El salero andaluz llegó hasta Cuba.
La sal, la única roca comestible por el ser humano y que es empleada en todo el mundo, siempre fue muy importante en la historia del hombre, y ha estado relacionada tanto con el alimento como con su conservación .Su huella ha dejado nombres tan universales como salario, lo que quiere decir que lo que se pagaba a una persona por su trabajo estaba expresada a través de un artículo tan vital como la sal.
Y asociada a la sal está el salero, que aparte de ser ese recipiente con agujeros en la parte superior que nos sirve para servir la sal en la mesa o en la cocina, tiene en España, y en Cuba otro significado muy diferente. Para nosotros el salero es la gracia, la alegría y la sandunga. Y el salero andaluz se fundió con el azúcar de Cuba, y es parte indisoluble de nuestra idiosincrasia.
Las leyendas regionalistas caracterizan a los vascos como gente áspera de carácter, taciturnos y secos y de que lo hacen todo a lo bestia. A su vez los califican de fuertotes o exagerados que se divierten con el levantamiento de piedras, comen los maravillosos pintxos de San Sebastián o juegan a la violenta pelota vasca.
También se dice que los catalanes son cerrados y difíciles de comprender por el resto de los españoles y que son contradictorios sobre ellos mismos y el resto de pueblos que forman España. Que aunque son moderados, prácticos y sensatos, son en extremo ahorradores y escrupulosos, de ahí su gran fama de tacaños.
De los gallegos se dice que son más bien "cerrados", por no decir brutos, aunque ellos prefieren definirse como "desconfiados". A los madrileños los consideran chulos y orgullosos. Pero hay una excepción: tanto dentro como fuera de Andalucía, los andaluces se ven como "alegres, graciosos y juerguistas".
La Prensa cubana a mediados del siglo XIX identifica lo andaluz con estas características: la gracia y la alegría (la sandunga y el salero), y la imagen arquetípica de lo andaluz que recogen los periódicos en la época no muestran ningún rastro de pena (de amargura, de dolor) que será uno de los rasgos distintivos del cante jondo.
El flamenco, tal y como lo conocemos , pero podemos conocer la génesis de este arte porque en Cuba, a diferencia de lo que ocurre en Andalucía, se conserva abundante material hemerográfico con documentos muy valiosos y esclarecedores sobre la gestación del flamenco.
La hemeroteca del Instituto de Literatura y Lingüística de La Habana,antigua Sociedad Económica de Amigos del País, conserva un imponente tesoro de la historia de Cuba, un territorio que en hasta el siglo XIX fue como una provincia española , por no decir una provincia andaluza más”.
La impresionante huella andaluza en Cuba
Hay una emigración en particular que ejerció su protagonismo en los primeros siglos de la presencia hispánica en la mayor de las Antillas: Andalucía.
Pero antes de entrar en el tema vamos a analizar la palabra “curro”.
En Cuba, curro era el apodo de Paco y se le decía curro a los naturales de Andalucía. Pero también tiene la acepción de ser un hombre de buen porte y la no menos importante que ha llegado hasta nuestros días que es trabajar. El curro o el curralo es el trabajo, la profesión y currar es trabajar.
También es famoso el Currito de la Cruz, una película española del año 1949 y a su vez un pasodoble y que se basa en la famosa obra de 1921 de Alejandro Pérez Lugín. Ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones: en 1925, en 1935, en 1948, dirigida por Luis Lucia, y en 1965, además de inspirar otros títulos de temática taurina, narra la lucha de un torero por hacerse famoso y sus amores. Y el pasodoble es todo un clásico dentro de la música española, escúchala y te darás cuenta de ello, pues seguramente la has oído más de una vez.
Y está Curro Jiménez, una serie de televisión española basada en el bandolerismo andaluz del siglo XIX, cuya acción se desarrolla principalmente en la Serranía de Ronda. El personaje de Curro Jiménez se basa en la de un bandolero que existió realmente, Andrés López, el barquero de Cantillana, un pueblo de Sevilla y que se constituyó en un bandolero justo y bondadoso, algo parecido a Robin Hood.
Y en Cuba, aparte de llamarle curro a mucha gente, está en particular el tema de los “negros curros”. Los “negros curros” fueron esclavos y servidumbre en Andalucía desde el siglo XV y ocurrió que algunos fueron llevados a Cuba cuando sus dueños fueron allá a probar fortuna a partir del siglo XVI, siendo de los primeros negros llevados a América.
Pero ya a principios del siglo XIX, los negros curros habaneros, que por supuesto hablaban como andaluces, eran los ejercían el dominio en los lugares más marginales de la capital y se dedicaban a negocios de juego, robos, prostitución, ajustes de cuentas y en final a cualquier ocupación criminal. Se agruparon principalmente en la zona que hoy es el barrio de Jesús María, contiguo al puerto y a la terminal de ferrocarriles, un barrio históricamente conflictivo. Ya no eran esclavos, pues les habían dado la carta de libertad y eran de temer, porque además se sentían superiores a sus hermanos de raza que seguían siendo esclavos. Se destacaron además por su vestimenta elegante, ya que se consideraban reyes de la marginalidad. Algo así como un Pedro Navajas de su época, unos majos andaluces, pero negros y viviendo en Cuba.
Durante el mandado del capitán general Tacón los asesinatos, robos y escándalos que provocaron eran frecuentes, a cualquier hora, por lo que el gobernador se dio a la tarea de limpiar la ciudad de esos elementos, para lo que se empleó la fuerza militar y se logró un éxito en la tarea, la que estuvo ayudada por otras causas, entre ellas la aparición, con mucha fuerza, de sociedades secretas negras religiosas como los ñáñigos, que algunos consideraban vinculadas a la delincuencia afrocubana. Los negros curros que subsistieron, se sumaron a esas sociedades. Cuando era niño, yo, que me había criado en un barrio donde existía una buena presencia de personas de color, los mayores siempre me alertaban de tener cuidado con los brujos o santeros, los paleros y sobre todo con los ñáñigos. Una vez conocía a uno que se las daba de ñáñigo o lo era, el hecho es que el tipo era medio anormal, siempre andaba con collares y hasta un cuchillo encima, pero el día que le quiso echar guapería a otro, por poco se echa a llorar, así que pienso que el ñañiguismo era más fama que otra cosa. Y eso que su frase preferida era que él “ era ñañigo y no mamaba ni tomaba sopa”. Seguramente que era sopero y mamador.
Existen muchos dibujos y los testimonios escritos sobre los “negros curros” que nos muestran en detalle sus particularidades, pero sin embargo, el negro curro en Cuba, que aparentemente ha desaparecido, abarca diversos biotipos humanos y varios oficios como camioneros, guagueros, taxistas y otros atributos de vestuario, gestos y el empleo de un léxico cargado de caló, aunque ya sin la gracia andaluza por la transculturación.
La influencia cultural andaluza en Cuba se manifestó en el empleo de sus instrumentos de trabajo o sus artes de pesca, sus costumbres alimentarias, su cultura agrícola y sobre todo por la música, desde las formas de decir cantando un verso rimado en compañía de instrumentos de cuerda pulsados y rasgados, hasta la innegable relación entre la rumba flamenca y la rumba cubana.
Y por supuesto si se trata de andaluces hay que recordar dos cosas graciosas, que se refieren a que en Cuba cuando a un niño comienza a hablar le enseñamos a decir: “los perros del curro no me dejan dormir” y por supuesto el niño con su pronunciación defectuosa va a decir: “los pelos culo no deja mimir”.
Y la otra es la historia del curro y el chino, que era muy popular al menos en mi niñez y que mi abuela debe haberme contado cientos de veces y que dice:
En un pueblo de España vivía un reconocido torero a quien llamaban 'El Curro'.
Cerca del Curro se mudó un chinito, que no podía pronunciar bien la erre.
Una mañana, se encuentran los dos y el chino lo saludó: “Buen día señol Culo”.
Por supuesto que al Curro no le hizo ninguna gracia, pero lo dejó pasar.
Al volver a encontrarse, repitió el mismo saludo.
El Curro no pudo aguantar más y se compró dos perros de la raza pastor alemán y los entrenó para atacar al chino.
Cuando el chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó los perros.
Con la agilidad y el dominio de artes marciales milenarias propia de ellos, el chino sacó dos cuchillos de los pantalones, y se paró rígido en posición de defensa, listo para enfrentar los perros.
El Curro se da cuenta que el chino iba a matar a los perros, y les silba para detenerlos.
Los perros entran a la casa y el hecho se repitió muchas veces, hasta que el chino decide poner una denuncia en la comisaría.
Ante la pregunta del comisario sobre cuál es su demanda, el chino responde:
“Mile señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del culo no me dejan caminal.”
El comisario se quedó confundido y le dijo: “Bueno amigo, pues córteselos”.
El chino respondió: “Eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los quielo coltal, el Culo silba y los pelos se van palentlo”.
Y también en la arquitectura, estaba la presencia de emigrantes andaluces que poseían varios oficios, entre los que eran notables los constructores o maestros de obras, carpinteros, canteros y albañiles.
Es por ello que Cuba también ha sido receptora indirecta de la Ruta Al-Andalus, y ejemplos en este sentido vemos que la Giralda de Sevilla tiene su homóloga en uno de los máximos símbolos de La Habana: La Giraldilla, cuya copia corona la torrecilla del Castillo de la Real Fuerza.
Y hasta en nuestros días vemos a un aventurero andaluz que ha recorrido a Cuba con un burro.
Desde marzo de 2016 Luis Bejarano ha realizado un viaje por la isla y ha sido acompañado por tres burros diferentes que consiguió en las Oficinas del Historiador de localidades para que tuviera un compañero de viaje.
El viaje comenzó en Baracoa, la primera de las ciudades fundada por los colonizadores españoles en Cuba en 1511, a mil kilómetros de la capital. Recorrió varias ciudades y tuvo anécdotas como la ocurrida en Trinidad, donde el padre Cirilo le pidió el burro para la representación de la llegada de la Virgen a Belén para los actos navideños.
Y no olvido a un amigo de juventud, al que llamaban “farruco” y a su vez llamaba a su padre “curro” y que hablaban como todos unos gitanos y junto con el cual estudié alemán en el Centro Gallego. De lo más simpático su acento mezcla calé con alemán. Para mí no hablaba ni español ni alemán y era difícil entenderlo, hasta ceceaba.
Aporte andaluz a Cuba
En Sevilla se encuentra el Archivo General de Indias, fuente primaria de información sobre la incursión española en el llamado Nuevo Mundo y conserva información acerca de todo lo que encontraron y lo que aconteció en las tierras incorrectamente llamadas como recién descubiertas, porque no se descubre nada donde vivían millones de personas con civilizaciones diferentes a las europeas.
Hay que recordar que de esa zona costera salieron todos los viajes de Colón hacia el nuevo continente, el primero de Puerto de Palos de la Frontera en Huelva, el segundo salió de Cádiz, el tercero de Sanlúcar de Barrameda y el cuarto también de Cádiz. En el primer viaje hay que destacar que en él estaban los hermanos Pinzón (Martín Alonso Pinzón era capitán de La Niña, Vicente Yáñez Pinzón era capitán de la Pinta y ambos naturales de Palos de la Frontera y los Hermanos Niño (Pedro Alonso Niño fue en calidad de piloto y Juan Niño maestre y propietario de La Niña), el cirujano cordobés Juan Mestre, el gaditano Juan de la Cosa, el sevillano famoso por ser el primero en avistar tierra, Rodrigo de Triana, y en fin la mayoría de los que hicieron el viaje eran andaluces.
Y de estos puertos salieron los emigrantes andaluces hacia la mayor isla del Caribe, así como muchos de sus coterráneos desde otras regiones de España y todos iban en busca de empleo, prosperidad y sobre todo con mucha esperanza. Ello tuvo lugar durante siglos y bajo disímiles condiciones.
Pero lo importante, y muchas veces no nos damos cuenta de ello, es que existen muchos rasgos culturales e históricos que Cuba comparte con Andalucía.
Comenzando por el papel de descubridores, aunque no sea el término adecuado, o de encuentro de dos culturas, tuvo en los andaluces en Cuba un papel importante
Y si vamos a la música campesina cubana, veremos que está sustentada en sus antecedentes hispanos, y se fue formando a partir del zapateo, baile andaluz y del canto nostálgico que le dio forma al punto guajiro, que es la expresión máxima de nuestra auténtica música folklórica (ahora quieren asociar exclusivamente el folklorismo a las expresiones musicales africanas que tienen más de ese continente que de cubanas). La décima, la copla y la cuarteta, las tonadas y las controversias, que son descendientes de las tradiciones musicales españolas, y en particular de la andaluza, son la base de la expresión musical autóctona de Cuba, en la cual se muestran también influencias en el léxico empleado. Y más modernamente está la decisiva influencia de la rumba flamenca en nuestros ritmos y en varios géneros musicales.
En la primera mitad del siglo XIX los andaluces trajeron a Cuba las corridas de Toros, las que se hicieron populares en varias ciudades. Tras su justa sustitución (es quizás de las pocas cosas que no me gustan de España, pues es un entretenimiento cruel), subsisten hasta hoy otros espectáculos taurinos y equinos con mucha aceptación, como son los rodeos.
La Giralda de Sevilla arriba y abajo la Giraldilla de La Habana
Pero lo que está más a la vista de la influencia de la Ruta Al-Andalus, es en la arquitectura.
Uno de los símbolos de La Habana es la Giraldilla, situada en lo más alto del Castillo de la Fuerza, en la entrada de la Bahía, la cual está inspirada en la Giralda de Sevilla. Pero hay muchos otros, y de mucha relevancia.
El Hotel Sevilla
En una de las zonas más viejas de La Habana, justo en el Paseo del Prado habanero,
Se encuentra el Hotel Sevilla el cual recuerda explícitamente la arquitectura de esa ciudad española y en el mismo paseo, en el No. 356, entre Neptuno y Virtudes, encontramos la sede del Centro Andaluz de La Habana, destinado a mantener y fortalecer las relaciones históricas y culturales entre la región de Andalucía y Cuba. Posee un patio representativo de un pasaje autóctono andaluz, una escuela y un tablao de flamenco.
Al centro asistían a todos los emigrantes llegados a Cuba, además de cultivar su cultura e identidad lejos de casa, y se organizaban fiestas en el entonces Almendares Park, con celebraciones como las Cruces de Mayo, el Recreo de Belascoaín, las Romerías del Rocío y la Feria de Sevilla.
Pero vamos al fantástico Hotel Sevilla de La Habana, inspirado en la Alhambra de Granada.
Situado en la manzana que comprende el Paseo del Prado, Zulueta, Trocadero y Ánimas, en La Habana, y contando al fondo de unas de sus esquinas con el famoso bar Sloppy Joe’s fue inaugurado el 22 de marzo de 1908 por el asturiano Urbano González, también propietario del Hotel Pasaje y emparentado con el dueño del famoso Hotel Inglaterra.
Los arquitectos proyectistas del Hotel Sevilla se inspiraron en la entrada del Patio de los Leones del Alhambra de Granada, en España, con su estilo morisco y la profusión de arcadas, columnas, y en el amplio uso de mosaicos.
Una de las cosas que lo destacaban, era un gran patio andaluz en el mismo centro del inmueble que ayudaba a la ventilación de las habitaciones de puntal alto, lo que las hacía muy frescas en el cálido verano de Cuba en tiempos donde no existía el acondicionamiento del aire.
En la década de 1920 John McEntee Bowman, dueño de la cadena de hoteles Bowman-Biltmore, la mayor de la época, lo compró y lo hizo el más moderno y lujoso de la capital cubana. En 1924 la directiva del hotel, renombrado “Sevilla Biltmore” le construyó un nuevo edificio adjunto al anterior que le da su aspecto actual.
Destacó entonces su roof garden (jardín en el techo) que se convirtió en uno de los lugares preferidos de la aristocracia cubana y los turistas extranjeros por la espectacular vista de La Habana.
En los años 30, en un negocio, que constituyó un gran escándalo en la época, su propiedad se traspasó al uruguayo Amleto Battisti que lo regentó hasta 1958. Sería Amleto quien en el Sevilla abriría el primer bar refrigerado que existió en Cuba y por supuesto, por su vinculación con la mafia, un casino de juego.
Palacio de Valle en Cienfuegos
Curiosamente un catalán, Celestino Caces comenzó la construcción de esta quinta morisca que más tarde fue comprada por el asturiano radicado en esa ciudad, Acisclo del Valle (impresionante nombrecito), y que dio a su esposa como regalo de bodas, y fue el que terminó el palacio en 1917. Este edificio o mejor descrito, palacio, muestra el arte hispano morisco con influencias góticas, románicas, barrocas y mudéjares.
La última planta del palacio remata el edificio con tres torres, una de ellas es de influencia gótico romana, representa la fuerza; la segunda india recuerda al monumento de Taj Mahal, simboliza el amor y la tercera es un minarete árabe y encarna la religión. Y en las cornisas de entrada dominan los arcos de ojivas aguda y de lados iguales. Rodeado por una cerca de bronce, asentadas en bloques con dibujos arabescos, muestra un conjunto impresionante.
Es un edificio emblemático para mí no solo por su belleza, sino también porque se encuentra en Punta Gorda en la ciudad de Cienfuegos que tanto me ha gustado siempre y justo al lado del hotel Jagua (o para decirlo con propiedad, a la inversa).
Creo que simplemente sentarse enfrente de él, en el pequeño malecón donde está el restaurante Covadonga, famoso por sus paellas, y simplemente contemplarlo, bien vale la pena.
Palacio de Las Ursulinas, un pedazo de La Alhambra en plena Habana
El Palacio de las Ursulinas es uno de los más representativos edificios en La Habana del estilo neomudéjar. Sin duda sus valores mayores son las arcadas moriscas y el uso de azulejos sevillanos, primero en los zócalos y luego en las fachadas y hasta en sus interiores.
Fue construido en 1913 por amantes de ese estilo arquitectónico, quienes reprodujeron en su fachada elementos de la mezquita de Córdoba, en España. Por suerte se ha respetado la concepción morisca de la fachada. Este estilo se extendió a otros inmuebles del Paseo del Prado y aunque hoy en día tiene un aspecto ruinoso, todavía despierta el interés de quienes lo ven por primera vez. Recuerdo cuando lo conocí en 1957 cuando me impresionó y hasta me atreví a entrar más de una vez, sobre todo para admirar sus azulejos. Como era asiduo, cuando la economía lo permitía, del Restaurante Puerta Tierra, a un costado de la plaza frente a la que se encontraba, no perdía ocasión para admirar esa obra de arte.
También hubo construcciones que son típicas del estilo mudéjar sobre todo en La Habana Vieja entre las calles Obispo, San Ignacio, Amargura y Aguiar, siendo además de las ursulinas otro ejemplo notable los jardines de la fábrica de cerveza La Tropical.
Su construcción está ligada a la llegada de monjas ursulinas procedentes de Luisiana a la villa de San Cristóbal de La Habana. El lugar donde está ubicado, la calle Egido entre Muralla y Sol, y justo donde termina la populosa calle Monte, tuvo una famosa plazoleta, ya que ahí estaba la puerta de la Muralla que protegía a la ciudad.
Y siempre que me hablan de monjas Ursulinas me recuerdo del filme polaco Madre Juana de los Ángeles.
Los hechos reales fueron que en Loudun, francia, existía en el siglo XVII un convento con 17 jóvenes monjas ursulinas. Juana de los Ángeles, mujer intrigante y ambiciosa, consiguió ser designada madre superiora del convento con sólo 27 años.
Urbain Grandier, párroco en una de las iglesias de la ciudad.no era muy riguroso en el cumplimiento del voto de castidad y sedujo a más de una mujer, por lo que fue acusado, pero el apoyo de personas influyentes siempre lo absolvieron. Pero Juana de los Ángeles se obsesionó con Urbain Grandier y le propuso que se convirtiera en su director espiritual y algo más, oferta que el párroco rechazó por ser demasiado peligroso para él.
Fue designado como confesor el canónigo Mignon, enemigo de Grandier, el que trajo a un cura que aseveró que las monjas eran poseídas por satán y había que exorcizarlas. En uno de esos actos de exorcismo, Juana afirmó que fue Urbain Grandier quien las había embrujado. Grandier negó todas las acusaciones, pero el tribunal de la Inquisición proclamó la sentencia: muerte en la hoguera, por lo que fue quemado vivo.
La impresionante obra de Jerzy Kawalerowicz, Madre Juana de los Ángeles, filmada en 1961, está inspirada en este caso que afectó a un grupo de monjas ursulinas. Es sin duda una de las mejores películas proyectadas en Cuba en las tres largas décadas en que solo se consumía cine de los países socialistas. Por supuesto que el filme fue íntegramente prohibido por la inquisitiva censura española a pesar de ser premiada en el Festival Cannes.
Y otro asunto importante son las personalidades andaluzas que se destacaron en Cuba
Desde los inicios de la colonización de Cuba, llegaron al país andaluces que trascendieron por su actividad y su impacto histórico, como fueron los hermanos Pinzón, participantes en los viajes de Colón, Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indígenas, y señalado en la historia como “protector de los indios” y que luchó sin éxito por la existencia y sobrevivencia de la desplazada y pacífica población aborigen.
Federico Roncali, político y militar gaditano, fue Capitán General de Cuba, y ordenó construir el faro que guía la navegación alrededor del Cabo de San Antonio, en el extremo occidental de la isla desde mediados del siglo XIX.
El faro Roncalli en la punta más occidental de Cuba.
A la par, otros se destacaron en múltiples facetas de la sociedad como los también gaditanos Jacobo de la Pezuela, literato, historiador y paradigma de la historiografía cubana del siglo XIX; Francisco Iturrondo, escritor gaditano que vivió en Cuba y se destacó por su fecunda obra; Antonio López Prieto, investigador, historiador y escritor sevillano que vivió en Cuba con gran actividad literaria; y el sevillano Antonio Enrique Zafra, sevillano que vivió en Cuba y se destacó por su obra poética y teatral.
Y si hablamos de andaluces, aparte de los más conocidos, Federico García Lorca, Rafael Alberti y Paco de Lucía, son muy famosos en Cuba, así como el actor Antonio Banderas, la actriz y cantante Carmen Sevilla, la incomparable cantante Isabel Pantoja, el rockero Miguel Ríos, el Nobel de literatura Juan Ramón Jiménez, el poeta Gustavo Adolfo Bécquer, la Faraona Lola Flores, el compositor Manuel de Falla, el pintor Esteban Murillo, la actriz y cantante Paquita Rico, el excelso poeta Antonio Machado, el torero Curro Romero, el niño cantante Joselito, el genio del arte moderno Pablo Picasso y el pintor del medioevo Velázquez y para los más viejos, el torero Manolete. Una interesante investigación de la universidad de Massachusetts determinó que el andaluz más conocido en el mundo es Picasso.
Pero sin duda para el cubano nombres como Sevilla, Málaga, Huelva, Granada, Córdoba, Cádiz y Almería son símbolo de algo muy cercano. Ah y Palos de Moguer (ahora se llama Palos de la Frontera, en Huelva), que es de las primeras cosas que aprendemos en la escuela, porque de ahí salió Colón a “descubrirnos”.
Pero dentro de ellos hay un selecto grupo de grandes íconos para los cubanos.
Los grandes íconos andaluces.
García Lorca, el poeta en Cuba.
El poeta Granadino tenía la convicción personal de que Cuba era el país más español del mundo.
Y parece que La Habana o realmente Cuba, tienen una presencia reiterada del poeta granadino y universal. Hasta en la pintoresca estatua del Quijote sita en la calle 23 y J, en la Rampa habanera, se encuentra una placa que dice:
“Porque somos de España en Lorca, en Machado, en Miguel. Porque España es la última mirada del Sol del pueblo nuestro. Porque no hemos nunca medido el tamaño de los molinos de viento y sentimos bajo nuestros talones el costillar de Rocinante “.
Cuba le proporciona al admirador de Lorca, una serie de lugares en los que permanentemente la figura de Lorca aparece y reaparece y es que fue La Habana, la ciudad en la que más tiempo permaneció en su estancia cubana, y que está llena de recuerdos del poeta, quien dijo que había pasado en la Isla los mejores días de su vida y concluía: “Si me pierdo, que me busquen en Andalucía o en Cuba”.
Y al igual que otros personajes famosos como Marlon Brando, su lugar preferido eran las playas de Marianao, y le gustaba irse en las noches a las “fritas”, a los cafetines de Marianao, donde ya está el Chori, y allí se hizo amigo de treseros (instrumento típico cubano derivado de la guitarra con seis cuerdas afinadas en tres órdenes pares) y bongoseros.
De esas andanzas nace su conocido “Son de negros en Cuba”, y que reafirma visualmente sus recuerdos infantiles (las cajas de tabacos habanos de su padre en las que aparecía la rubia cabellera de Fonseca y la rosa de Romeo y Julieta, litografías de marcas de tabacos y su propia visión sobre las palmas, el tabaco, el alcohol y la sensualidad de los cubanos. Y su locura por la champola que tomó por vez primera en el famoso Anón de Virtudes, un clásico de las frutas cubanas (la champola es un batido hecho con guanábana madura, a zúcar al gusto y leche y su éxito es que quede bien espeso).
Históricamente Federico García Lorca es uno de los autores no cubanos más difundidos en la isla. Y su influencia sobre los poetas cubanos, empezando por Nicolás Guillén, quien reconoció que el Romancero Gitano de Lorca ha sido la mayor influencia en los jóvenes poetas americanos.
El mejor teatro de Cuba, el Gran Teatro de La Habana, sede del Ballet Nacional, lleva su nombre.
Rafael Alberti
“Cuba se había perdido y ahora era verdad.
Era verdad, no era mentira.
Un cañonero huido llegó cantándolo en guajiras.
La Habana ya se perdió. Tuvo la culpa el dinero...
Calló, cayó el cañonero.
Pero después, pero ¡ah! después...
fue cuando al SÍ lo hicieron YES”
La temprana vinculación del niño gaditano con Cuba y sus cosas está expresada emotivamente en el poema "Cuba dentro de un piano", escrito por Alberti durante su primera visita a La Habana en 1935 y que da inicio a este tópico.
Igual que existe un sitio en homenaje a García Lorca, también existe la Terraza de Rafael Alberti en el Centro Andaluz de La Habana. Y es que La Habana fue un lugar muy querido por Alberti. Y es que el pudo sintetizar la panorámica de Cádiz, su paseo marítimo y el malecón habanero como réplica del anterior..
La última visita que Rafael Alberti hizo a Cuba, que no llegó a trascender al público, fue en febrero de 1992, para acompañar a su esposa, María Asunción Mateo, quien debió someterse a una operación quirúrgica en la capital. Antes, sin embargo, había visitado la ciudad en tres ocasiones, con notable repercusión en periódicos y revistas del momento y con una importante actividad literaria y cultural. Jaime de los Santos, comisario del seminario antes mencionado, afirmó que «La Habana es una de las ciudades en que más memoria viva queda de su paso por la tierra». Y Benjamín Prado también afirmó entonces que «era una de las ciudades favoritas de Alberti, en la que como buen gaditano se sentía como en casa».
Rafael Alberti y su esposa María Teresa León llegaron por primera vez a La Habana el 16 de abril de 1935 procedentes de Nueva York, se hospedaron en el Hotel Saratoga y durante casi un mes tuvieron una intensa actividad de conferencias y recitales.
Al igual que Federico, trabaron una fuerte relación con Manuel Altolaguirre, poeta e impresor en el exilio cubano, y Nicolás Guillén, el poeta cubano.
Regresaron veinticinco años después, el 22 de marzo de 1960 y ahora se hospedaron en el Hotel Sevilla Biltmore. Alberti por tercera vez a Cuba el 5 de abril de 1991, momento en que se le entregó el título de Huésped Ilustre y la Llave de la Ciudad, que Alberti guardó en el bolsillo rápidamente, comentando que cada vez que quisiera podría abrir las puertas de La Habana, donde tantas mujeres bonitas hay.
Paco, el hijo de Lucía
Francisco Gustavo Sánchez Gómez (Algeciras, provincia de Cádiz, no nos dice mucho, pero si decimos Paco de Lucía, para los cubanos significa mucho.
El compositor y guitarrista español Paco de Lucía, leyenda de la guitarra y renovador del flamenco, fue un asiduo visitante a Cuba y muy querido por todos. El hermano menor de ”Los Lucía” junto a Pepe de Lucía y Ramón de Algeciras llegó a ser quizás la más alta expresión de la música flamenca y se le atribuye la responsabilidad de la reforma que llevó este arte a la escena musical internacional gracias a la inclusión de nuevos ritmos desde el jazz, el bossa nova y la música clásica.
El artista llegó a México en febrero de 2014, donde vivía hacía casi dos décadas, con continuos viajes a Cuba, de donde venía en su último viaje y al que en los últimos años le gustaba pasar temporadas en la isla, porque allí sus hijos, de 13 y ocho años, podían jugar en la calle como lo hacían antes los niños en España. Decía que cuba era un país muy interesante y único, que ya no había en el mundo un país como este, dijo en octubre de 2013 a medios españoles.
Su muerte dejó mucha tristeza en Cuba, sobre todo en un momento en que planeaba vivir en la isla, pero su huella está firmemente sembrada en nuestra sociedad.
Anduvo hasta su muerte entre dos aguas.
Antonio Machado
"Y cuando llegue el día del último viaje
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo ligero de equipaje
casi desnudo, como los hijos de la mar."
Uno puede preguntarse quién en Cuba no conoce esta estrofa y muchas otras de su poema "Retrato" donde trata de resumir desde su infancia en un patio de Sevilla sus azares hasta su fin.
Nacido en Sevilla en 1875 formó parte de la llamada Generación del 98, esa que vivió la España del siglo XIX y los principios del XX, que vio desmoronarse el imperio donde nunca se ponía el Sol y, luego, el desgarramiento de la Guerra Civil que llevó a la España fecunda hacia la oscura pesadilla del franquismo.
De ahí que haya en su poesía y en su literatura es nostálgica, analítica, de la España que fue, y lo que le depara el futuro expresada en su poema: "Hay un español que quiere / vivir y a vivir empieza, / entre una España que muere / y otra España que bosteza. / Españolito que vienes / al mundo te guarde Dios. / Una de las dos Españas / ha de helarte el corazón."
Machado muere exiliado en Francia en 1939, alejado de su patria pisoteada por el fascismo, pero siempre aparece el relevo y su bandera será recogida, y regresará a Cuba, y le dará la vuelta al mundo en la voz de Joan Manuel Serrat, con versiones musicalizadas de los poemas del sevillano: La saeta, Proverbios y cantares, Guitarra del mesón..., Las moscas, Coplas por la muerte de Don Guido, entre tantas otras. Y gracias a Serrat también conocimos mejor al murciano Miguel Hernández, otro gran poeta.
Sin duda que Machado hizo camino al andar.
Un bailador, que no es andaluz, pero como si lo fuera.
Nació Alicante en una familia antifranquista. A muy temprana edad comenzó a trabajar, por las noches en una imprenta, y a la madrugada cruzaba la calle para ir a repartir frutas. Quiso y trató de ser boxeador, torero y ciclista. Decía que no era ni gitano ni andaluz, pero que lo que más le gustaba era bailar, por lo que siendo un adolescente su madre lo inscribió en una escuela de baile flamenco, mientras intentaba hacerse torero para poder comer todos los días.
Con el tiempo se convirtió en el mejor bailarín y también era coreógrafo. En 1978 creó el Ballet Nacional Español, el que dirigió muchos años. En los 80 llevó al cine, bajo la dirección de Carlos Saura, la trilogía “Bodas de sangre” (1981), “Carmen” (1983) y “El amor brujo” (1986). Unas joyas del flamenco.
Al morir con solo 67 años, una sorpresa para las multitudes que lo admiraron, en esta frase que dijera a un periodista en La Habana, navidades del 2003, todo se puede comprender: “Cuba no es una simple aventura. Es el puerto de mi vida”.
Si hay que reprocharle algo es su compadrazgo con Raúl Castro, pero no vamos a hacer igual que los comunistas, que no reconocen los valores cuando no hay coincidencia de posiciones políticas. En la Plaza de la Catedral de La Habana, hay una escultura de bronce de tamaño completo en su honor y está enterrado en un lugar selecto de la familia de Raúl Castro.
Antonio Gades ha pasado a la historia como el bailarín español más admirado en Cuba.
El espíritu de Paco de Lucía y de Antonio Gades vuelan sobre el Ballet Español de Cuba
El Ballet Español de Cuba tiene un amplio repertorio de sevillanas, boleros, flamenco, farrucas, bailes populares y regionales, guajira, fusión, todo un amplio diapasón danzario y musical que muestra la mezcla de nuestra idiosincrasia a partir de la influencia andaluza.
Ballet de Lizt Alfonso, de lujo
Pero más sorprendente es la obra de Lizt Herrera Alfonso, coreógrafa,profesora de danzas españolas y directora y pedagoga de amplio reconocimiento internacional. Fundadora, directora y coreógrafa de su propia compañía Lizt Alfonso Dance Cuba y que pasara por la Escuela Nacional de Ballet, la Escuela de Danzas Españolas, Ballet y Actuación del Centro ProDANZA, y Licenciatura en Ballet, en el Instituto Superior de Arte ha creado la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba (LADC) que es expresión de la mezcla que caracteriza a la cultura cubana. Sus espectáculos fusionan con identidad propia elementos del ballet, el flamenco, la danza moderna y contemporánea, con ritmos cubanos y afrocubanos, lo que ha llevado a la crítica especializada a calificar su trabajo como único y diferente.
La música flamenca y la cubana
Las raíces del flamenco se pierden en el tiempo. La mezcla de las culturas judía, cristiana y árabe, con un toque especial en el pueblo gitano y la propia cultura andaluza configuraron este arte que canta al trabajo, la fe, el amor y sobre todo, al dolor del oprimido. Cuando los españoles colonizaron América no solo aportaron su música a estas tierras sino que se llevaron los ritmos del nuevo mundo, los que se mezclaron con los africanos. De ahí nacen luego las habaneras de Cádiz y tantas letras que tienen influencias de muchos lugares.
El arte flamenco se manifiesta a través de aspectos principales, como el cante, el baile y el toque, que a su vez poseen variaciones y normas específicas y que se considera como uno de los signos identitarios de parte de la sociedad española, por lo que ha sido declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Los cubanos llevamos la música cubana en la sangre, pero también de España llevamos mucho, porque son nuestras raíces. Cualquier cubano de mi generación sin duda, quiera o no, puede tararear aún muchas zarzuelas, las canciones de Lola Flores, las de los Churumbeles o los Chavales de España, Juan Legido y muchos otros que nos acompañaron en nuestra niñez y adolescencia y que todavía recordamos con la misma fuerza que lo hacemos con la Aragón y con Benny Moré.
Otras estructuras métricas empleadas en el género son la copla y la cuarteta. Al igual que la décima, ambas son descendientes de la tradición hispánica y contienen una gran musicalidad.
Hubo una transculturación a partir de la música que el pueblo cantaba en España a fines del siglo XV y XVI, dando origen a cantos que se acompañaban por instrumentos de cuerda pulsada con melodías acopladas a estrofas de cuatro, a veces con estribillos. Aquellas melodías cantadas con décimas recibieron un tratamiento similar al que había ocurrido en España, dividiendo el período de una décima en dos partes de seis motivos musicales con pausas intermedias "repitiendo los dos primeros versos y luego del interludio instrumental, cantar los restantes seis versos, un proceso que fue conformando en Cuba el canto que hoy conocemos como punto cubano.
El cubano realizó un proceso de síntesis, de avenencia a los elementos culturales hispánicos, en particular los andaluces y los canarios, de tal modo que a través de cinco siglos las décimas han permanecido, como parte de nuestra identidad nacional.
Y el zapateo, que antiguamente era la parte bailable de esta expresión musical campesina, ha caído en desuso desde mediados del siglo XX.
Y hay muchas otras cosas en las que Andalucía se reproduce en Cuba.
El gallo de Morón de Cuba arriba y abajo el de España
Un símbolo andaluz reproducido en Cuba.
El Gallo de Morón, al que dejaron sin plumas y cacareando, también es andaluz. El pueblo de Morón, en Ciego de Ávila, Cuba en su entrada, tiene la estatua de un gallo. Este pueblo es famoso por el gallo y por las torticas de igual nombre.
Mucha gente se cree que el famoso refrán “lo dejaron como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando” es originaria en esta población del norte de la provincia de Ciego de Ávila, pero esto está muy lejos de la realidad, esta frase es originaria de Morón de la Frontera, en Sevilla, Andalucía y data de hace más de cinco siglos.
Alrededor del año 1500 los vecinos de la villa de Morón de la Frontera se dividieron en dos bandos que siempre andaban en pugna y se enfrentaron en batallas campales que al final dejaron el pueblo casi totalmente devastado.
La Cancillería de Granada tomó cartas en el asunto y envió a un juez con fama de guapetón y el que se destacaba por gritar públicamente para atemorizar a la gente. Pero los vecinos, antes en pugna, ahora se unieron para enfrentar juntos al funcionario bravucón, al que atraparon, dejaron completamente desnudo y le dieron palos de todos los colores. De ese hecho nació el famoso dicho “lo dejaron como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando” que, con versiones
Variadas es muy repetido en Andalucía, y por supuesto a Cuba debió llegar la frase de boca de los numerosos andaluces que se asentaron en la Isla e influenciaron notablemente la variante del español que hablamos los cubanos.
Y también son andaluzas las famosas torticas de Morón, tan gustadas en Cuba, e historia que ya abordé en capítulos anteriores sobre los dulces de Cuba.
Virgen de Regla
Como sabemos, la iglesia católica tiene la política o la estrategia de repetir la figura de la Virgen??? María, en diferentes partes del mundo, dándole una identidad más cercana a cada país, región y hasta pueblos, según convenga a sus intereses. Y sin duda ha sido una política muy acertada que ha podido afianzar o revivir esas creencias en muchos sitios.
Tal es el caso de la Virgen de Regla. En España una imagen de la Virgen de Regla se encuentra en la villa de Chipiona, en Cádiz, justo al lado de la Playa de Regla. Esta virgen, realizada en madera y de estilo románico, representa a una de las vírgenes negras. Se cuenta que la imagen fue llevada a España desde África después de sortear la nave donde venía una feroz tormenta en el estrecho de Gibraltar, razón por la que se hizo patrona de los hombres de la mar. Y como corresponde, se asegura que en su hombre se han realizado abundantes hechos prodigiosos, curaciones y milagros.
En otros lugares de Andalucía también existe devoción por esta virgen, como es la iglesia de la Virgen de Regla, en Huécija, y en la hermandad de los Panaderos de Sevilla, que la veneran como patrona. En Pájara, Islas Canarias, existe la Ermita de Nuestra Señora de Regla y otra en Santa Cruz de Tenerife y hasta en la catedral de León en Castilla, que no está cerca del mar, existe la advocación de Santa María de Regla.
En Cuba, en Guaicanamar, actualmente Regla, se edificó una ermita donde se ubicó una imagen de la Virgen de Regla proveniente de España, Aranda, siendo objeto de mucha devoción desde entonces, dándole nombre al caserío de Regla y siendo proclamada patrona del lugar el 23 de diciembre de 1714.
Diríamos que la Virgen de Regla, es segunda en importancia en el país después de la patrona nacional, la Virgen de la Caridad del Cobre, es otra herencia andaluza en Cuba.
!Y qué decir de los productos andaluces!
Vamos a enumerar algunos.
Manzanilla Pochola de Pedro Domecq.
Toda la gente que vivió antes del triunfo revolucionario recuerda la manzanilla Pochola, que era ampliamente consumida, sobre todo por los españoles y los descendientes de ellos, que fueron durante la primera mitad del siglo XX la mayoría de la población. Este vino blanco y seco, con Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda, tiene una crianza que se lleva a cabo exclusivamente en bodegas de Sanlúcar de Barrameda, población situada en la provincia de Cádiz, en la comunidad autónoma de Andalucía y es el más ligero de todos los vinos del Marco de Jerez, ideal para acompañar el aperitivo.
Pero de Pedro Domecq eran famosas muchísimas bebidas en Cuba, tales como
el Jerez Fino La Ina, el oloroso Río Viejo con gran contenido alcohólico, el jerez dulce Viña 25, una de las bebidas más populares en Cuba, además de los brandies Carlos I y Carlos III y el también famoso en Cuba brandy Tres Cepas. Sin olvidar los exquisitos productos de Pedro Ximénez, en particular el jerez Osborne.
Y por supuesto de andalucía venían delicias tales como el aceite de oliva. En Andalucía se hacen los mejores aceites de oliva virgen extra del mundo, y no es que lo digan los andaluces, vienen respaldados por el ranking 2015 de World’s Best Olive Oils del Consejo Oleico Internacional. De este top ten de los mejores aceites, siete son andaluces.
En el mismo rango están las aceitunas, y en la producción de turrones aunque Valencia, Murcia y Toledo son líderes en estos productos con los históricos Monerris Planelles y De la Viuda, no se quedan atrás en calidad los de Jaén, en particular de la marca El Lobo, famosos mundialmente, y otras producciones en Málaga, en Sevilla y en otras zonas de Andalucía, que es además la que aporta la mayor cantidad de almendras, base de todos los turrones.
En Cuba no se concebía una Navidad sin turrones, era tan indispensable el turrón en la mesa de Nochebuena como el lechón o la yuca con mojo.
El turrón podría proceder de casi cualquier parte del Mediterráneo, ya que un territorio que produjera miel y almendras en su campo podía fabricar turrones y esencialmente, las costas mediterráneas y Al-Ándalus, en particular Granada, que es la gran productora del componente principal de los turrones: la almendra.
Actualmente solo Francia, Italia, algunos países hispanos por influencia española, como era el caso de Cuba, donde se producían excelentes turrones en las fábricas de chocolate La Estrella y La Ambrosía, y la propia España elaboran turrón, siendo éste el líder indiscutible tanto en producción como en consumo. Pero el cubano, si pudiera, comería turrones el año entero.
Pero por supuesto, que a causa del elevado costo de los ingredientes empleados en su elaboración, la miel y las almendras, el turrón siempre ha sido un alimento reservado para ocasiones especiales.
Y nada mejor para terminar este paseo con nuestros ancestros acompañados de Juan Legido, conocido como El Gitano Señorón, ese cantante popular español de mediados del siglo xx, especialmente reconocido en Cuba y acompañado por los Churumbeles de España con algo que no olvidamos:
Doce cascabeles
lleva mi caballo
por la carretera.
Y un par de claveles
al pelo “prendios'”lleva mi romera.
La carreta que va adelante
mil campanillas lleva sonando.
Y hasta las ruedas
hacen su cante,
porque los ejes
van repicando.
Varal cubierto con arrayanes,
toldo con cielo de Andalucía.
Qué bien bracean mis alazanes,
que no hay carreta como la mía.
El pedazo de andaluz que llevamos los cubanos adentro seguro que se lo agradece.
…..Y no se olvidan los cuentos interminables de mi abuela, que vino a Cuba desde un pueblo cuyo nombre olvidé, pero que está en una serranía cercana a Sevilla. Me parece estar escuchando el de los tres pelos del diablo, el del frío en las montañas y los lobos acechando.
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