martes, 2 de diciembre de 2014

CADENA DE TIENDAS CARACOL.



CADENA DE TIENDAS CARACOL.

En 1994, surge la cadena de tiendas Caracol con identidad propia y una casa matriz radicada en Ciudad de La Habana y adscripta al Ministerio de Turismo. Esta cadena de tiendas se crea para dar servicio de ventas de productos al turismo extranjero y a la comunidad cubana en el exterior, incluido la compra mediante las remesas enviadas a Cuba; también podían hacer uso de estas tiendas los estudiantes extranjeros residentes en Cuba.

Caracol Operaba y desarrollaba redes de tiendas en locales propios o arrendados tanto en Cuba como en el extranjero en asociaciones, franquicias u otras modalidades, para la venta minoristas de mercancías incluyendo la oferta de otros servicios comerciales y actividades promocionales, en pesos cubanos convertibles, entonces equivalentes al dólar norteamericano.

En abril de 1997 comienzo a trabajar como Subdirector Económico de la Distribuidora de la Cadena de Tiendas Caracol. Me encuentro que mi amigo Benjamín, neófito completo en el tema económico me había dejado de herencia una verdadera "candela". La Distribuidora efectuaba los trámites de importación, transportación, almacenaje y venta a complejos comerciales de la mercancía destinada a la venta minorista. Para ello contaba con especialistas, almacenes modernos, una base de transporte y sus talleres y participaba activamente en el proceso de compra de mercancías.

El "show room", o salón de muestras de las mercancías disponibles para la venta era visitado por los especialistas comerciales de todas las dependencias del país, donde solicitaban las cantidades que le interesaran y se les abastecía centralmente. Quiere decir que de los decenas de miles de artículos disponibles siempre había uno en el show room hasta completar su venta, por lo que existía un inventario de más de 1,8 millones de pesos convertibles de los cuales existía físicamente menos del 30%.

 TIENDA CARACOL EN EL HOTEL NACIONAL DE CUBA.

Por otra parte había faltantes del orden de los casi 3 millones de pesos convertibles en múltiples partidas. Mi primer acción fue contratar una consultoría externa para que depurara esas cuentas, lo que se logró en el lapso de unos 6 meses.
La distribuidora contaba con un centro de cálculo donde diariamente se actualizaba el inventario. También se logró depurar el mismo y llegar mediante la introducción de nuevos sistemas automatizados, a un control más estricto.

Las condiciones de trabajo eran magníficas, sobre todo teniendo en cuenta en que en esos años el cubano estaba como se dice popularmente "comiéndose un cable" por lo que era bien codiciado trabajar en un lugar donde podías desayunar, almorzar abundantemente y con calidad, merendar y
hasta comer si tenías que trabajar hasta tarde. Además a los trabajadores se le vendían en moneda nacional y a precios bajos muchos artículos con fecha de vencimiento próxima. También anualmente se le vendía a los trabajadores a precio de costo mercancías por un valor de 100 dólares equivalentes a 100 pesos cubanos.

No había restricciones con insumos para el trabajo, papel, aire acondicionado, gasolina, piezas para los carros, etc. Por lo que la exigencia no podía faltar si uno tenía asegurado todo lo necesario.

También si eras comisionado a un viaje al exterior tenías una asignación para compra de ropa y calzado necesarias para el mismo, a un costo de 1 dolar x 1 peso moneda nacional.

A los 7 u 8 meses de estar en Caracol me comunica Mario Guillén que es promovido a Vicepresidente Comercial en la oficina central de la Cadena, pero una semana después me llama el Presidente, Emiliano Morales para designarme Jefe de la Unidad de Servicios Técnicos Informáticos de la Cadena (USTI).

Me alegro mucho sobre todo por dejar atrás una actividad tan compleja como la economía en un lugar con tantos recursos y con tanta gente ávida de ellos, así que asumo mis nuevas funciones con todo el odio del defenestrado jefe y sus acólitos, que en su mayoría vivían sin sudar mucho.

La USTI tenía la responsabilidad de administrar la Red Central de Caracol y su interacción con otras redes, el diseño, programación e implantación de sistemas automatizados y otros programas, la administración de la telefonía, la explotación de las Plantas de Radio con que contaba la Cadena, la instalación de alarmas en todas las dependencias y la compra de medios, equipos e insumos para todas esas tecnologías.

Rápidamente me puse en función con los especialistas y otros técnicos entre ellos algunos que yo había traído, a ordenar también la actividad, reforzando sus controles y precisando los temas que requerían la mayor prioridad, entre ellos la adquisición de recursos, la definición de un sistema automatizado integral para el control de todas las actividades y el rediseño del sistema de control de la codificación interna de los artículos para la venta o insumos.

En todo ello se trabajo a profundidad y conmunadamente con las áreas económica y comercial.

Se me comisionó viajar a México a adquirir repuestos para reactivar, en lugar de renovar, un parque de más de 200 impresoras rotas o defectuosas, así como tomar experiencia en Cadenas de tiendas de ese país. La comisión encargada de definir el Sistema Integral de Administración concluía sus laboras y elaboraba sus recomendaciones y definía el sistema SENTAI, empleado en CIMEX como el idóneo y acorde con el financiamento disponible para ello y se comenzaba a programar los ajustes y diseño
aprobados para el sistema de codificación.

Pero como la alegría en casa del pobre dura poco. Sucedió lo impensable.


Varios funcionarios gubernamentales descubrieron que José Herrera y José Royo eran los enlaces claves del momento para resolver algunos de los miles de problemas de un Estado atollado en la escasez y la incomunicación con el mundo exterior. Entre los participantes en una reunión con los citados personajes, estaba  el presidente de la Cadena de Tiendas Caracol S.A, que maneja todas las tiendas de los hoteles en  Cuba, Emiliano Morales Herrera; el presidente de Esicuba, Ramón Martínez Carrera, el licenciado José Herrera Campos, director para Europa de GMS, Financial Group,
Patricia Díaz Vilches, gerente de la división internacional del Banco Financiero Internacional.
Con todos ellos los empresarios españoles relataron un encuentro.

GFA, que fue creada en Panamá por los españoles y sería usada para canalizar el dinero hacia Caracol con el aval de Fintur, ambas entidades del gobierno de la isla. Las primeras reuniones para coordinar el plan se hicieron en la segunda mitad de 1998 en las oficinas de Caracol.
El cerebro de la operación por la parte cubana era Humberto Pérez González, presidente de Fintur, la financiera de todas las empresas turísticas del gobierno

A pesar de que existen documentos en los que aparecen los funcionarios cubanos impulsando la operación, cuando estalló el escándalo de la droga por parte de los dos españoles y con lo que Caracol solo tenía un préstamo, Fidel Castro dio su propia interpretación de cómo terminó el negocio e incineró a todos los participantes en dicha negociación, misteriosamente exceptuando a Humberto Pérez, parece que no quería hacerlo talco dos veces.

Emiliano Morales fue sustituido inmediatamente y todo se paralizó en Caracol. Después de muchos meses de investigaciones, Emiliano fue absuelto de toda culpa, pero quedó en voz de todos y ello fue el principio del fin de una empresa eficiente.

Manuel Vila Sosa quien fuera de 1982 a 1995 Ministro de Comercio Interior y experto como su compinche Lusson en destrucción de cosas que funcionan, fue designado como Presidente de Caracol S.A. Vila Sosa había vegetado los últimos años en la división de Gaviota, empresa militar para el turismo en la provincia de Holguín. La funesta decisión fue de otro militar entonces Ministro del Turismo, Osmany Cienfuegos, hermano del desaparecido Comandante, y famoso por su ineptitud, su falta de educación y sobre todo por su dipsomanía (hasta en los Consejos de Dirección del Ministerio tomaba bebidas alcohólicas) y del cual fue separado por deficiencias en el cargo.

Recuerdo que el día de mi cumpleaños, 1ro. de marzo de 1999 estaba en la tienda El Gallo de Caracol, comprando ropa para el viaje a México y ahí conocí a Vila Sosa. El mismo me dijo que no paralizaba el viaje (partía al día siguiente) pero que cualquier otra cosa que hubiera, fuera detenida.

Regresé del viaje y lo primero que hizo fue, al estilo de los escopeteros como él y lo que conté de Lussón, daba por concluido cualquier trabajo que hubiera y que todo se haría de nuevo, además me imponía dos trabajadores, para los cuales no tenía plaza, a fin de que me
ayudaran. Uno de ellos era hija de un viejo amigo militar y otro venía del ejército. Además impuso en la Cadena a los tristemente famosos "detectives" que se encargaban de vigilar a todos y a todo, sobre todo para ver que se podían robar.


La definición del sistema integral de administración, colegiado con todos los factores de Caracol fue suspendido a partir de que trajo al nuevo director de Informática del Ministerio de Turismo, proveniente de las FAR y que argumentó que el sistema SENTAI era un sistema con el "corazón negro" porque no estaba soportado en Windows, a pesar de su exitosa aplicación en la Corporación CIMEX.  Increiblemente este individuo, todavía con las charreteras, no conocía Unix, un sistema operativo portable, multitarea y multiusuario  con un altísimo grado de seguridad y empleado en soportar prestigiosos sistemas como Solaris de Sun Microsystems, AIX de IBM, HP-UX de Hewleet Packard, IRIX de Silicon Graphics, y Mac OSX entre otros.

Impuso en su lugar a un sistema mexicano que después sería tristemente famoso por su introducción en la corporación Copextel con resultados desastrosos. Pero seguro que los vendedores de ese sistema daban jugosas comisiones y el SENTAI sólo conocimientos y eficiencia.

Con el sistema de codificación ocurrió lo mismo y con el espionaje la cosa se tornaba bien fea. La supuesta especialista que trajo todos los días iba a rendirle un parte a las 7 de la mañana.

Pero lo peor fue su descaro con las jugosas comisiones. Antes que todo lo anterior me preguntó cuánto había de presupuesto para equipamiento y qué hacía falta. Le respondí que 300 mil dólares y le entregué un listado de las necesidades, el cual me respondió sin revisar (supongo que aquello estaría en chino o en árabe para él) y me indicó que fuera a ver a determinado personaje de una empresa cuyo nombre no recuerdo, y propiedad de un Mexicano de Monterrey y el cual me indicó que el tema lo iba a atender Aldito, que resultó ser hijo de un personaje que fue Viceministro cuando Vila Sosa ocupó la cartera, al igual que ocurrió con Emiliano Morales, lo que pasa es que este último no era su incondicional.

A los pocos días Aldito me hace la propuesta y con mis especialistas hacemos un análisis de calidad-precio, desechando los artículos similares que se podían obtener más baratos con otros proveedores, haciendo salvedad de la mala calidad de otros y en fin haciendo una evaluación para que el presupuesto rindiera lo más posible.

La respuesta del flamante Presidente fue: "no te di esta indicación para que lo evaluaras, sino para que lo compraras a esa empresa". Por supuesto así se lo hice saber al Comercial, al Económico y al Partido, todos los cuales estuvieron en desacuerdo con la decisión, pero al final se hizo lo que él quería.

Pocos días después recibí una invitación del propietario de la firma y este me invitó a almorzar en el restaurante El Palenque y me regaló una botella de tequila. El y Aldito conversaban a ratos de deudas de otras empresas y del buen negocio que habían hecho con Caracol y todo ello regado con abundante cerveza. Varias cervezas más tarde, y casi en la despedida, el mexicano soltó una frase que acabó conmigo pues hubiera deseado no escucharla. Dijo: "Dile a Vila que ya tiene lo de él en su cuenta".

No hay que ser muy inteligente para entender de que se trataba. Sumado a eso Vila Sosa se había confrontado con Manolito, Jefe de Compras de la Cadena porque imponiendo su autoridad había decidido una compra de más de 2 millones de dólares en ropa y zapatos que según los especialistas era una mala oferta porque tendría poca salida. Manolito sufrió un infarto y murió, la cadena quedó endeudada con artículos que no se vendían y Vila Sosa se embolsó otra comisión.
  EN CUBA LOS GRANDES CORRUPTOS COMO EL DELINCUENTE TOTAL DE VILA SOSA
  QUEDAN IMPUNES.

Es conocido internacionalmente que Manuel Vila Sosa. Presidente de Caracol, después de Rumbos S.A.  y Ex ministro de Comercio Interior durante muchos años, estuvo percibiendo comisiones fundamentales de suministradores de México y de Argentina y tiene cuentas en el exterior por alrededor de 5 millones de dólares. No una sóla fuente, muchas lo han publicado y conocerlo en Cuba, era un pecado mortal.

A partir de ese momento, las normales relaciones entre Vila Sosa y yo se fueron deteriorando porque se mostraba agresivo conmigo y me exigía imposibles. Comenzaron los cuadros a irse de Caracol: Alfaro, director Económico desde la fundación de Caracol renunció, Mario Guillén se jubiló y se dedicó a atender los negocios familiares, la disquera Ahinamá,  y fue notorio el encuentro con Jesús Cura.

Cura y yo nos conocimos en el año 1962 en la Escuela de Artes Gráficas de Guanabacoa. Juntos entramos a la UJC y el continuó el trabajo político, llegando a ser Secretario Municipal del Partido en La Habana Vieja, donde nos encontramos en los años 80. Hacía varios años era el Administrador de la casa Matriz de  Caracol, consistente en 6 o 7 edificios de 2 pisos en la misma esquina de 1ra y 20 en Miramar, así como una casa de Visitas para sus empleados del interior del país sita en Santa María del Mar.

Pues una de las primeras decisiones de Vila Sosa fue desalojar una de las "casitas", precisamente una que se encontraba al final, y reubicar a sus trabajadores en otras, para poder disponer de ese inmueble con "casa de visita exclusiva" para sus compinches de Gaviota en Holguín, los que se destacaban por tener estancia gratis en la Habana con abundante comida y bebida y sin tener relación alguna con la
gestión de Caracol.

Cura se lleva un aire acondicionado dado de baja para arreglarlo para su uso personal y Vila, aupado por las intrigas del detective, lo llama a contar. Cura le responde que sí, que se llevó el equipo el cual esta roto, ante lo cual es amenazado. Cura entonces le precisa que él no gasta 2000 dólares mensuales en fumar tabacos Cohiba como hace Vila y tampoco invita a sus socios a comelatas y borracheras y le hace saber la abultada cifra dedicada a esos asuntos extralaborales, así como los exagerados consumos de combustible que incluían a un carro de un hijo de Vila.. Ahí se quedó el asunto, sin embargo, sabiamente Cura es otros de los que se retira de Caracol.

La persecución llega a su climax a partir de que uno de los programadores, el mejor de los que trabajan conmigo, va de visita a Ecuador a ver a su hermano y se quedó en ese país. Soy acusado de culpable y decido irme de Caracol. Me entrevisto con el personaje de la contrainteligencia que atiende Caracol y le explico lo que ha pasado con Vila Sosa, su corrupción y le doy detalle de todas sus comisiones.

Fue peor el remedio que la enfermedad.


 Ya meses antes había estado gestionando otros trabajos y los tenía bien focalizados y solamente esperando un momento como el que se propició. Vila trata de impedir a través del Partido mi salida y no tiene éxito, por lo que me voy por mi decisión personal sin otro impedimento. Después persigue a los técnicos con mayor afinidad a mí, los cuales también de van de Caracol. Mis más cercanos, Pedro, el especialista en cajas registradoras, se va para CIMEX y Horacio, mi brazo derecho, se va para Bélgica.

Acorralado.

Mis primeros pasos son ir a Copextel, donde estaba siendo procesado como Director de una empresa que iban a crear dedicada a las tarjetas magnéticas y control de peajes. Me comunican que el proceso de cuadros está concluido y que me presentara unos días después. En la nueva entrevista me dicen que no tengo ningún impedimento pero que no puedo trabajar en Copextel y no me pueden dar explicación. Yo la obtuve enseguida, Sordo el director de Copextel, era militar y amigo personal de Vila Sosa. El Vicepresidente de Copextel que gestionó mi entrada en esa Corporación me recomendó que dejara las cosas así, que no podía explicarme.

Voy a una segunda opción, donde apenas había comenzado trámites y me niegan cualquier posibilidad. Entonces me llama Alfaro, el ex director económico de Caracol que a la sazón era Asesor del Director de una empresa de Cubanacán, otra corporación importante del turismo, la cual atendía todos los Hoteles con administración Mixta. Ahi me propone que vaya a ver a la
Directora del Hotel Parque Central, el entonces recién construído, en Neptuno, justo frente al Parque Central, Hotel 5 estrellas administrado por la Cadena holandesa Golden Tulip.

Me explica la Directora, de origen francés, que hay 4 aspirantes y yo sería el quinto y que debía someterme a varios test, uno de matemáticas, otro de habilidad mecánica, otro de lógica, otro de cultura general y otro de inglés. Paso exitosamente las pruebas y soy citado alrededor de un mes después de tener la primera entrevista, a primera hora de la mañana. A las 8 de la mañana en punto la Directora nos presenta al Vicepresidente de la Golden Tulip, Grupo de hoteles de lujo con presencia en todos los continentes, el cual se entrevista con cada uno de los aspirantes. El primero fuí yo y la conversación se desarrolló toda en inglés. Me interrogó acerca de mis estudios, experiencia laboral, experiencia en el turismo y experiencia hotelera, vida personal, y otros temas

Al concluir casi una hora después me pidió me fuera al bar, tomara lo que quisiera y que me invitaba a almorzar. Bien nervioso vi, como el segundo, el tercero, el cuarto y el quinto oponentes salían de la entrevista bien rápido y salían del hotel.
Alrededor de las once, el personaje me pasa la mano por el hombro, me lleva a almorzar y me dice que yo soy el elegido, que tendría que pasar un entrenamiento de unos 6 meses en varios hoteles del grupo en Holanda e Inglaterra. Salgo bien contento y en espera de la decisión de la parte cubana, que suponía no tendría reparos.
                                                       HOTEL PARQUE CENTRAL.

Tenía a Alfaro medio loco, todos los días lo llamaba, hasta que me citó para verlo. Me entrevisté con el Director de la empresa de Hoteles Mixtos y este me explicó que no sabía que pasaba pero que había una mano que vetaba mi selección y que ellos pedían explicación y no se la daban. Me sentí acorralado por haber desenmascarado a un delincuente como Vila Sosa, el cual por azares de la vida, volví a ver muchos años después en el ICRT visitando a Ernesto López otro militar como él del que hablaré en su momento e intentó saludarme y yo le hice un gesto obsceno, aunque me hubiera gustado ahorcarlo, pero la vida le ha cobrado algo de su maldad, está paralizado de una pierna y un brazo. Los delincuentes como él se escudan en su "lealtad" a la revolución para hacer el  mal.

Tampoco puedo olvidar que poco tiempo después que me fui de Caracol, Vila Sosa fue asignado a dirigir la Empresa Rumbos, de restaurantes y recreación y la cual terminó hasta peor que Caracol, pues fue desintegrada por la ineficiencia en que cayó. Antes de dejar Caracol dio un misterioso viaje a Ginebra para obtener un préstamo. Viajó en Primera y su acompañante fue el defenestrado y aparentemente delator de las situaciones que ocurrieron en Caracol, Humberto Pérez.

Para no dejar de hacer mal, el pobre Benjamín, entonces jefe comercial de Rumbos en La Habana, sufrió un infarto y murió también por los disgustos derivados de  problemas con Vila Sosa, que yo conozca acabó con dos empresas, indirectamente mató a dos hombres y muchos otros como yo sufrieron su intriga y tuvieron que dejar un buen trabajo.

El Grupo Empresarial Comercial Caracol se fundó en noviembre del 2004 como resultado de la unión de dos cadenas de tiendas, Caracol y Universo, ambas pertenecientes al Ministerio del Turismo,  y con un mismo objeto social: realizar ventas minoristas dirigidas al sector turístico.  Al final se mantuvo el nombre de Caracol pero solamente eso, la dirección completa era de Universo porque el coronel Vila destruyó una empresa altamente rentable y la desmembró de sus principales jefes.

No me quedaba otra opción que buscar algo aunque fuera desconocido y me encaminé a otra corporación que al igual que Cubanacán pasó a mejor vida: la poderosa Cubalse, que tenía una agencia empleadora para dirigentes y otra para trabajadores en general. Me dirigí a la primera, pero esa es otra historia.















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