jueves, 17 de abril de 2014

EL PREMIO, LA UNION DE EMPRESAS DEL VIDRIO Y MINBAS.


MINISTERIO DE LA INDUSTRIA BASICA.

EL PREMIO, LA UNION DE EMPRESAS DEL VIDRIO Y MINBAS.

Una vez graduado me incorporé al Combinado del Vidrio. Inmediatamente me nombraron Jefe del Departamento de Organización del Trabajo y los Salarios, flamante cargo recién creado a tenor con los cambios que se producían en el país.

Se crea la Comisión Nacional de Implantación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), para llevar adelante la nueva política económica fijada por el primer congreso del partido. Se inauguran los cursos de la Escuela Nacional de Dirección de la Economía, se imponen los precios y tarifas y empieza el ascenso del economista preparado en la Unión Soviética, Humberto Pérez, quien diserta sobre «relaciones monetario-mercantiles y autofinanciamiento», palabras inusuales hasta ese momento, acuérdense que en Cuba en la llamada "lucha contra el burocratismo", se destruyó todo lo que tuviera que ver con controles y contabilidad. Se crea por el Banco Nacional restructurado, la Comisión Nacional del Plan Caja y se trabaja por la recuperación de los controles económico-financieros.

La estrategia de industrialización desplegada con cambio de matriz tecnológica, que en buen cubano significa montar plantas y más plantas fabriles ya obsoletas de diseño soviético o del este de Europa (como era el caso del Combinado del Vidrio), toma forma de tareas de choque y Cuba y la Unión Soviética firman el protocolo comercial más importante en la historia de sus relaciones económicas.

En el campo, las cooperativas de principios de la revolución van languideciendo hasta quedar en unas pocas bajo el empuje de planes integrales, especializados, dirigidos y subordinados al Ministerio de la Agricultura a los que se les asignaban todos los recursos aunque no tuvieran resultados. Sobreviven las cooperativas de créditos y servicios en medio de la creciente desruralización, situación que no tiene marcha atrás y que dura hasta nuestros días. El cooperativismo comenzó a reanimarse a costa del subsidio soviético y se formaron nuevas Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA). Hacia 1987 una tercera parte del campesinado, con casi la mitad de las tierras del sector, estaría colectivizada. Después vendrían otros inventos en la agricultura pero de ese tema que no conozco mucho no voy a hablar. Lo único que se puede decir es que la producción agrícola está sustentada casi exclusivamente en el sector privado, el estatal es completamente ineficiente, eso lo sabe todo el mundo pero el cuartico sigue igualito.


OFICINAS DE JUCEPLAN, HOY MINISTERIO DE ECONOMIA Y ANTES RENTA DE LA LOTERIA.

Tras lograrse en 1978 la segunda mayor zafra de la historia: 7.3 millones de toneladas de azúcar, Humberto Pérez se consagra como ministro-presidente de la Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) y en la plenaria nacional de chequeo de la implantación del SDPE es designado vicepresidente del Consejo de Ministros. Se dice que hubo crecimiento sostenido entre 1975 y 1985 a un promedio de 6.7%, pero hacia hacia 1982 el país tiene que renegociar en París la deuda externa con países acreedores de Occidente.

Sin embargo no hay dudas de que en esos años el país entró en los caminos del crecimiento económico y el pueblo comenzó a apreciar las mejoras. No se si fue resultado de estas medidas, de los gigantescos subsidios de la Unión Soviética o la combinación de ambos, el hecho es de que fue realmente una bocanada de aire fresco para la deteriorada situación económica y estimuló a que la gente trabajara más y mejor.

Una prueba de ello fueron las ventas liberadas, la aparición de alimentos que hacía años el pueblo no tenía acceso a ellos con la creación del mercado Centro y la posibilidad de adquirir equipos electrodomésticos y muebles sin tener que acumular méritos laborales. Recuerdo comprar, como una cosa extraña, un pomo de aceitunas y llegar a mi casa con el gran anhelo que de a mis hijos le gustaran. ¡Que decepción! Las probaron y dijeron que estaban podridas, era un sabor desconocido para ellos, pero hoy en día ven las aceitunas como una delicia.


ANTIGUA TIENDA SEARS, DESPUES MERCADO CENTRO.

Tenía por delante un reto importante, lograr que los salarios se correspondieran con lo que aporta cada trabajador, principio básico de la organización del trabajo, que no era un invento socialista ni cubano: la Escuela de la administración científica del trabajo fue iniciada a comienzo del siglo XX por el ingeniero norteamericano Frederick Taylor, a quien se le considera fundador de lo moderna organización del trabajo. Taylor tuvo innumerables seguidores (como Gantt, Gilbreth, Emerson, Ford, y otros), y provocó una verdadera revolución en el pensamiento administrativo en el mundo empresarial de su época y mantiene su vigencia en muchas cuestiones en un mundo tan diferente como el de hoy. Mucha gente erróneamente confundió este proceso científico con la normación del trabajo, cuando esta es solamente una parte de ella y no la más importante.

Lo que se buscaba es que se garantizara que la productividad del trabajo creciera en mayor proporción que el crecimiento del salario medio a nivel social. Pero en mi ámbito de acción eso no dependía solamente de mi gestión, sino también del grado de organización que tuviera la producción. Ahí tropecé con las primeras piedras: los jefes de los talleres.

Los jefes de talleres, personajes muy poderosos en el Combinado del Vidrio tenían por término medio la característica de ser buenos trabajadores, entrenados todos en Hungría y semianalfabetos tanto educacional como mentalmente. Era muy difícil de convencerlos de los cambios que había que hacer y al final no los convencía, los vencía porque el consejo de producción, en el cual había un grupo no muy grande pero si selecto de ingenieros avezados, me daban la razón. Así en alguna medida me fui ganando la mala voluntad de algunos de ellos, pero eso no me importaba.


MAESTROS SOPLADORES DE VIDRIO.

Se logró, a partir de estudios con cierto grado de cientificidad, para lo cual contaba con un grupo de especialistas, entre ellos uno empírico pero de mucha experiencia llamado Cossío del cual hablaré, y otros con bastante agilidad para detectar los problemas y buscarles soluciones, que en un momento en que no se producía ningún incremento salarial si no se había cumplido la premisa de que la empresa presentara al Ministerio de la Industria Básica y al Ministerio del Trabajo un proyecto de Organización Científica del Trabajo (casi una tesis de doctorado) que cumpliera las premisas de incrementar la productividad más que el aumento del salario medio y fuera aprobado por ambas instancias, se autorizaran pagos especiales a los maestros vidrieros, a los albañiles reverberistas y a todos los trabajadores que laborasen en horarios entre las 7 de la noche y las 7 de la mañana. Ya eso fue como enseñarle una chambelona a un niño, la gente vió que algo mejor podía salir de organizar bien la producción y el trabajo.

El proyecto de OCT era laborioso, complejo, de muchos detalles, en los que tenían que intervenir todas las partes que componían una empresa tan compleja y de tan diversos procesos. Encontré por supuesto la mayor cooperación donde estaban los "sesudos", o sea, las áreas de economía y la técnica. Las de producción, administración y servicios nunca sabían o no tenían a nadie que pudiera ocuparse de brindarnos apoyo e información. A lo mejor no saboteaban la tarea pero no les importaba en lo absoluto porque podía representar cambios en su forma de trabajo, el relajo es mejor que el orden.

Al final todo se hizo sobre la base de la imposición, el administrador, un tipo inolvidable Francisco Morales Bello, una bella persona como decía su apellido, les decía: para que nos suban el salario a todos hay que presentar un proyecto de OCT con todas las de la ley; si alguien no quiere que le suban el salario que me lo diga para sustituirlo y traer otro que sí tenga interés y se ponga en función de la organización del trabajo. Y en esos momentos el administrador era a su vez el secretario del Partido así que era santa palabra.

Como un parto doloroso, se culminó más de un año después el mentado proyecto y fue aprobado en su primera presentación, sin enmiendas y con poquísimas recomendaciones. Así que estábamos en condiciones de entrar en dos fases importantes: la reforma salarial y el premio. Para el premio también había que presentar un proyecto de la utilización de sus fondos, pero eso era mucho más concreto y sencillo.


PRIMER TRABAJO DE COSSIO EN NEW YORK

Pero vamos a hablar de Cossío, era una persona ya de cerca de 55 años el cual era una calculadora humana, hacía en el aire multiplicaciones y divisiones de varias cifras y tenía un razonamiento para enfrentar los problemas, que en aquellos momentos me parecía un poco estrecho, pero que hoy en día veo que tenía mucha lógica: decía que todo se resolvía con regla de tres.

La regla de tres es una forma de resolver problemas de proporcionalidad entre tres o más valores conocidos y una incógnita. En ella se establece una relación de linealidad o proporcionalidad entre los valores involucrados. La regla de tres más conocida es la regla de tres simple directa, es de sencillo manejo y puede utilizarse para la resolución de problemas cotidianos de manera efectiva y rápida. No tengo duda alguna de que funciona en casi cualquier cosa, remítase a la prueba en cualquier situación.

A Cossío cuando joven, su padre lo había enviado a una universidad en New York a estudiar. Estuvo bien un par de años hasta que se cansó de estudiar (otro hijo bobo estudiando en el norte), dejó la universidad y se fue a buscar trabajo. Llegó a un bar que frecuentaba y cuyo dueño era un cubano que vivía allá desde los años 20 y le pidió trabajo. Inmediatamente le asignó un trabajo poco común. En New York (no se si en otros estados o en toda la Unión o si existe actualmente) existía una legislación que obligaba a los centros gastronómicos y hoteles a destruir todos los envases de vidrio una vez utilizados, así que el trabajo de Cossío era ir a un depósito sin ventanas y una sola puerta, ponerse unos espejuelos protectores y unos guantes y lanzar contra las paredes botellas de cerveza, whisky, refrescos, agua mineral, en fin todos los envases de vidrio y atender a la persona que recogía esos desechos.

La ley propiciaba que las fábricas de vidrio no tuvieran ninguna limitante en su producción. No se recuperaba ningún vidrio para reciclar ni envases ni vidrio roto. Ahi estuvo un tiempo hasta que consiguió trabajo en un hotel y no recuerdo más de sus aventuras que fueron bastantes y regresó a Cuba a finales de los 50, después de más de 10 años viviendo allá.

Por supuesto que de sus vivencias y de su agilidad en la detección de problemas y la proyección de su solución aprendí muchísimo. También logré incorporar a mi colectivo a dos ingenieros recién graduados Alejandro Chanfrau y Jorge Barrera, que después me seguirían en mis aventuras laborales, así como al hijo de un compañero del periódico Revolución conocido por "Risa" porque siempre estaba riéndose.

Eduardo Alvarez, "El negro" como lo llamábamos porque era negro como un tizón y que había estudiado en la Unión Soviética en una academia militar, donde había causado baja, tenía el alma bien blanca, fue de los puntales que tuve como Jefe de Salarios, al igual que a Elio Revilla en cualquier tipo de tarea, era el apagafuegos. No se por qué para los mítines y actos seleccionaban al negro para que andara tocando una tumbadora por los pasillos y escaleras, porque el se ponía bravísimo porque no le gustaba la tumbadora ni la música de negros, era rockero.

De Risa también tengo que hablar. En el periódico Granma, estando trabajando allá entonces, estaban haciendo la selección de personas para integrar el partido, es decir seleccionando a los que serían posibles militantes del PCC. Risa era una gente muy popular y entusiasta así que enseguida lo propusieron. Risa, con la sonrisa en la boca, como siempre, dijo: lo siento mucho pero yo soy brujero, santero, espiritista y católico y no puedo ser militante del partido. !Se la comió¡ Por supuesto fue desechada la propuesta y Risa en realidad no creía en nada, pero no quería que lo embarcaran.


EN LA BODA DE ELIO, AL FONDO EL NEGRO HACIENDOSE EL GRACIOSO.

EN LA BODA DE ELIO ATACANDO AL NOVIO.

Había otro personaje intrigante y miserable que por su posición política aspiraba a ser nombrada en el cargo que yo ostentaba, pero no tenía el mínimo conocimiento técnico que se requería. Era un tipo flaco, dienzudo y raquítico apellidado Sellés. Entró a trabajar otro técnico, con bastante experiencia pero recién "tronado" vocablo perfectamente familiar para los residentes en Cuba. Algunos argumentan que proviene de destronar y otros de trueno. Y los últimos están confundiendo trueno por relámpago, o rayo, que creo yo que es peor. En la cabeza lo que te cae es un rayo, un relámpago, una descarga eléctrica, pero no un trueno, que al final es sólo sonido de la onda de choque del rayo.

En fin lo habían tronado por causa de su voracidad para trepar posiciones.
Sellés y el personaje cuyo nombre no recuerdo, empezaron a probar fuerzas y se cogieron mutuamente mala voluntad. Un buen día veo que el último tiene cogido por el cuello a Sellés y levantado del piso, casi se le salían los ojos de las órbitas. Me hubiera gustado, sinceramente, que lo ahorcara, pero no podía permitir eso, ahí los separé pero los ánimos no se calmaban, y era que Sellés le había cogido el maletín, lo había llevado al baño y había hecho sus necesidades dentro del mismo. ¿Como supo que había sido Sellés? Muy sencillo, eran como unas cagarrutas de chivo, unas bolitas y el famoso en el combinado por hacer la caca de esa manera, por su flaquencia y mala alimentación era solamente Sellés. Era estreñido mental y físicamente.

La oportunidad la pintan calva, ahí mismo los sancioné a los dos, a Sellés con más saña pues sabía sus intrigas en mi contra y aquello fue ejemplarizante, aunque siempre sabía que sobre todo Sellés esperaba su momento.

Y llegó la felicidad, se subieron los salarios, sobre todo a los dirigentes y vino el momento de los resultados anuales y la creación del Fondo de Medidas Socioculturales, más conocido por "el Premio". El premio consistía en que a partir de los indicadores económicos y de eficiencia y del fondo de salario de la empresa, se creaba un fondo cuyo 70% se distribuía a todos los trabajadores proporcionalmente al salario devengado durante el año y el 30% restante estaba destinado a medidas sociales, como fiestas, estímulos a trabajadores destacados, excursiones y otros.

Había en el Combinado del Vidrio un local en el segundo piso del edificio que ocupaba la dirección de la Empresa, llamado Salón de Protocolo. Allí estaban en vitrinas a lo ancho y alto de las paredes una muestra de todos los productos que históricamente se habían producido. Reconocimientos, diplomas, galardones, y otras cosas de interés. Hasta había una hoja de las que se colocan en la entrada para los visitantes, que no recuerdo ahora que personaje destacado escribió en lugar de su nombre algo así como: "Aquí estuvo inspeccionando esta mierda el General Fulgencio Batista y Zaldivar..." Solamente se dieron cuenta porque el personaje llamó a Morales y ambos se echaron a reír. Es un milagro que un día no sacaran por la puerta las chimeneas del Combinado. Y el jefe de seguridad de la Empresa, un animal con ropa que se creía policía, fue objeto de burla por parte de todo el mundo.


NO ES EL SALON DE PROTOCOLO DEL COMBINADO PERO SE PARECE MUCHO.

Pues ese salón destinado a actos solemnes y recibimiento de visitas fue el destinado para que el personal del Departamento de OTS, que tenía por delante la trabajosa tarea de calcular el premio a recibir por cada trabajador en un tiempo muy corto, pudiera trabajar sin interrupción de ningún tipo, con todas las atenciones, alimentación, meriendas, café, en fin lo que fuera necesario. El trabajo se desarrolló ininterrumpidamente desde las 7 de la mañana cuando comenzaba la jornada laboral hasta casi la medianoche. Las únicas interrupciones eran para hacer las necesidades, y a ese ritmo en 3 semanas sin descansar un día se pudo efectuar la distribución.

Recuérdese que eran alrededor de 2500 trabajadores, todos los que hubieran trabajado al menos 3 meses tenían derecho al premio y este había que calcularlo sobre la base de un coeficiente que reflejara el aporte, por su participación dentro de la ejecución del fondo de salario, al fondo de estímulo creado. A esto hay que sumarle las deducciones por algún tipo de sanción, lo que dejaba de ejecutarse e iba a incrementar el Fondo para medidas socioculturales. Se dice fácil pero todo tenía que cuadrar hasta el último centavo y se repartía más de tres millones de pesos.

Fíjense si aquello me lo aprendí bien, además de haberlo ejecutado tres veces, que ese tema fue el de mi tesis de grado como Ingeniero Industrial. En el tribunal y en la CUJAE nadie sabía ni papa de aquello. Ello ratificó la validez de la cita de Albert Einstein: "La única fuente del conocimiento es la experiencia". Y esa experiencia no la tenía ningun profesor de la CUJAE.

Ese primer año que se repartió el Premio fue toda una fiesta. El máximo a devengar era de tres meses de salario y muchos trabajadores lo alcanzaron. Hay que destacar que en ese tiempo el peso cubano tenía valor, así que era un ingreso considerable. Siempre estaban los inconformes, pero las tres veces que se repartió el premio se trabajó de igual forma y siempre fue satisfactorio el resultado.


MINISTERIO DE TRANSPORTE. MENOS MAL QUE DEJO EN PIE EL EDIFICIO.

Pero llega el año 80 y la sustitución de Antonio Enrique Lussón Battle como Ministro de Transporte después de 10 años en ese cargo. Meses después (parece que no había donde ubicarlo) se efectúa una reunión en el Salón de Protocolo con la presencia del Ministro Joel Domenech, para presentar al nuevo director de la Empresa, el compañero Lussón, comandante de la sierra Maestra, etcétera...
Francisco Morales Bello es felicitado por su gran tarea al convertir al Combinado en una de las empresas más productivas y prósperas del Ministerio de la Industria Básica y lo ubican en una Empresa Papelera que tiene muchos problemas. El premio por los resultados de su trabajo fue ponerlo a pasar trabajo nuevamente.

Lussón parece que todavía no se había dado cuenta de que él ya no era Ministro, trajo a su esposa-secretaria y reubicaron en otro cargo a la secretaria de la dirección y jefa de despacho con experiencia de años. Trajo a su chofer-guardaespaldas y su auto Ford Falcón (una exclusividad en Cuba entonces) equipado con un potente motor de Alfa Romeo, del que hacían alarde abriendo el capó y mostrando lo que había adentro. Y lo peor que trajo fueron sus ineficiencias y costumbres.

Como todo se sabe, aparte de sus incapacidades y errores, se supo el porqué de la democión: Blas Roca, líder de los comunistas cubanos, vivía en una grande y hermosa casa en el reparto Nuevo Vedado, con una piscina a la que tenían acceso todos los muchachos del barrio. Al enfermarse, pide le ubiquen en un lugar más tranquilo preferentemente campestre y por sus influencias le asignan la casa al Comandante Lussón. Por supuesto que ningún muchacho volvió a bañarse en la piscina, le ubicaron (no es exageración, lo oí de su propia boca) dieciséis equipos de aire acondicionado y por supuesto, estas desviaciones ideológicas, sumadas a sus resultados pésimos en la dirección del transporte del país, provocaron su caída. Y no voy a hablar de su vagón especial de tren (solamente lo tienen los presidentes de algunos países) porque ya sería demasiado.


O LE SABIA UN MUNDO A LAS OVEJAS O ESTABA OBSESIONADOCON ELLAS.

Pero en su fuero interno, Lussón se creía muy emprendedor y quería manejar al Combinado como a un Ministerio. Un día me llamó para hacerle un contrato a unos trabajadores que él traía para construir una cerca perimetral en un área de la Empresa donde se botaban los refractarios y el vidrio que no era reutilizable. Al preguntarle para qué, me dijo que era para criar ovejos (como le dicen en la zona oriental del país a los carneros) y que por el trabajo de levantar la cerca se pagarían 5000 pesos. Por supuesto yo y mi equipo éramos bien profesionales calculado el tiempo y el costo de un trabajo determinado y lo que determinamos es que el pago ascendía a 1875 pesos.

Le entregué el estudio a Lussón y éste me dijo que ya él tenía un compromiso con esos trabajadores y le respondí que firmara el contrato él porque eso estaba sobredimensionado y yo no tenía compromiso más que con mi familia. Ahí no paró, entonces me pidió no recuerdo cuántos miles de pesos del Fondo de Medidas Socioculturales para comprar 500 "ovejos". Le expliqué que ese fondo era mancomunado y se gastaba de común acuerdo y según un plan, con el buró sindical y que ellos debían dar su aprobación. Había un personaje, Rebollida, secretario sindical que se las traía y se negó rotundamente. Intervino el Partido y nada, negativa rotunda.

La solución de Lussón ante estos casos y su frenética obsesión con los "ovejos" databa de sus tiempos antes de ser guerrillero, cuando se dedicaba a transportar esos animales en un camión, pero Comandante del Ejército Rebelde al fin, solucionó el caso pidiendo préstamos a distintas instituciones financieras o bancos, realmente no se, pero ejecutó y pagó 5000 pesos por la cerca, compró no sé cuántos "ovejos" y además instaló un equipamiento completamente nuevo para el comedor y la cocina, incluyendo una pizzería, todo lo cual salió igualmente de los préstamos. Cuando Lussón fue sustituido, meses después, lo que le cayó al Combinado del Vidro de auditorías fue un aluvión y se necesitaron millares de papeles para reportar las violaciones, infracciones y otras cosas fuera de lo establecido, pero todo cayó en el saco roto como siempre ocurre cuando el culpable es intocable.

Los ovejos desaparecieron, la cerca hubo que derribarla pues impedía el paso de los camiones para volcar los desechos de la producción y casi todos los equipos comprados para la cocina gigante y pizzería fueron feneciendo, algunos ni trabajaron debidamente nunca. Lo único que perduró fue la deuda gigantesca de la empresa por tantos disparates y los resultados negativos de las auditorías pidiendo sangre para los "rebullones", como en Doña Barbara de Rómulo Gallegos, donde un bobo de nombre Juan Primito que trabaja para la Doña alimentaba unos pájaros imaginarios (los rebullones) para saciar la sed de los malos espíritus.
No sería para los rebullones pero era para pájaros de mal augurio como el que afortunadamente ya no estaba en el Combinado.


EL MENU DE LUSSON. BUENO NO EL SUYO, SINO EL DE LOS TRABAJADORES.

No quiero ni seguir atiborrando al lector con las barrabasadas que hizo, sólo que su actuar ocasionó también numerosos problemas en las relaciones entre los dirigentes y él y entre los mismos cuadros de dirección, porque ese era el momento de los oportunistas, como el jefe de producción Reinaldo Fernández, cuyo nombre coincidía con el del Departamento Técnico. Ambos eran ingenieros químicos, el primero un oportunista de marca mayor y el segundo, Reinaldo el negro una persona decentísima (paradojas del destino). Algunos cuadros vieron el deterioro que se le avecinaba al Combinado y pusieron pies en polvorosa. Yo tomé vacaciones y después un certificado médico. Por esta y otras razones de índole personal tuve una crisis de una enfermedad que realmente me molestaba poco, la psoriasis, pero el estrés que tenía me estaba afectando mucho.

Cuando regresé al trabajo lo primero que hice antes de llegar a mi oficina fue ir a la de Lussón para comunicarle que me trasladaba para la Empresa de Hoteles de Lujo de La Habana (empresa que entonces atendía los hoteles Habana Libre, Riviera, Capri y Nacional). Este me dijo que sabía que me trasladaba por causa de él pero que ya había sido asignado para reincorporarse al ejército y se iba para Angola, que no me fuera, que apoyara a su sustituto, etcétera. Por otras razones incluyendo el que ya estaba en los finales de mi carrera de Ingeniería, no me trasladé, y además porque ya se avizoraban grandes cambios en el Ministerio de la Industria Básica, como así fue, poco tiempo después se creó la Unión de Empresas del Vidrio.


PASION POR LA EXCELENCIA.

Ello formaba parte de la estrategia del nuevo ministro, Marcos Portal, ingeniero avispado y con mucha visión, que al margen de su relación familiar con la familia Castro, había dado muestras de su valía como ingeniero y después como Director de la Empresa de Fertilizantes de Nuevitas. Marcos Portal incorporó a un Ministerio de primera en organización y resultados, las nuevas estrategias de dirección. Imprimió, distribuyó y propició el estudio del libro "Pasión por la Excelencia" de Nancy Austen y Tom Peters y que algunos veían como una especie de herejía.

Entre sus medidas racionalizadoras estaba la creación de Uniones de Empresa en cada rama del ministerio, o sea, electricidad, minería y geología, petróleo, vidrio, fertilizantes, papel, pintura, goma y níquel. Se creó entonces la Unión de Empresas del Vidrio y en la selección de cuadros para ella estuve yo.

El vidrio tenía tres grandes empresas en Cuba, el Combinado del Vidrio, la Orlando Cuéllar (antigua Owens-Illinois en San José de las Lajas, de la que ya hablé y a la que se la había adicionado un taller de vidrio plano de tecnología polaca, que al igual que las del combinado era obsoleta, el vidrio que salía no era completamente traslúcido y tenía ondulaciones, por lo que era de calidad de segunda o tercera si la hay y no servia para espejos ni ventanales elegantes. En esa empresa estaba la mayor experiencia de producción de vidrio en el país, aunque sus sistemas organizativos no estaban a la altura del Combinado, pero si había una inalterable organización de la producción que no había cambiado desde su fundación.

La otra fue una inversión creada con la Unión, por cierto la cual era dirigida por el Ingeniero Ipiña que se nucleó de los mejores técnicos y especialistas que había en la rama. Esta inversión ya se proyectaba desde años antes: la Fábrica de Vidrio Las Tunas, en esa ciudad, con el objetivo de abastecer a las provincias orientales de envases de vidrio y producir para la exportación para países tales como Nicaragua y Jamaica.


EL CERRO DE CAISIMU. DE VIDRIO LAS TUNAS NO HAY NINGUNA IMAGEN DISPONIBLE.

Ya he hablado de alguna forma de Vidrio Las Tunas cuando toqué el tema de los carnavales en esa provincia y la indisciplina de sus trabajadores anteponiendo la fiesta y el ron antes que el trabajo. Vidrio Las Tunas como expliqué tenía la tecnología de máquinas de soplado para la fabricación de envases más moderna de entonces, de procedencia belga y muchos de sus jefes y operarios principales fueron entrenados por meses entre San José y Bélgica. Tenía dos líneas de producción, todo automatizado y gigantescos hornos de 120 toneladas uno y 140 el otro, sistema de control de la calidad automatizado y gran ahorro por el envasado en cartón y plástico.

Dificultades aparte de la influencia de los carnavales en la psiquis de los tuneros (no creo que sea solo los carnavales, sino también el ron, el único lugar donde he visto a dos mujeres en un parque sentadas tomándose una botella de ron a pico es en Las Tunas), la lejanía de sus fuentes de abastecimiento (un tren demoraba dos días para traer desde Pinar del Río la Arena Sílice y por el estilo las que provenían de La Habana o eran importadas). Con tal volumen a mover y el gasto correspondiente en transportación, la planta nunca fue rentable.

Años después pasé por Las Tunas y ví con tristeza que de aquel gigante solo queda una mole de concreto sin puertas ni ventanas, sirviendo como monumento silencioso a lo que pudo haber sido y no fue. Millones y millones de pesos tirados al cesto de la basura.

Tengo muchas anécdotas ocurridas en Las Tunas. Tenía la suerte de que conmigo trabajara en la Unión del Vidrio Alejandro Chanfrau y mi cuñado Ñico, que atendía todo lo relacionado con la emulación y aquello era manejo de recursos por lo que tenía asegurado ese frente. También había buenos amigos como Sergio Sauleda, ya fallecido que era el Jefe de Personal de la Unión. Por el Ministerio de la Industria Básica nos atendía Cheo, un excelente técnico y buena gente también fallecido.

Eramos un cuarteto que sistemáticamente íbamos a Las Tunas a chequear el estado de la inversión de la nueva planta de vidrio. Siempre nos alojábamos en el Hotel Las Tunas, entonces casi recién inaugurado. El hotel tenía muy buenas condiciones y muy buena comida. Como en el grupo había grandes comelones era obligado realizar en cada viaje al menos una competencia de comida, el que más comiera no pagaba nada. Cheo y Ñico siempre eran los campeones, por ejemplo una competencia consistía en una sopa o potaje, arroz, ensalada, vianda frita y varios platos fuertes. Primero un biste de res, segundo una pierna de puerco asada, tercero un pollo en fricasé, un lacón, hasta ballena que hubo una vez, etc. Yo nunca pasé del segundo plato pero Cheo y Ñico eran cuartos bates y uno de los dos siempre ganaba. No se donde metían tanta comida. Ah y todo acompañado de cerveza. Y después había que comerse un postre y un café y fumarse un cigarro o un tabaco que era lo que fumaba Ñico. ¡Todo un campeonato! Ya éramos famosos en el hotel por esas competencias.


HOTEL LAS TUNAS, CENTRO DE COMPETENCIA DE COMELONES.

Como siempre íbamos en avión y a Las Tunas había un sólo vuelo y diurno, bien temprano porque el aeropuerto no tenía luces para operar de noche, pues salíamos a veces en el vuelo de Aerocaribbean que salía de la Habana a las cinco de la mañana y llevaba la prensa diaria. Era un avión An-24 versión militar y de los que se usan para los paracaidistas, pues los asientos eran laterales. Aquello iba atestado de cosas y bien incómodo el vuelo, pero llegábamos a Las Tunas antes de las siete de la mañana y podíamos aprovechar bien el día.

En un vuelo normal de Cubana de Aviación, que salía un poco más tarde, comenzamos a notar cosas extrañas, saltos, ruidos raros y otras cosas anormales. Alejandro se paró y dijo una exclamación algo así como ¡esto se jode! y allá fue Sauleda a burlarse de él y se le quedó el sobrenombre de "Alejandro el Sodomita" por su nivel de achantamiento ante lo ocurrido. No obstante yo creo que todos estábamos bien temerosos de lo que pudiera pasar. El piloto avisó que el avión tenía que aterrizar en Camaguey por dificultades técnicas. Cuatro o cinco horas después nos dieron almuerzo y continuó la espera.

Finalmente ya cuando caía el sol, avisaron que ya había cambiado la pieza defectuosa y que abordáramos rápidamente porque se hacía de noche y a pesar de que entre Camaguey y Las Tunas solo hay unos 120 kilómetros, el avión tenía que despegar nuevamente y regresar a La Habana. Por suerte llegamos sin más contratiempos.

Otra cosa que me pasó con Alejandro y Jorge Barrera fue muy cómica. La Unión del Vidrio radicó durante unos meses en unos locales del Ministerio de la Industria Básica. Pues un día nos encontramos prácticamente tirados unos artefactos y Alejandro dijo: esto es lo que me hace falta para el cacharro. Alejandro tenía un Plymouth creo que del 1955 que su padre le había dado y tenía problemas eléctricos. Asi que cargamos con aquel artefacto. que al final no sirvió para nada.

Al otro día oímos una conversación de Ipiña, el Director de la Unión, donde decía que trajeran a los perros de la policía, porque de los "termopares" que habían recibido se habían robado uno. Ahi mismo vino la diarrea de Alejandro y de todos y nos perdimos unos días en visitas a las unidades. Por suerte ahí se quedó el caso.


MINBAS REFINERIA DE CIENFUEGOS.

La Unión del Vidrio estuvo indistintamente radicando en una parte del Ministerio en Carlos III, después en una casa en el reparto Miramar y al final regresó a sus orígenes, el Combinado del Vidrio de La Lisa.

A Lussón lo mandaron a Angola, lo hicieron general, héroe de la república y ahora es Vicepresidente del Consejo de Ministros atendiendo el sector del transporte???????? Ojala haya aprendido algo, pero sinceramente no creo. Si usted es un "histórico" no importa que sea un burro o un negligente o algo peor: un delincuente. Siempre la historia va a estar por encima de todo. Y como sabemos la historia se valora según el que la cuente.

Una anécdota que vale la pena contar.

Un sábado donde despues de la jornada que terminaba al mediodía, había un trabajo voluntario, se me ocurrió llevar a Alexander y Carlitos entonces de unos 10 y 5 años respectivamente, a que conocieran donde trabajaba. Tomamos la guagua bien temprano hasta Cerro y Boyeros, caminamos hasta la estación ferroviaria de Cienaga y cogimos un tren que iba hasta Guanajay nos dejaba a un costado del Combinado del Vidrio. En otras ocasiones iríamos hasta Guanajay para dar el paseito, comernos una pizza y regresar, pero ese día fuimos a mi oficina, donde los muchachos se sintieron muy a gusto, sentados detrás del buró como si ellos fueran los jefes y recuerdo que Alexander me decía, así si es bueno trabajar y y le dije pero nadie llega aquí en paracaidas, hay que estudiar y trabajar duro para llegar a esto.
El caso es que estaban los muchachos jugando con los teléfonos y se aparecen dos personajes: Pepe el gordo, técnico en salarios que trabajaba conmigo y Silverio Domínguez (casi nombre de torero) que era Jefe de Finanzas y le dicen a los muchachos, a los que sorprenden teléfono en mano: ¿Quién de ustedes llamó a los bomberos que la policía está buscándolo? Hasta el día de hoy les dura el susto a los muchachos de esa broma. Silverio era hermano de la directora del Ballet de la Televisión Christy Domínguez y tan feo como ella, era también secretario del núcleo del Partido y un buen jodedor pero bien joven le dió un infarto y murió.

Hasta ahí mi relación con el vidrio, porque pasé a trabajar al ministerio, donde dentro del Viceministerio de Recursos Humanos se creó un departamento que atendía los estudios de organización del trabajo, las relaciones con el Centro para la Investigación Científica del Trabajo, la preparación de técnicos en recursos humanos en general y la emulación y estimulación del trabajo, así como las relaciones con el Sindicato Nacional Químico-Minero-Energético. Estaba entretenida la cosa.


MINBAS. PLANTA NIQUELIFERA DE MOA.

Allí pude cohesionar a un par de ingenieros jóvenes y entusiastas como lo eran Paquito y Rebollida, los cuales generaban muchas ideas y les gustaba lo que hacían. Allí pase yo diría los dos mejores años de mi vida en cuanto al trabajo se refiere, muchas satisfacciones, un colectivo muy unido y entusiasta, y las mejores condiciones de trabajo y organización que era lo que caracterizaba al Ministerio de la Industria Básica por encima de cualquier otro Ministerio, el MINBAS, que heredó la organización de la desaparecida Compañía Cubana de Electricidad, subsidiaria de la Electric Bond and Share y tuvo ministros lo suficientemente inteligentes para no dejar perder su mayor valor.

Los chequeos de emulación era la actividad más entretenida que tenía aquel trabajo, la menos científica sí, pero como se divertía uno en ellas, aparte de que nuestra función era meramente de controlar que todo transcurriera en orden y dentro de los reglamentos al efecto, siempre de acuerdo con la valoración del Sindicato Nacional, con cuyos especialistas se trabajaba de conjunto.

Eran épocas de abundancia, más las posibilidades que daba el fondo para actividades socioculturales y el premio, hacía que los chequeos de emulación ramales fueran todo un éxito. Siempre culminaban con grandes comelatas y cada sede quería hacerlo mejor que la anterior. No era extraño que los organizadores del evento se guardaran para su consumo un puerquito y varias cajas de cerveza checa Pilsen, entonces de moda y por supuesto el del sindicato llevaba su parte también.


PLAYA DE TARARACO EN SANTA LUCIA, CAMAGUEY.

No se me olvidan el de la Unión de Fertilizantes celebrada en la playa Tararaco en Santa Lucía, Camaguey. Toda la playa parecía una película americana con comidas de todos tipos y muchas luces. Puercos asados, pargos asados y fritos, cubos repletos de camarones, con majúas fritas, ostiones, masas de cangrejo, colas de langosta, tanques de acero de 55 galones de capacidad picados a la mitad y llenos de cerveza con mucho hielo, en fin, que más pedir. El acto no duró más de 10 minutos y fue en la propia playa, el resto fue la comelata. Desde mi ventana en el hotel veía como al amanecer todavía había gente tomando cerveza y comiendo lo que ni un batallón podía consumir.

Otro chequeo famoso fue el del Vidrio en el Cerro de Caisimú en las Tunas. Era puerco y carne de res en todas sus variedades y formas. Bandejas de tostones y chicharrones. Y barriles de cerveza y ron. Lo máximo. Y otra con una anécdota curiosa: el chequeo del petróleo se celebró en Cienfuegos en la recién inaugurada refinería de esa ciudad. No había allí todas las condiciones aún y se celebró en un reparto recién construido en ese entonces en la ciudad. Con nosotros iba un personaje del área de capacitación para reconocer el importante adiestramiento que había habido en esa inversión. Era un chino de apellido Sio, lo que si recuerdo es que mis ayudantes (Paquito y Rebollida) hablaban de que era un infiltrado y venía a fiscalizarnos, yo no lo creo porque lejos de vigilarnos, después de terminado el acto formal, fue el primero (nadie se atrevía) en atacar las mesas buffet que allí habían preparado, pero no solo en atacar, llevó un maletín y lo llenó de jamón, queso, chorizos, ni se cuántas cosas. El chino Sio era temible pero no en lo que pensábamos.

No puedo pasar por alto una de las experiencias más interesantes de toda mi vida.
El centro de Investigación Científica del Trabajo elaboraba una tesis sobre el trabajo de los mineros en Cuba y necesitaba elementos que avalaran algunos aspectos del trabajo. Para ello me dispuse a ir a la mina más profunda de Cuba y compartir con ellos toda una jornada de trabajo. Me dirigí a la Mina de Matahambre en el pueblo de igual nombre en Pinar del Río. Llegué al atardecer y me preparé para entrar en la mina en el turno de 6 de la mañana a 12 del día. Allí se laboraban turnos ininterrumpidos de 6 horas.


MINBAS. MINAS DE MATAHAMBRE. ABAJO EL PUENTE COLGANTE SOBRE LA PRESA.


La Mina de Matahambre era el mayor en Cuba de su tipo. La explotación de sus vetas cupríferas comenzó en 1912, constituyendo la mina más profunda del país y una de las más profundas de América Latina, alcanzando los 1553 metros de profundidad.
Me recibió el jefe de la Mina, para mí que un hombre de unos 60 años, resulta que era contemporáneo conmigo que tenía entonces 38 años. Estaba flaco, pálido y bien arrugado. Era ingeniero en minas y había estudiado en la Unión Soviética. Ya por ahí saquen conclusiones de lo duro que es el trabajo en una mina.
Me puse el traje de minero, botas, casco con linterna, una pica y un pequeño balón con oxígeno. La mina en esos momentos estaba siendo explotada en su nivel 15 o sea, galerías a más de 1500 metros de profundidad. Un solo elevador subía y bajaba a los mineros y al mineral, su andar era lento, casi media hora para bajar al nivel 15. A medida que bajabas sentías que te faltaba el aire y esto según los mineros es lo normal, tenías que respirar más profundamente y más seguido que lo habitual y sin embargo sentías el aire húmedo y escaso.

Las medidas de seguridad eran incontables y todas se cumplían, el momento más difícil era cuando había una detonación y eso era en todos los turnos. La parte superior o exterior de la mina es una presa con agua abundante, esa agua llega por tuberías a todos los niveles de las galerías y cada grupo de trabajo cuenta con una manguera. Es curioso verlos como se echaban reiteradamente agua por chorros por dentro de la ropa y las botas para refrescarse, por supuesto que yo también lo hice y me sentí mejor. Terminó el turno sin incidentes notables, aunque a mi me pareció una eternidad. Cuando salimos era obligado hacer dos cosas, darte un baño e ir a comer y a tomarte no menos de 2 o 3 jarras de cerveza bien fría. Ambas cosas te permiten recuperar las grandes cantidades de sales que se han perdido a temperaturas extremas y por la falta de oxígeno.

La comida recuerdo que era variada y bien abundante y podían comer todo lo que quisiera. Yo comí muchísimo queso y bisté de res y me tomé no se cuántas jarras de cerveza, nos quedamos conversando y llenado una serie de documentos y encuestas que luego serían procesadas por la psicológa que trabajaba conmigo, compartiendo con el jefe de la Mina y el jefe de turno y así llegamos hasta el anochecer.

A esa hora no se si el cansancio o la cantidad de cerveza hizo que me sintiera bien mareado y que el piso se moviera interminablemente. Me acosté a dormir y en la mañana bien temprano salí de la casa de visita donde me hospedaba y me di cuenta que efectivamente el suelo se movía: había atravesado desde la mina hasta la casa de visita por un puente colgante bien largo situado encima de la presa, por supuesto que tenía que moverse.


GALERIAS DE UNA MINA DE COBRE

El trabajo se concluyó, y yo concluí que el trabajo más duro que podía hacer un hombre era el de minero, pero creo que la demora en aplicar su dictamen fue suficiente para que ocurriera lo inevitable. La mina fue cerrada en 1997 por el agotamiento de sus reservas rentables.

Y vinieron los tiempos que precipitaron un cambio: Humberto Pérez González fue destituido por discrepancias estratégicas e ideológicas después de analizar públicamente los obstáculos y mecanismos opuestos a la descentralización que impidieron la plena implantación y el despliegue del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía. Ante ello el poder lo apabulló con esta interrogante: si los mecanismos iban a promover el desarrollo ¿qué papel van a jugar los cuadros del partido?". Volvimos al voluntarismo y la centralización extrema. Casi casi estamos ahí todavía.

Antes de finalizar este artículo sobre el MINBAS voy a contar una anécdota que no tiene precisamente que ver con el funcionamiento de ese Ministerio pero sí en los valores que se iban inculcando en los trabajadores ya en esos tiempos. Llegó a mi departamento o más bien asignaron una secretaria. Era una muchachita joven que había tenido un niño recientemente. El primer día nos llamó la atención que no merendaba ni almorzaba (la calidad de la gastronomía y las condiciones del comedor eran excelentes y bien barato). Al día siguiente conversó con alguien de que no tenía dinero para ningún gasto hasta que cobrara. Pues todos nos sentimos apenados por la situación y un día uno y el siguiente otro, íbamos haciéndonos cargo de su alimentación. Al llegar el día de cobro nos sentimos aliviados pero sorpresa, estaba de lo más contenta porque se había gastado todo el salario en ropas que comprara en la tienda cercana conocida como "la casa de los tres quilos", lugar donde la casa ya no vendía cosas de tres quilos, sino más bien de calidad y caras. Creo que no merendó ni almorzó más a costillas nuestra.

Pero como todo lo bueno se acaba (y por suerte lo malo también, aunque siempre demora más), vino una nueva ola de reestructuración en el Ministerio acorde a como soplaban los nuevos vientos y el Ministerio redujo su plantilla, las actividades que hacíamos unas se integraron con otras y algunas simplemente dejaron de hacerse. Me dieron opciones y acepté la que creí más conveniente aunque no favorable: irme de jefe de organización en la Unión del Papel. Morales, el ex director del Combinado del Vidrio, entonces director de la Unión del Papel quiso me fuera con él, y yo decidí ir pues, entre otras cosas, el trabajo me quedaría a diez minutos de mi casa.


PAPELERA CUBANA DE PUENTES GRANDES, LA MAS ANTIGUA.

Aciaga decisión, pues apenas unos meses después vino una nueva reorganización, y a las Uniones se les imponía debían radicar en una Fábrica para aliviar los aparatos administrativos y a la Unión del Papel le correspondía la fábrica de cartón y cartulina de Santa Cruz del Norte. Ahí surgieron promesas de asignarme un carro nuevo, no se cuántas cosas, pero ya no me engatusaban más. Comencé a buscarme otro trabajo y podía, con mi experiencia y conocimientos escoger algo bueno.

Fue así que comencé a trabajar en el Instituto Cubano del Libro. Toda mi vida me ha perseguido el libro y yo lo he perseguido a él también.

CARNES DEL MINBAS Y DEL COMBINADO DEL VIDRIO.











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