Si fuéramos a buscar antecedentes en cuanto al refinamiento de la canción dolorosa se refiere, tendríamos que esculpir el nombre del “Flaco de oro”, don Agustín Lara, pero es con José Alfredo Jiménez, otro inmenso compositor, aunque con un romanticismo más de ensueño y un cliché de charro muy recurrente. Sin embargo, José Alfredo Jiménez tiene algunas piezas que calan y matan. El apadrinado de Aceves Mejía es la máxima expresión, tanto en sus composiciones como por su estilo de cantar muy ranchero, dolido y arrojado, con la boca bien abierta, casi gritado.

¿Que tiene que ver el rancho con la música ranchera y con José Alfredo y además con el Rancho de Enmedio? Eso es lo que vamos a descubrir hoy.


El Rancho de Enmedio y la Bodeguita del Medio.

Sin duda cuando escuché por primera vez el nombre de Rancho de Enmedio de manos del señor Jaime Ramos, me vino a la memoria la Bodeguita del Medio y analicé sus similitudes, salvando las distancias grastronómicas y geográficas. Ambos están en el medio de algo: el Rancho en medio de la nada o en medio de la carretera entre Guanajuato y Dolores Hidalgo, o en medio de la Sierra de Santa Rosa, en fin en medio de algo donde uno no espera encontrar un lugar así. La Bodeguita, nombre que se le da en Cuba a las tiendas que venden fundamentalmente víveres y bebidas  y que casi todas se encuentran en una esquina o intersección de dos calles, fue originalmente una bodega y que a diferencia de la casi totalidad estaba a la mitad de la calle y no en una intersección, donde tampoco uno se espera encontrar este tipo de establecimiento.


De bodeguita pasó a ser restaurante y llegó a ser de los más famosos de La Habana, y quizás el restaurante cubano más famoso del mundo y creador del auténtico mojito, que fuera fundado en 1942 por Ángel Martínez. Y no sólo famoso en La Habana, pues en México existen una especie de sucursales o franquicias de ella, aunque no lo son, en Ciudad de México, Guadalajara, Puerto Vallarta, Monterrey, Mérida, Playa del Carmen y Villahermosa, donde sus dueños, impactados por la fama y la idea original, trasladaron a México sus sabores, hasta entrenando en Cuba su personal para lograr la mayor experiencia posible del original.

Ninguna de las dos tienen nombre de restaurantes, ya que un establecimiento gastronómico no es rancho ni bodeguita, pero ambas tienen una excelencia en su oferta gastronómica.


Hay dos ciudades cercanas en México con una particular singularidad. Uno de ellos Guanajuato, que aparte de ser una ciudad bien bella y pintoresca y capital del Estado de igual nombre, durante la época colonial española alcanzó un gran desarrollo debido a la explotación de sus yacimientos de oro y plata y a comienzos del siglo XIX fue escenario de una de los más destacados triunfos insurgentes, la toma de la Alhóndiga de Granaditas por el ejército de Miguel Hidalgo y la subsecuente masacre de la guardia virreinal y los civiles españoles refugiados en ella.

La otra es la ciudad de Dolores Hidalgo "El Corazón de México", reconocida por ser el lugar donde se inició el Movimiento de Independencia de México, es la Cuna de la Independencia de México, pues el atrio de su parroquia fue testigo de Grito de Dolores, la convocatoria inicial para tomar las armas en contra del régimen virreinal y de la corona española emitida por el Padre Miguel Hidalgo y Costilla la madrugada del 16 de septiembre de 1810.

Entre ambas ciudadades, conectadas por una sinuosa carretera de unos 55 kilómetros, se encuentra la Sierra Central, con la Sierra de Santa Rosa. En el medio de esos parajes, en 1951 se fundaría un modesto restaurante, al que se le llamó Rancho de Enmedio. Ese lugar fue descubierto en uno de sus tantos viajes (la única forma de salir de Dolores Hidalgo era esa vía, los otros caminos existentes para San Miguel de Allende, San Luis de la Paz o San Luis Potosí, eran terracería entonces) por el compositor José Alfredo Jiménez.


Es un restaurante con mucha tradición en la ciudad de Guanajuato. Se ubica en el corazón de la Sierra de Santa Rosa, justp en medio de las ciudades de Guanajuato y Dolores Hidalgo (quizás de ahí el nombre). Sus paisajes son únicos, dignos de la sierra de Guanajuato. En el ambiente se respira el aire puro del bosque. La comida es riquísima, de pura tradición, como la cecina, típica del restaurante. El servicio es bueno, atendido personalmente por la familia propietaria del restaurante. Las instalaciones y decoración son muy bonitas y los precios son asequibles. El restaurante se ubica a pie de carretera a media hora de la ciudad de Guanajuato, con una vista increíble desde el camino que va bordeando las montañas. Sin duda un lugar a la mitad de la Sierra de Guanajuato que hay que conocer.

Por su ubicación geográfica el clima es de un aire bien limpio, situado a 2500 metros sobre el nivel del mar y rodeado de bosques, siempre con brisa fresca en verano y hasta nieve en invierno.

Con un servicio eficiente, el lugar limpio una buena vista y un buen sabor, el restaurant ha crecido mucho desde aquel 1951, y han puesto buen cuidado en los detalles. La comida es realmente buena, conserva el toque casero, y está muy bien servida. No en balde José Alfredo se enamoró del lugar y decía de él que todo en ese lugar e hecho como en casa.




José Alfredo.

“…Con dinero y sin dinero, hago siempre lo que quiero, y mi palabra es la ley, no tengo trono ni reina, ni nadie que me comprenda, pero sigo siendo el rey…” Así dice José Alfredo Jiménez en “El Rey”, canción que millones de extranjeros vinculan a México y que se canta mejor acompañado de tequila y mariachi y que se estrenó como la única producción musical suya en el año de su muerte, y que es quizás la obra mas importante de su carrera, o al menos la de mayor trascendencia internacional.  La magia de ésta y las más de 400 canciones (rancheras, corridos, huapangos) que escribió José Alfredo (algunas fuentes dicen que mas de l000), es que parece haber capturado la esencia del sentimiento de forma tan nítida, que personas de distintas latitudes y culturas se identifican con su letra, aunque tengan que indagar sobre algun modismo mexicano o la forma en que en ese país se nombran o dicen las cosas.

José Alfredo Jiménez es una leyenda viva en Dolores Hidalgo, Guanajuato, donde nació y vivió sus primeros años. Muchas personas ya ancianas hablan de sus vivencias con aquel hombre que, contrario a lo que se cree, tenía un carácter callado y silencioso. Aún se conserva la farmacia que administró su padre, farmacéutico y que había fundado la primera botica de Dolores Hidalgo. Con solo tres años su familia se vio amenazada por la aparición del movimiento cristero, que tuvo particular fuerza en la región del Bajío.

Desde muy niño mostró afinidad por el canto, inculcado por su padre, que realizaba tertulias en la casa, y siendo la botica un centro de veladas musicales, literarias y políticas. El ambiente provinciano en que vivió, le dieron una gran imaginación creativa, alimentada por el ambiente bohemio de su vida, los juegos y canciones que escuchó en su niñez, y alimentadas por su padre, lo convirtieron en el prolífico e importante compositor que es.

La muerte de su padre en 1936 y verse escasos de recursos materiales, hizo que se mudaran a la capital, donde no pudo siquiera completar sus estudios, terminó la primaria con 17 años. En su adolescencia trabajando de mesero Fue tambien futbolista y coincidió en esos años con Antonio "La Tota" Carbajal, que después fuera muy famoso.  El entrenador le decía: "Cuervo, tu tienes piernas para llegar a ser un gran portero, pero ¡ah, como te quitan tiempo las tarugadas de tus canciones!  ¡¨Ya decídete! Se decidió por sus tarugadas y no le fue nada mal, e hizo que no nos perdiéramos canciones tan hermosas.

José Alfredo jugó, como dijimos, en un equipo de futbol, el Marte, de Primera División, con Antonio la Tota Carvajal como compañero. La Tota jugó cinco copas mundiales y por ello está en la historia. José Alfredo no jugó ninguna, pero se las bebió de manera mundial y lo conocen más gente que a la Tota, que sólo es famoso entre los fanáticos del fútbol.

Además fue mesero en el restaurante de antojitos yucatecos “La Sirena” por el rumbo de San Cosme donde también cantaba con el grupo Los Rebeldes. Allí conoció a Miguel Aceves Mejía, el que lo inspiró a componer, y sus primeras obras fueron nostálgicas de su pueblo y el campo. El lugar era frecuentado por Andrés Huesca, famoso arpista veracruzano, quien oyó hablar de él, y el cual le grabó el tema “Yo” en 1947 y lo encaminó a la fama.

A José Alfredo también lo ayudó Pedro Infante, el cual hablo con Silvestre Vargas, director del Mariachi Vargas de Tecalitán el cual quedó impactado con sus canciones y lo impulsó a grabar un disco con las mismas.

En ese tiempo conoció a Rubén Fuentes, que fue muy importante para todas las creaciones de José Alfredo, ya que él le hacía los arreglos musicales. Rubén siempre tenía papel pautado junto al teléfono,  y al gún instrumento para estar preparado cuando a José Alfredo se le ocurriera alguna canción, lo que podía ser en cualquier momento del día o de la noche.


Sus primeros años de triunfo como compositor y cantante van de la mano de Miguel Aceves Mejía, Pedro Infante y Jorge Negrete, quienes dieron proyeccióm a su carrera. En su vida personal, Paloma fue la gran inspiradora de sus canciones, pero sus emociones y desenfrenos le hacian decir que cada vez que componia una cancion le decia a una y otra mujer que ella habia sido la inspiradora. Recuerdo una película que seguro que tomó esta anécdota de José Alfredo. Se llama "Juego de piyamas" o Pillow Talk en inglés, y es protagonizada por Rock Hudson y Doris Day. Rock Hudson es un pianista-compositor que seduce a las mujeres, a todas con la misma canción, diciéndoles que se ha inspirado en ella para hacerla. Les cantaba "You are mi inspiration...."y ahi venía el nombre de cada dama.

Su vida desordenada en particular la bebida, compulsada por los estereotipos mexicanos de la cultura del alcohol, de la cual fue un importante transmisor al igual que los astros ya mencionados, Alvaro Carrillo, Manuel Esperón, Cuco Sánchez y otros, y que consistía en filosofar que solamente con el consumo de alcohol se podía reír, sufrir o atenuar las inclemencias de la vida.

Si se habla de la bohemia de los años 50 no se puede dejar de hablar de la figura de José Alfredo y sus amigos, recorridos por cantinas y salones de baile o compartiendo en la casa de Agustín Lara, con quien compartió una mutua admiración y amistad (¡Qué forma de coincidir los dos mejores compositores que ha dado  México!), o en las de Alvaro Carrillo o Chavela Vargas. Es por ello que su obra musical representa los sentimiendos reprimidos, expuestos y aceptados de la bohemia de esos años. Una vez desapareció tres días de parranda con Chavela Vargas. Siempre bromeaba diciendo que Chavela era muy peligrosa, porque enseguida te robaba la novia".


José Alfredo no crea temáticas nuevas, sino que recrea o representa las mismas de una forma diferente, exaltando al machismo expuesto y derrotado, y la cultura de la embriaguez mexicana posrevolucionaria.
Y no solo le escribió al amor, sino también a personajes de la cultura o creados por el cine y a lugares que fueron centro de su musa. Hay quien dice: ¿Quién no pide un una canción de José Alfredo cuando se ha tomado un tequila?

Una de las personas más cercanas al compositor, fue Chavela Vargas, quien lo definía como un borracho, parrandero y calavera y si se le ocurría uma canción se angustiaba pensando en que tal vez se olvidaría de los versos, sus melodías las maduraba en el corazón. Pero otras dos inigualables, Lola Beltrán "la grande" de estatura y de talento y que fue la gran estrella de México, la máxima exponente del folclor mexicano, nadie le ha llegado ni le llegará; y Lucha Villa, quienes interpretaron sus obras de forma que nadie más podía hacerlo como ellas.

Diagnosticado de cirrosis hepática, falleció a los 53 años el 23 de noviembre de 1973,en el proceso de recuperación de una operación de úlcera.


José Alfredo tuvo, creo que como ningún otro compositor de música popular, el don de la melodía y el don de la palabra. Ninguno expresó como él un mundo propio, su mundo raro, y al mismo tiempo el alma de un pueblo entero.

Si bien el género ranchero tiene cada día menos espacio en la industria musical (por desgracia la moda son las ruidosas y desafinadas bandas, o el estridente reguetton) y el cine abandonó las temáticas rancheras hace tiempo, la atemporalidad de sus melodías y los versos de sus canciones lo hacen actual y vigente.

La música de José Alfredo Jiménez no solo traspasó las barreras del tiempo, también del espacio y del idioma. La obra de este autor guanajuatense ha sido interpretada desde México hasta el territorio más alejado de Argentina, desde Estados Unidos hasta Holanda, en español, inglés, alemán, francés, búlgaro y holandés. En cualquier parte del mundo “¿quién no llega a la cantina exigiendo su tequila y exigiendo su canción?”.


De donde surgen algunas de sus canciones.

José Alfredo, quien, aunque parezca increíble, no sabía música ni  tocar ningún instrumento musical (como otros grandes de la música ” (John Lennon y Paul McCartey tocaban instrumentos pero no leían ni escribían música al igual que Jimmy Hendrix y B.B. King; Los Bee Gees componían de oído; Luciano Pavarotti no sabía leer partiruras musicales; José Feliciano toca y compone de oído; Yanni compone y dirige sin saber música; Irving Berlin uno de los más prolíficos compositores norteamericanos era incapaz de leer y escribir música; Django Reinhart, uno de los mas reconocidos guitarristas no sabía música; Eric Clapton guitarrista, cantante y compositor de rock y blues, conocido por su magistral habilidad con la guitarra eléctrica no sabía leer música; Lionel Richie ha compuesto para el mundo algunas de las mejores canciones romanticas de todos los tiempos canciones, no sabe leer ni escribir música, a pesar de que toca el piano;  Benny Moré, la cima de la música popular cubana no leía ni escribía música y Mozart, a los cinco años, ya componía sin tener la menor idea de la teoría).

Por lo tanto lo de José Alfredo no es tan increíble, llegó a este mundo con ese don, al igual que los anteriores.

Cuenta José Alfredo “Cuando Andrés Huesca me llevó a los estudios de grabación de la RCA Víctor, don Mariano Ribera Conde, director artístico, me pidió que fuera al piano y le cantara algunas de mis canciones; yo respondí que no sabía tocar el piano; entonces Ribera Conde, amablemente pidió a uno de los Costeños, el grupo con el que cantaba Andrés Huesca, que me prestara una guitarra, pero yo, de inmediato, dije que no sabía tocar la guitarra. Ribera Conde un tanto molesto interrogó ‘Entonces, muchacho, ¿cómo diablos
compones? Con sencillez contesté: ‘Así nomás, de silbidito’".

Si nos dejan

De ese México bohemio salieron retos que pasaron a la historia. Por ejemplo, cuando Álvaro Carrillo (por entonces el gran compositor de boleros de México) retó a José Alfredo Jiménez a ver quien componía la mejor canción del mundo pero intercambiando los papeles. En este caso, Álvaro Carrillo tendría que escribir una ranchera y José Alfredo un bolero. De aquel 'pique' salieron dos canciones que han pasado a la historia de la música: "Luz de luna" de Carrillo y "Si nos dejan" de José Alfredo Jiménez.


Camino de Guanajuato.

Uno de sus hermanos (Ignacio, conocido por Nacho), vivía y trabajaba en Salamanca y perdió la vida por una intoxicación por comida falleciendo en el hospital de Pemex en Atzcapotzalco, México D.F. a la edad de 33 años de edad. José Alfredo ante su féretro dijo: "No vale nada la vida la vida no vale nada comienza siempre llorando y así llorando se acaba por eso es que en este mundo la vida no vale nada", que dió lugar a su composición famosa.
“Camino de Guanajuato” hace referencia a ese desafortunado acontecimiento en el párrafo: “Camino de Guanajuato que pasas por tantos pueblos no pases por Salamanca que ahí me hiere el recuerdo vete rodeando vereda no pases porque me muero".

En esta canción también le canta a su rincón natal: "Allí nomás tras lomita, está Dolores Hidalgo. Yo allí me quedo paisano, allí es mi pueblo adorado".


El Rey 

Una de sus composiciones más emblemáticas, El rey, hay que analizarlo desde su primer verso: "Yo sé bien que estoy afuera...". De ahi sale cuál era su verdadero sentido, había compuesto esa canción en la hora última de su vida, cuando, como siempre enamorado, por última vez enamorado, sabía muy bien de dónde estaba él afuera, que e s la razón de su tono desafiante ("pero sigo siendo el rey") y sentencioso ("pero hay que saber llegar"). Eso es lo que José Alfredo grita en la cara a la muerte, ésa es su despedida.
Esta canción, quizás la más emblemática y conocida internacionalmente de su carrera fue estrenada en el propio año de su muerte.
Se dice que la compuso para Alicia Juárez, pero la verdad es que por primera vez la estrenó en una serenata que le llevó a ella. Estaban enojados. Iban también Los Panchos. El caso es que Alicia no se dignó ni siquiera a abrir la ventana, y con la ayuda del Güero Gil, también un inspirado compositor, se puso allí mismo a escribir, sentado a la orilla de la banqueta, una canción que tituló “Basura”.


Cuatro Caminos. Cuatro copas. Sonaron cuatro balazos.

Además de su afición por el futbol, José Alfredo sentía un gran gusto por la música, y seguía componiendo canciones. De modo que vivía una incertidumbre respecto de su vocación. Se abrían ante él no dos, sino Cuatro  caminos: Cuatro caminos hay en mi vida / cuál de los cuatro será el mejor / tú  que me viste llorar de angustia / dime Paloma por cuál me voy.

El primero era la música; el segundo, el futbol; el tercero, la posibilidad de regresar a Dolores a hacerse cargo de una hacienda, y el cuarto… No había un cuarto, pero le puso así a su canción porque tenía gran inclinación por el número cuatro: "nomás nos tomaremos cuatro copas", "tan siquiera cuatro noches", "sonaron cuatro balazos”.


Paloma querida.

Está dedicada a su esposa, Paloma Gálvez, con quien se casó el 27 de junio de 1952.
Una de sus famosas composiciones, "Paloma Querida", dice
"Por el día que llegaste a mi vida
Paloma querida me puse a brindar
y al sentirme un poquito tomado
pensando en tus labios
me dío por cantar
Me sentí superior a cualquiera
y un puño de estrellas te quise bajar
y al mirar que ninguna alcanzaba
me dío tanta rabia que quise llorar."

Esta canción me recordó tanto una imagen parecida, la del desaparecido Polo Montañés con su famosa "Un montón de estrellas".

"Todo fue así,así mismo fue, todo
fue por ella... yo la quería yo la adoraba
pero tenía que aborrecerla todo fue
así, oye, todo fue por ella... como yo
quise a esa mujer porque pensaba que era buena
todo fue así, ay Dios, todo fue por ella...
yo era capaz de subir al cielo para bajarle un
montón de estrellas todo fue así,
todo fue por ella... un pajarito que iba volando
yo lo cogí para complacerla todo fue
así, ay no, todo fue por ella... tanto se
burló de mí que ahora no puedo verla... "


Gracias.

José Alfredo decía que tenía dos corazones: uno que le daba vida y otro con el cual componía canciones. En su tema "Gracias" se despedía de su público diciendo:  “He ganado dinero, para comprar un mundo más bonito que el nuestro. Pero todo lo aviento, porque quiero morirme como muere mi pueblo. Yo no quiero saber qué se siente tener millones y millones. Si tuviera con qué, compraría para mí otros dos corazones. Para hacerlos vibrar y llenar otra vez sus almas de ilusiones Y poderles pagar que me quieran a mí y a todas mis canciones”.

Ella.
Para Cristina Fernández, su novia de la juventud, escribió “Ella”, aunque hay quienes dicen que fue para María Felix. Cristina era una novia que él tenía antes de conocer a Paloma y era un poquito mayor que él, y ella había terminado sus estudios de maestra normalista, entonces en su familia la empezaron animar para que buscara un pretendiente más serio, no José Alfredo, que pateaba balones y era mesero y vendía zapatos.
"Me cansé de rogarle, me cansé de decirle que yo sin ella de pena muero, ya no quiso escucharme, si sus labios se abrieron fue pa' decirme: ya no te quiero. Yo sentí que mi vida se perdía en un abismo profundo y negro como mi suerte, quise hallar el olvido al estilo Jalisco, pero aquellos mariachis y aquel tequila me hicieron llorar."


Amanecí en tus brazos

Otro romance fue con Lucha Villa, a quien le dedicó "Amanecí en tus brazos": "Amanecí otra vez, entre tus brazos, y desperté llorando, de alegría, me cobijé la cara, con tus manos para seguirte amando, todavía."

Te solté la rienda.
A uno de sus últimos amores, Alicia Juárez, le cantó "Te solté la rienda": "y cuando al fin comprendas, que el amor bonito, lo tenías conmigo, vas a extrañar mis besos, en los propios brazos, del que esté contigo, Vas a sentir que lloras
 sin poder siquiera
 derramar tu llanto
 y has de querer mirarte
en mis ojos tristes
que quisiste tanto,
que quisiste tanto,
que quisiste tanto."


El caballo blanco.

Basada en los incidentes de un viaje que él mismo hizo en un automóvil Chrysler de 1957 de color blanco, desde la ciudad de Guadalajara, Jalisco hasta Ensenada, Baja California. El modelo estadunidense ya había visto pasar sus mejores años, pues desde hacía tiempo José Alfredo había tenido que recurrir a un sinfín de composturas por lo que la idea de llegar hasta Baja California resultaba descabellada. Él, era su noble jinete.El Caballo Blanco es una viva muestra del talento que él tenía para componer y para hacer de una simple travesía en auto, una canción inolvidable y legendaria.


Otras no menos importantes.

“El Jinete”, le llegó a su mente cuando presenciaba el paso lento de un caballo en el Desierto de Los Leones, “Muy despacito” (dedicado a Irma Dorantes), “Si nos dejan” (a Columba Domínguez), “Te quiero, te quiero” (a Irma Serrano), “Qué bonito amor” (a Lola Beltrán), y “No me amenaces” (a Mary Medel, su segunda esposa) y también escribió “Corrido de Martín Corona” para su amigo Pedro infante.

José Alfredo Jiménez, el compositor más representativo de La música mexicana, ha cumplido 42 años de fallecido el pasado 23 de noviembre. Así como Argentina y Estados Unidos tuvo a leyendas de la música como Carlos Gardel y Cole Porter, que a casi 80 y 50 años, respectivamente de su desaparición, no han sido olvidados por su pueblo ni por una buena parte del mundo.

José Alfredo compuso poco más de cuatro centenares de canciones, muchas de ellas se han quedado plasmadas en grabaciones por cantantes tan diversos como Raphael, Joan Manuel Serrat, Luis Miguel, José José, Diego el Cigala y José Feliciano.

Así como María Dolores Pradera, Marco Antonio Muñiz, Julio Iglesias, Lola Beltrán, Francisco Céspedes, Joaquín Sabina, Plácido Domingo, Alejandro Fernández, Ana Gabriel, Víctor Manuel,  Chavela Vargas, Lucha Villa, Armando Manzanero, Tania Libertad, Aída Cuevas, Pedro Fernández y Lila Downs,Daniel Santos, Amalia Mendoza, Jorge Muñiz, Facundo Cabral, Mariachi Vargas de Tecalitlán, Luis Miguel, Pedri -vargas, Joaquín Sabina, Los Panchos, Natalia Lafourcade, Rocío Dúrcal, María Jiménez, Juan Gabriel, Buika, Rubén Blades, Caetano Veloso, Diego Verdaguer, Maná, Los Tres Ases, Los Tres Caballeros de Roberto Cantoral, y su gran imitador aprovechado Vicente Fernández, entre muchos otros, sin mencionar a los cantantes anónimos que dan fin a todas las fiestas en Cuba con su canción "El Rey" a todo pulmón.

Cuando no queda nada, siempre nos queda una composición de José Alfredo para echarle el guante. El nos enseñó que al cantarle a nuestras derrotas y nuestras desgracias es cuando comenzamos a vencerlas y superarlas.


Nunca el éxito se le subio a la cabeza, decía que su carrera había llegado a donde no pensaba, que era más de lo que había soñado, por eso todo el mundo admiraba su sencillez.  Agustín Lara que se refería a él como El Gato por sus ojos claros, dijo: ¡vaya, hasta que surgió un compositor que no me imita, será un monstruo sagrado de la composición popular! Y Lara tuvo boca de profeta.


El mural y tumba en Dolores Hidalgo.

El Mural que se encuentra en el Museo de José Alfredo Jiménez, allá en Dolores Hidalgo Guanajuato y que fue obra del pintor Octavio Ocampo donde se involucran muchos personajes y ambientes que formaron parte del cantante, representa a José Alfredo, primero de niño, cargando el estandarte de la Virgen de Guadalupe, que el cura Hidalgo llevó como insignia para la independencia y luego más atrás, está el mismo José Alfredo y viéndolo de lejos, se ve una gran cara del compositor con su sombrero y luego ya en todo alrededor, parte del sombrero, están todos los amigos e interpretes de José Alfredo.

Entre los intérpretes que se encuentran en el mural, están Pedro Infante, Pedro Vargas, Armando Manzanero, Lola Beltrán, Lucha Villa, Jorge Negrete, Miguel Aceves Mejía, La Tariacuri, Chabela Vargas, María de Lourdes, El Charro Avitía, Javier Solís, María Victoria, Rubén Fuentes, Marco Antonio Muñiz, entre otros. Además de que en el mural se encuentra la familia del cantaautor, Paloma, Palomita y José Alfredo hijo, así como se aprecia la imagen de un viejito, que tocaba en la plaza de Dolores Hidalgo durante la niñez de José Alfredo, de quien se inspiró para escribir y cantar algunas de sus canciones.


En el Mausoleo de José Alfredo Jímenez descansan los restos del famoso cantautor.
Fue erigido el 23 de noviembre de 1998 para conmemorar su XXV aniversario de su fallecimiento y consiste en un gigantesco sombrero, en la parte inferior un pebetero y en las letras de bronce el epitafio: “La vida no vale nada”. Lo acompaña, en forma de serpentina,  un sarape multicolor hecho en azulejo en cuyo cuerpo están incrustados los títulos de diversas canciones de su obra musical.

Otro genio musical de Guanajuato.
Juventino Rosas, en vida nunca tuvo ni fama ni riqueza.


De origen otomí, José Juventino Policarpo Rosas Cadenas nació el 25 de enero de 1868, en Santa Cruz de Galeana, hoy Ciudad Juventino Rosas, Guanajuato. Su padre fue un músico militar que le enseñó a tocar diversos instrumentos.

En 1890 escribió varias canciones donde utilizó como letra algunos versos del poeta mexicano Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895).También compuso el vals “Carmen” para la esposa del presidente Porfirio Díaz, quien agradecida le regaló al joven un piano de cola.

En 1888 compuso la marcha “Cuauhtémoc” y la obra que lo llevaría a la inmortalidad, “Junto al manantial”, que fue rebautizada como “Sobre las olas”, inspirada en un río que cruza lo que es hoy La Magdalena Contreras, en la Ciudad de México, obra por la que más se le conoce mundialmente.

La gente no creía que tal obra pudiera haber sido concebida por un mexicano. Apremiado por la necesidad económica, Juventino Rosas vendió los derechos del vals “Sobre las olas” junto con el chotís “Lazos de amor”, a la sociedad “Wagner y Levien”, en la mísera cantidad de 45 pesos.A fines de las dos últimas década del siglo XIX, Juventino compone la mayoría de sus obras conocidas, se afirma que en total fueron más de 90 piezas, pero solo se han logrado rescatar 34 partituras. En este período, los valses “Sobre las olas”, “Carmen” y “Ensueño seductor” se vuelven famosos y se escuchan en los salones de fiesta y teatros líricos de México y de Estados Unidos.

Se trasladó a Cuba como integrante de una agrupación musical que recorrió el oriente de la Isla y viajó en el vapor Josefita a Surgidero de Batabanó, donde ingresó en una clínica debido a una mielitis aguda (inflamación de la médula espinal o trastorno medular degenerativo), que le ocasionó la muerte el 9 de julio de 1894, a la edad de 26 años.  Una mano anónima, probablemente la de un poeta, colocó en su tumba una lápida con la siguiente inscripción: “Juventino Rosas, violinista mexicano y autor del vals Sobre las olas, falleció en julio de 1894. La tierra cubana sabrá conservar su sueño”.

El vals “Sobre las olas” es la pieza musical mexicana, más grabada por diferentes artistas de varios países, en la historia de la música mexicana.

A escasos 77 kilómetros de la cuna de José Alfredo, muchos años antes, nació este otro gran compositor mexicano.


Anexo:
Otros personajes ilustres nacidos en tierras guanajuatenses.

Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, mejor conocido como Diego Rivera, de Guanajuato;  Joaquín Pardavé Arce, reconocido actor, director, cantautor y guionista del cine mexicano, de Pénjamo; Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor, conocido como Miguel Hidalo, nació en la Hacienda de Corralejo, cerca de Pénjamo, el 8 de mayo de 1753. Sin él la historia de México no sería la misma; Pedro Vargas, tenor y actor mexicano nació en San Miguel de Allende; Jorge Negrete, “El Charro Cantor”, nació en la capital del estado; Xavier López Chabelo de León, reconocido por su personaje dirigido a los niños, sus películas y su programa dominical; María Grever compositora mexicana de música de concierto, de música para películas y de más de 800 canciones populares, en su mayoría boleros; Jorge Ibargüengoitia Antillón  de Guanajuato, literato con alto sentido crítico y satírico; Enriqueta Jiménez Chabolla, de Salamanca y más conocida como La Prieta Linda, es una cantante y actriz; Guillermina Jiménez Chabolla, comúnmente conocida por su nombre artístico Flor Silvestre, es una cantante y actriz también de Salamanca; Lucía Méndez, de León, es una actriz, cantante y empresaria; Francisco Azuela Espinoza, nacido en León, es un reconocido escritor y poeta; Ignacio José de Allende y Unzaga nacido en San Miguel de Allende, fue uno de los líderes e iniciadores del movimiento de Independencia de México; José Nemesio Francisco Degollado Sánchez, mejor conocido como Santos Degollado nacido en Guanajuato, se le conoce como el Héroe de las Derrotas y fue un militar y político mexicano que se dedicó además, a la geografía, filosofía, física, gramática, matemática, jurisprudencia, historia universal y teología; Efraín Huerta de Silao, fue un poeta y periodista destacado; Enrique del Moral Domínguez nacido en  Irapuato, fue un arquitecto destacado, uno de los máximos exponentes de la arquitectura moderna mexicana; Cristina Romo Hernández, mejor conocida como Cristina Pacheco nacida en San Felipe, es una periodista, escritora, editora y conductora de televisión y de vasta cultura, estaba casada con el fallecido gran poeta y ensayista mexicano José Emilio Pacheco; Juan Aldama González fue un insurgente mexicano que participó en el proceso de Independencia y nació en San Miguel el Grande, actualmente San Miguel de Allende; Mariano de Abasolo fue uno de los generales insurgentes durante la guerra de Independencia de México y era natural de Dolores; David Alfaro Siqueiros, pintor muralista y uno de los 3 mejores artistas pintores muralistas de México, criado desde muy niño en Irapuato. Y otros que el espacio no nos permite asumir para no volver tedioso este artículo.


Anexo: 
Listado de las canciones que son mis preferidas dentro de su extensa producción musical.

Amanecí otra vez
Amor del Alma
Ando volando bajo
Camino de Guanajuato
Corazón, corazón
Cuando vivas conmigo
Cuatro caminos
Cuatro copas
Deja que salga la luna
Despacito
Gracias
El corrido del caballo blanco
El perro negro
El rey
El siete mares
El jinete
El último trago
Ella
En la cantina
La enorme distancia
La media vuelta
La noche de mi mal
La que se fue
Las ciudades
Llegando a ti (Poco a poco)
Me equivoqué contigo
Ni el dinero ni nada
Pa´todo el año
Paloma querida
Que bonito amor
Que se me acabe la vida
Que te vaya bonito
Serenata Huasteca
Serenata sin luna
Si nos dejan
Sonaron cuatro balazos
Te solté la rienda
Tu recuerdo y yo
Tú y la mentira
Tú y las nubes
Un mundo raro
Vámonos

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